Una mirada multidisciplinar a los retos de la región para el próximo cuatrienio
Docentes de diferentes programas académicos analizan el panorama actual del Caribe y generan consideraciones para ayudar al cierre de las brechas sociales, desde sus áreas de experticia, frente a las principales líneas de acción del presidente electo, Gustavo Petro.
Finalizó la contienda electoral y la ciudadanía se vuelve a enrutar sobre los desafíos propios de la cotidianidad, de cara a los próximos cuatro años. Actualmente, aunque el país atraviesa por una etapa de reactivación social y económica, Colombia sigue presentando diversos desafíos y en algunos casos muy agudos después de atravesar los momentos más aciagos de la pandemia de COVID-19.
El más reciente Índice de Progreso Social, promovido por la Red de Ciudades Cómo Vamos, presenta que, desde una perspectiva general, 14 de las 15 principales ciudades tenidas en cuenta “han alcanzado niveles de progreso social significativos, permitiéndoles centrar la atención en otros estadios de desarrollo más allá de la atención de las necesidades básicas”.
Flagelos latentes como la pobreza, según el último informe del Dane (26 de abril), registran que en 2021 el 39,3% de los colombianos se encontraba en condición de pobreza monetaria, lo cual -con respecto a 2020- se traduce en una disminución de 3,2 puntos porcentuales. A su vez, según la entidad, 971 000 personas salieron de la condición de pobreza multidimensional.
Sin embargo, se registró un aumento de 1,2 puntos porcentuales en el total de personas que no logran acceder a fuentes de agua mejorada. De acuerdo con los resultados de los diálogos de Tenemos que Hablar Colombia, en los que participaron más de 5000 colombianos y colombianas, se demuestra que la ciudadanía requiere un nuevo pacto por la educación, la preservación de la naturaleza y la diversidad cultural, la protección de la Constitución, y la inminente derrota de las prácticas corruptas en el sector público.
Ante estos y otros retos sociales, económicos, de gobernabilidad y justicia que afronta Colombia, docentes de diferentes programas académicos de Uninorte realizan un análisis del panorama actual del Caribe y generan consideraciones y recomendaciones para ayudar al cierre de las brechas sociales, desde sus respectivas áreas de experticia, frente a lo que el nuevo gobierno del presidente electo, Gustavo Petro, ha resaltado como sus principales líneas de acción.
Empresa y negocios
Camilo Mejía, docente e investigador de la Escuela de Negocios, mencionó que “el Caribe tiene muchas potencialidades, por ejemplo, todas las versiones de turismo de sol y playa, que es el típico, así como de naturaleza, étnico, etc.”. Agregó que la clave estará en “saber pasar de un atractivo turístico a un producto turístico”, y que “es necesario incluir mucho la tecnología (...) trabajar mucho en Internet de las cosas, el Big Data, la minería de datos, desarrollo de softwares, inteligencia artificial, porque nos permite llegar a mercados internacionales y genera altas eficiencias operativas”.
De igual forma, el doctor de Administración expresó que es fundamental fortalecer la internacionalización, conocer nuestro potencial para aprovechar los tratados, acompañar a los empresarios, saber en qué espacios como ferias podemos participar y qué mercados son posibles impactar y cuáles no. “También tenemos mucho potencial en sostenibilidad: energía hidráulica, eólica, solar; Colombia tiene una matriz energética con mayor participación de energías renovables en Latinoamérica”, anotó.
Frente a las propuestas del presidente electo, Mejía Reatiga manifestó que su posición es de expectativa, pues “observo que hay un nivel de discurso muy amplio, no hay mucho nivel de detalle y creo que los espacios temporales van más allá de lo que un presidente pudiera lograr en 4 años. La primera responsabilidad es que las propuestas sean económicamente viables”.
Finalmente, el académico destaca que el aspecto tributario ha sido presentado de manera un poco más profunda por el nuevo gobierno, y reconoce que -si bien aspectos como el saneamiento básico y la sostenibilidad han cobrado un papel importante en las propuestas económicas entrantes- su puesta en marcha “es una transición y requiere tiempo pasar de un 90% de dependencia de los hidrocarburos a hacerlo de manera diferente”.
Gobernabilidad y democracia
Luis Trejos y Ángel Tuirán, docentes e investigadores del Departamento de Ciencia Política y Gobierno, participaron de este ejercicio y coincidieron en que, si bien las posiciones de los colombianos estuvieron claramente divididas a la hora de escoger al nuevo presidente, ha sido un logro para la democracia haber respetado los resultados, sin hechos de orden público qué lamentar.
Ambos docentes participaron el jueves, 30 de junio, en el conversatorio virtual denominado ‘Desafíos políticos, diplomáticos y de seguridad del nuevo gobierno colombiano, en el que alternaron con las docentes Angélica Rodríguez y Jolie Guzmán.
“Se dice que la democracia colombiana es un orangután con saco y corbata, y ahora, con ese cambio que la sociedad ha demandado hay que darle una nueva forma y un nuevo contenido, un nuevo fondo, pues -a pesar de la contienda política- supimos darle trámite a los instrumentos y a la deliberación democrática”, manifestó Tuirán.
Agregó que el respeto por los resultados tras elegir el primer gobierno de izquierda en la historia colombiana es un paso importante, en el que no solo cabe el análisis de las condiciones socioeconómicas que implica sino el fortalecimiento de la democracia misma.
El docente enfatizó que “el significado del rol de la vicepresidencia ha cambiado y tiene ahora unos desafíos muy grandes, para pasar a la materialización del discurso en cuanto a la salvaguarda de líderes sociales y comunitarios en distintos territorios del país en los que no solo han sido amenazados sino asesinados”.
Trejos rescató que de los primeros desafíos que tiene el gobierno de Gustavo Petro es el restablecimiento de confianza en la fuerza pública por parte de los ciudadanos. “Para eso va ser fundamental el nombramiento que se haga en el Ministerio de Defensa, y se espera que sea una persona con experiencia en estudios en el campo, y que se privilegie eso y no las afinidades partidistas, pues de ello va a depender el relacionamiento con el sector de seguridad y cómo se logra imprimir el nuevo Plan Nacional de Desarrollo”.
El doctor en Estudios Latinoamericanos agregó que este nuevo gobierno ha remarcado su interés en los procesos de paz. Además, señaló que -en el ámbito militar- el nuevo presidente deberá indicar si la doctrina Damasco, la cual fue implementada en el gobierno de Juan Manuel Santos, será la que regirá a la fuerza pública o si habrá nuevas directrices.
“La gran apuesta de Petro para generar gobernabilidad, por lo menos en su primer año de mandato, ha consistido en el desarrollo de este gran acuerdo nacional que le ha permitido sumar a la coalición de gobierno a partidos tradicionales y que durante la campaña compitieron contra él. Busca hacer lo mismo en las regiones con los diálogos regionales, que también buscarían tramitar las diferencias con sus contradictores en el plano local”, manifestó.
Medio ambiente
Ser una potencia medioambiental ha sido de las narrativas más populares del nuevo gobierno. Cristina Martínez, decana de la División de Ciencias Básicas y bióloga de profesión, expresó que “entre los temas de fondo del nuevo gobierno está la protección de la biodiversidad en regiones como la Amazonía, pero me parece importante que otros ecosistemas estratégicos, como el bosque seco tropical, del que el Caribe tiene la mayor extensión de lo poco que queda, sean protegidos también, así como la Ciénaga Grande de Santa Marta”.
La doctora en botánica añadió que “los esfuerzos por recuperar ecosistemas, en general, sean bajo la perspectiva de la restauración ecológica y no de la siembra de árboles, porque ese ejercicio se ha desarrollado de una manera irresponsable, sembrando especies no nativas y causando más daños ecológicos”.
Puntualizó, además, en la importancia de las garantías necesarias para las personas que procuran un mejor ambiente. "Los asesinatos de líderes ambientales son muy conocidos y hay figuras internacionales como el Acuerdo de Escazú, con el que hay que ratificar, tras su firma, que Colombia está comprometida a que haya justicia en estos procesos”.
Juanita Aldana, docente e investigadora del Departamento de Química y Biología, comentó que el país se enfrenta a grandes retos en materia medioambiental y el Caribe aún más, siendo la pérdida de biodiversidad uno de los principales. “El principal hallazgo de la pasada Evaluación de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos es que la población colombiana tiene supeditado parte de su bienestar en la biodiversidad, pero el conocimiento y la valoración que tenemos hacia la misma es incipiente”.
La doctora en ecología añadió que “hay poca inversión en ciencia y tecnología para la protección de la biodiversidad, y culturalmente lo vemos como un lujo y no una necesidad, por eso debemos trabajar en contra de la deforestación, de los incendios producidos por los seres humanos para ganarle espacio a los bosques”. En cuanto a la región, enfatizó en que “es la región con más ecosistemas en peligro de colapsar porque es la que más ha transformado sus sistemas naturales, incluso más que en la región Andina”.
Educación y Niñez
José Alfredo Aparicio, decano de Instituto de Estudios en Educación, mencionó que “ya existe un diagnóstico, una radiografía muy clara de todas las dificultades que tenemos en todos esos niveles del sistema educativo. Lo que habría que decir es que en el caso particular de la Región Caribe la gran mayoría de todos esos indicadores presentan niveles que nos deberían preocupar más, porque tanto la Caribe como la Región Pacífica siempre muestran los indicadores más bajos en todas las variables que son evaluadas”.
Por lo tanto, de acuerdo con el decano, “hay una gran expectativa respecto al cambio que debería representar este periodo respecto al centralismo que ha caracterizado a las formas de gobernar en el pasado, y en función de ello, sin duda debería invertirse el foco de las prioridades, haciendo que buena parte de los recursos no se queden concentrados en algunas regiones y que incluso dentro de estas regiones de la periferia tampoco lleguen solamente a las ciudades capitales, sino a esas subregiones donde más se necesitan”.
Aparicio Serrano indicó que “el Gobierno Nacional -a partir de un diálogo permanente con los gobiernos locales a nivel departamental y municipal- debería crear alianzas que permitan que entre los recursos de la nación y los recursos locales se pueda priorizar las soluciones a los problemas más prioritarios en educación".
Por ejemplo, la necesidad de ampliar la cobertura a un sistema educativo público de primera infancia que, como la educación privada, implique ya al menos tres años de educación preescolar, las falencias del programa Alimentación Escolar por las muchas denuncias de corrupción, la deserción en la transición a la educación primaria que se repite al final de la educación básica, entre otros.
El equipo del programa Pisotón, cuyas respuestas fueron otorgadas por Ana Rita Russo de Sánchez, Liceth Reales Silvera y Luz Caroll González, manifestó que “Colombia ha evidenciado un avance significativo en la concepción y comprensión de lo que implica el desarrollo integral de la niñez, la infancia y la adolescencia”.
Señalaron que, “desde una corresponsabilidad y enfoque de derechos, se han adelantado acciones para superar problemáticas de alto impacto, que hoy día con la pandemia de COVID-19 han tenido un incremento muy importante, como son la pobreza, la desigualdad, trastornos mentales, la migración forzada, la violencia, entre otros, que afectan y vulneran el bienestar de tantas niñas, niños, adolescentes y sus familias”.
Cifras actuales del DANE y la Unicef registran que el 47,8% de las personas en hogares con niñas, niños y adolescentes reportaron que su situación socioeconómica era peor en el trimestre julio-septiembre 2021. Frente a este escenario nacional, “el reto es articular la propuesta del actual gobierno al camino ya construido, robustecer el impacto, la sostenibilidad de estos programas y fortalecer el trabajo intersectorial, desde un ejercicio de corresponsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado, para garantizar su desarrollo integral y el ejercicio de sus derechos, reconociendo a niños, niñas, adolescentes y sus familias con sus potencialidades, en su colectividad, pluralidad y diversidad”.
Por: Lucía Avendaño Gelves
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