Un doctor Cum Laude que estudia el emprendimiento rural en medio del conflicto armado

Shester Jesús Campo Sierra desde muy joven, a través de diferentes iniciativas y su fundación Colombia Productiva, ha dedicado su vida a apoyar y asesorar emprendimientos de la población afrocolombiana y de los pequeños agricultores del departamento del Magdalena. Una comunidad históricamente afectada por el conflicto armado, en donde este samario de 35 años ha crecido y formulado diferentes estrategias que promueven una mentalidad de productividad por medio de la creación de empresas.

Gracias a una beca de Minciencias, este administrador de empresas cursó el Doctorado en Administración de la Universidad del Norte, con el objetivo de tener una base científica y mayor profundidad teórica al desarrollar sus estrategias, además de ahondar en las incidencias que intervienen en los emprendimientos rurales del Magdalena. Su dedicación y esfuerzo investigativo le hicieron merecedor a principios de agosto del Pergamino al Mérito Científico, tras obtener una calificación Cum Laude en su tesis de grado ‘Factores Condicionantes del Entorno y Desempeño en el Emprendimiento Rural: El Efecto Moderador Del Conflicto Armado’.

“Me siento muy feliz de recibir esta distinción. Valió la pena todo el esfuerzo para que la investigación tuviera impacto. No solo consulté bases de datos sino que fui hasta la fuente primaria: el campesino, para preguntarle lo que había que saber y comprobarlo con los hallazgos. Agradezco la labor de mis tutores: el doctor Eduardo José Gómez Araujo y el doctor Juan Pablo Escorcia Caballero, así como a la doctora Erika Arévalo, quien me brindó su apoyo en la parte administrativa”, manifiesta Shester, también especialista en Diseño y Evaluación de Proyectos de Uninorte y el primer afrocolombiano del Magdalena en recibir mención Cum Laude por su tesis doctoral.

Shester encuestó directamente a 120 emprendedores cacaoteros en cinco municipios del Magdalena.

Su investigación se desarrolló entre el 26 de septiembre y el 12 de noviembre de 2020, periodo en el que encuestó a 120 unidades empresariales cacaoteras de las zonas rurales de Santa Marta, Aracataca, Ciénaga, Fundación y Zona Bananera, con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Departamental y del Distrito, y consultó las bases de datos existentes para identificar a los cacaocultores.

Trabajó con esta población porque el cacao en el Magdalena nació como una estrategia para reemplazar los cultivos ilícitos de coca en la zona. Estos negocios se crearon en medio del conflicto y la mayoría de las familias que se dedican a sembrar y producir cacao son de bajos recursos, a pesar de que es un producto clave para la economía y desarrollo agroindustrial en el país.

Mucha de la perspectiva teórica de su tesis se basó en la teoría económica institucional de Douglas North, premio Nobel de Economía. Sin embargo, su principal objetivo era identificar primero los factores condicionantes del entorno que pueden llevar a un campesino a concretar su emprendimiento y analizar el desempeño de los negocios a través del tiempo, bajo una variable muy importante: el efecto del conflicto armado.

“En el sector rural muchas investigaciones sobre emprendimiento han desconocido el conflicto armado, pero en realidad hay que hablarlo. Para la elaboración de esta tesis, en ocasiones, fue complicado porque tuve que ir hasta las comunidades, con los inconvenientes que todavía genera el conflicto armado, y hacer las encuestas para que las personas pudieran opinar sin ninguna restricción”, evoca el administrador de empresas, egresado de la Universidad del Magdalena.

Factores y conflicto

Shester identificó cinco factores condicionantes en el entorno rural para los emprendimientos. Estos son: la política pública, pues observó que no hay una buena aplicación y el Estado muchas veces está ausente no solo en presencia sino en la aplicación de la política, porque “no se acerca a las comunidades para que emprendan su desarrollo rural”.

Otro es el factor económico, comprobando que hay una fuerte ausencia del sector financiero en las comunidades rurales, a pesar del trabajo del Banco Agrario. El factor educativo, señalando que no hay una orientación de emprendimiento rural dentro de las comunidades rurales. El factor de capital humano, que abarca las capacidades que una persona acumula en su experiencia de vida para generar el emprendimiento, y el factor de capital social, que son aquellas relaciones que se tejen entre campesinos para mejorar los emprendimientos, por ejemplo, las asociaciones, las juntas de acción comunal, las cooperativas o la red de cacaoteros.

Sumado a estos factores está la adición del efecto del conflicto armado, que pocos modelos han tenido en cuenta y es novedoso por el hecho de que no todos los países tienen o han estudiado esta variable.

“Este efecto es curioso, porque en principio uno creería que si hay conflicto armado en el territorio, se acabarían estas unidades agrícolas familiares de cacao, pero el estudio evidencia lo contrario: los campesinos aumentan el capital social. Es decir, se ven en la necesidad de unirse entre todos, poco a poco en asociaciones y cooperativas, para poder surgir en medio del conflicto y tener un desempeño constante en sus emprendimientos”, explica Shester.

Cuando no existe este conflicto algunas personas se alejan o incluso cambian de actividad y el desempeño disminuye. La investigación también comprueba que las personas se ven en la necesidad de comenzar a estudiar para hacer mejor su actividad y tener un mejor desempeño de su emprendimiento.

“Dentro de las contribuciones que genera el estudio está la mejora de la aplicación de las políticas públicas, de la presencia del Estado en los territorios, del tema financiero y del apoyo al capital social. Quiero que las conclusiones de mi investigación brinden soluciones a las autoridades. A futuro, quiero dedicarme a la academia y luego incursionar en el tema político-público. Mi interés es el mismo: seguir apoyando este sector y el emprendimiento. Apoyar la empresa para que los campesinos no sean dependientes y tengan una mentalidad emprendedora”, concluye el nuevo doctor en Administración.

Por José Luis Rodríguez R.