Un análisis a la sostenibilidad y el desarrollo de centros urbanos en el posconflicto

“Sin la naturaleza no hay negocios posibles. No hay posibilidad de que existan las ciudades si no hay una base en la cual las ciudades puedan vivir (…) el principio es que la gente que puede vivir en un territorio depende siempre de las condiciones de ese territorio para poder ofrecerles las necesidades básicas de la vida”, comentó el 22 de marzo el director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional, Gerardo Ardila.  En el marco de la conferencia Sostenibilidad y posconflicto en Colombia, realizada en Cátedra Europa, se abordaron tres conceptos clave para el país: ciudad, sostenibilidad y posconflicto.

En los acuerdos de La Habana se plantea la necesidad de incrementar los mecanismos participativos y democráticos en las zonas rurales. Esto es entendible, si consideramos que la guerrilla que se desmovilizó habitó y combatió en lo rural. Sin embargo, en un país como Colombia que tiende a urbanizarse y con más de 7 millones de desplazamientos forzados que suelen ir a las ciudades, los centros urbanos han acogido a una población que llega únicamente con lo que pueden llevar en sus manos, sin redes de contacto y en situaciones de precariedad.

El Foro Nacional Ambiental y FESCOL tienen como objetivo contribuir a una evaluación de la visión que los ciudadanos tienen sobre la ciudad que necesitan, buscando información sobre la manera en que personas conciben las opciones y retos que permiten una reconstrucción colectiva de un estado de bienestar y paz. Una primera fase del proyecto se realizó en Cartagena, Bogotá, Medellín y Bucaramanga, dando como resultado la publicación de un primer libro (descárguelo aquí) y una segunda fase realizada en Montería, Pereira, Florencia y Buenaventura, cuyo libro fue publicado en el presente año (descárguelo aquí). La siguiente fase iniciará en Barranquilla trabajando en convenio con la Universidad Del Norte, quién es miembro aliado desde agosto de 2018.

“Estamos convencidos que sin democracia no podemos vivir (…) estamos absolutamente seguros que en la medida en que limitamos las opciones y las posibilidades de la democracia, estamos limitando también las posibilidades de abandonar la guerra y las posibilidades de construir una sociedad en la cual el respeto entre todos y el acceso a una vida mejor se pueda lograr”, concluyó Ardila, recalcando la importancia de la participación ciudadana en los temas de ciudad y en los planes de desarrollo.