Salud mental María Reátiga Trastornos mentales
Históricamente el trastorno mental ha sido comprendido como un asunto orgánico u objetivo, pero hoy es sabido que se trata de un fenómeno complejo, en el que intervienen múltiples factores biológicos y sociales. En el marco de la Campaña por la dignidad de la persona con trastorno mental, que tiene lugar hasta el 12 de abril en el pasillo del Laboratorio 3, la profesora María Eugenia Reátiga, del departamento de Psicología, contactó a Grupo Prensa para hablar sobre esta alteración cognitiva, emocional o de comportamiento.
“La biología del ser humano está sujeta a las tensiones del contexto, cuyo ejemplo más contundente parece ser los hallazgos encontrados desde la epigenética, los cuales evidencian cómo la expresividad de los genes sanos queda alterada por factores del contexto. Del mismo modo, la disposición biológica determinará el grado de vulnerabilidad a las presiones del contexto”, indicó la docente.
Sigmund Freud en el siglo IXX hizo un gran aporte al ubicar las neurosis "en su justa dimensión", cuando en su encuentro con el neurólogo francés Jean Martin Charcot declaró el gran hallazgo: “el origen psíquico de la enfermedad mental”. Las mujeres con trastornos histéricos de la época sufrían síntomas de orden físico, como convulsiones, parálisis y cegueras, no por razones físicas u orgánicas sino por la excesiva represión de la época.
De acuerdo con la profesora Reátiga, magíster en Psicología, el problema no estaba en el cuerpo, sino en la mente, “en las memorias y fantasías bloqueadas e inhibidas por sus temores, inhibiciones y conflictos”. No obstante, advierte que en la práctica cotidiana se sigue procediendo como si éste fuera un problema de naturaleza biológica u orgánica.
“Se quiere seguir objetivando el trastorno y desconocer el impacto de lo social en el desarrollo de los mismos. Se hace necesario, imperativo pensar el mundo que hemos creado y estamos viviendo, el ser humano que estamos formando, los valores y principios que nos mueven como punto de partida para soñar con un mundo mejor, más sano y vital, donde la gente no termine muriendo de miedo o rindiéndose con la depresión. No es nada fácil”, enfatizó.
Para esta psicóloga clínica, la sociedad aún vive según la ley de la horda primitiva y sus inherentes lógicas de poder y jerarquía, pues “nos domina el miedo y nos refugiamos en el autoritarismo. El fuerte se devora al débil y no hemos superado la ley de la selva. El miedo y el afán de falsa seguridad conllevan a la guerra y a la violencia a fin de mantenernos a salvo”.
En estos tiempos donde la efectividad y el resultado se imponen sobre el proceso y la necesidad de tiempo, el tecnicismo sobre el conocimiento real, la cantidad sobre la calidad, el profesionalismo sobre la formación del ser, donde la explotación y la guerra ocurren sin pudor alguno, sumado a la pobreza, el desempleo y la desigualdad social, “no debe sorprender que los trastornos por ansiedad y depresión constituyan un problema de orden público”.
Es por eso que la docente invita a propender por un mundo mejor, desarrollando una síntesis de los aportes de distintos autores, tanto de formación psicoanalítica como de sociología, que analizan el impacto social de los individuos y estimulan mejores relaciones con la naturaleza, una ética de los social basada en la empatía, una educación para la formación de seres humanos preocupados por las generaciones futuras.
Participa esta semana en la Campaña Por La Dignidad De La Persona Con Transtorno Mental que se desarrolla hasta el viernes 12 de abril, en el Pasillo del Laboratorio 3.
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Dic 17, 2024
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