Los costos y retos desde la psicología para el posconflicto

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Los expertos conversaron sobre los beneficios y retos de un posible escenario de posconflicto en el país, así como el papel de los psicólogos.

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30 sep 2016

En el marco de la VII Jornada de Actualización en Psicología, la cual tiene como tema central los restos para la construcción de un posconflicto con salud mental, se realizó el miércoles, 28 de septiembre, el panel interdisciplinario Paz y reconciliación, un futuro posible.

El envento, que es organizado por el departamento de Psicología y la división de Humanidades y Ciencias Sociales, contó con la participacion del doctor en psicología básica y social de la Universidad Santiago de Compostela, Wilson López; el doctor en economía de la Pennsylvania State University, Jairo Parada; la doctora en psicología, Edith Aristizabal; y el doctor en Historia del Instituto de Historia Universal, de la Academia de Ciencias de Rusia, Roberto González, quien moderó el panel.

El marco fiscal de mediano plazo del 2016, publicado por el Ministerio de Hacienda, es el único documento oficial emitido por el gobierno en el que se hace una aproximación a los gastos inmediatos del posconflicto, el cual se plantea en dos fases, comenzando con la implementación de estrategias para terminar el conflicto armado y el análisis de las posibles inversiones que se podrán realizar gracias a la paz; documento en el que además, se sugiere la priorización del gasto público en los municipios más afectados por la violencia armada.

“Lastimosamente lo único que se dice en el documento es que las inversiones habilitadas para la paz son fiscalmente viables. No hay cifras, no hay nada detallado, con las que se pueda decir que hay un plan de gastos para el posconflicto. Se dice que el gobierno sacará esa información en los próximos meses, pero hasta el momento nadie la conoce exactamente”, comentó Parada, quien también se desempeña como profesor del departamento de Economía de la Universidad del Norte, y quien centró su intervención en las finanzas del posconflicto.

Con relación a los beneficios y costos del posconflicto, el Departamento Nacional de Planeación estimó que el crecimiento económico mejorará entre 1 y 1,5% anual al terminar la guerra, cifras que bajan un poco en la proyección realizada por la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), al determinar que dichos beneficios difícilmente llegarán al 1%, señalando que los costos del posconflicto rondarán los ochenta o noventa billones de pesos en diez años, dineros con los que se cubriría la desmovilización de los exguerrilleros, el mejoramiento en infraestructura rural y la reparación de las víctimas.

“La guerra es costosa no solamente en vidas humanas, en víctimas, desplazados, sino también, desde el punto de vista económico le ha puesto un fuerte peso a la economía de Colombia, pero al evitar los costos ambientales de la guerra, como la destrucción de infraestructura o derramamiento de pozos petroleros, daños que están en alrededor de 7,13 billones de pesos anuales en degradación ambiental, estaremos amortiguando parte de lo cuesta el posconflicto”, dijo Parada.

Teniendo en cuenta la proyección presupuestal del 2017 presentada por el gobierno nacional, Parada aseguró que los gastos en seguridad no pueden bajar por menos del 3% del PIB durante los próximos 10 años, debido a las experiencias de posconflicto de diversos países de Centroamérica en los que al reducirse el presupuesto militar se produjo como consecuencia el aumento de la inseguridad.

“En estos primeros 10 años el gasto en seguridad se tiene que mantener para controlar precisamente nuevos grupos que quieran aprovechar los vacíos que dejen las Farc, por lo que debemos tener claro que es una ilusión pensar que en el posconflicto, el dinero para educación y salud saldrá del gasto en seguridad”, afirmó el docente, resaltando que la ayuda internacional no representan un porcentaje alto con relación a los 90 billones de pesos que constará el posconflicto.

Trabajando con excombatientes

Por más de 16 años, la doctora en psicología y profesora de Uninorte, Edith Aristizabal, trabajó con víctimas del conflicto armado, pero luego del testimonio de un excombatiente que se escapó de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y se hizo pasar por desplazado para lograr reincorporarse a la vida civil, decidió trabajar con desmovilizados para ayudarles a superar sus traumas y conseguir una reincorporación efectiva.

Para comprender ese proceso psicológico que atraviesan las personas al momento de realizar la transición de excombatiente a ciudadano, Aristizabal trabajó con 120 hombres y mujeres excombatientes de las AUC, con edades comprendidas entre los 18 y 55 años, quienes iniciaron un tratamiento terapéutico de los cuales solo 68 lo concluyeron.

“Algunos decidieron voluntariamente no salir de su trauma, otros me decían que ya habían hablado lo suficiente, y que habían hecho responsable al estado colombiano de su circunstancia económica, y otros decían que no necesitaban ningún tipo de ayuda psicológica”, comentó.

Estos excombatientes que se desmovilizaron individualmente, huyendo de la guerrilla, haciéndose pasar por muertos o caminando durante varios días en la selva para entregarse al ejército o a la policía, ya que no se había puesto en marcha el programa de desmovilizacion conjunta, fueron, en su mayoría, reclutados cuando tenían entre 14 y 21 años de edad.

“Es importante que podamos entender que muchos de ellos buscan ayuda, no solo psicológica, para volver a ser padres de sus hijos, hijos de sus padres, hermanos de sus hermanos y colombianos”, expresó.

La psicóloga resaltó que para la implementacion de una reestructuración cognitiva que permita un cambio en el modo de actuación por parte de los excombatientes, solo es posible si en la sociedad se produce un cambio de mentalidad respecto a la comprensión del conflicto armado y el papel del combatiente en el conflicto armado.

“Para construir este nuevo imaginario social que permita percibir a los excombatientes, no como el enemigo, el terrorista o el violador, es necesario realizar ejercicios de reflexión desde la academia que permitan realizar una nueva construcción de ese imaginario social”, sentenció.

La psicología y el éxito del posconflicto

Ante la inquietud sobre cómo preparase desde lo psicológico, incluyendo a las víctimas, para los retos de una sociedad más inclusiva y democrática, el psicólogo Wilson López aseguró que gran parte del éxito de un escenario de posconflicto se debe al fortalecimiento de los procesos de formación de los psicólogos, para lo cual desde la academia se debe analizar si estos están siendo pertinentes, adecuados y responden a las exigencias de momentos tan trascendentales como el que se vive actualmente en Colombia.

“Los programas de psicología fueron creados con unas perspectivas que parecen para otro país, como si este no estuviera en guerra, y de pronto nos dimos cuenta que sí estábamos en guerra y que teníamos un conflicto armado, por lo que deberíamos responder a eso”, aseguró López.

La corrupción, políticas de drogas y la violencia en sus múltiples dimensiones, son temas que, según el psicólogo, deben investigarse desde los territorios más afectados por el conflicto y no desde las grandes ciudades.

“Es necesario investigar en la sociedad cómo es que esta guerra nos insensibilizó ante la muerte, porque en otras sociedades se podría decir que un solo muerto vale la pena, pero aunque llevamos un año sin muertos derivados del conflicto armado, esto parece no tener mayor repercusión en la sociedad civil”, comentó.

La agenda de la psicología en la política pública fue el último punto comentado por López, con el que resaltó el papel de los psicólogos frente al posconflicto, para lo cual afirmó que se debe crear un hábito de lectura y aprendizaje de datos y cifras económicas, fortalecer la injerencia y participación de los psicólogos en gremios, el Senado o la Cámara de Representantes. “Hay que pensarnos más como actores y ciudadanos que debemos saber de economía, de historia, de política; esta es una labor que nos toca también trabajar”, expresó.

Por Luis Navas Cohen

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