La sexualidad: una realidad que se ha tratado de evitar en la educación

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Carlos Pol Bravo, máster en Sexología y director científico de la Central Médica de Sexología de España.

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02 feb 2015

Mientras la sociedad se inunda de estereotipos hipersexuales, los jóvenes se enfrentan a la decisión de comenzar su vida sexual, lo que les exige tomar otras decisiones que afectan su vida. La sexualidad implica, ante todo, muchas responsabilidades, de ahí la importancia de que los individuos estén bien informados. Sin embargo, la educación sexual sigue siendo un tema pendiente en su formación.

Así lo evidenció el psiquiatra Carlos Pol Bravo, máster en Sexología en la Universidad de Valencia, España, y director científico de la Central Médica de Sexología; quien estuvo en Uninorte para participar en el Diplomado en Sexualidad Médica el viernes 30 de enero. Conversamos con él sobre las principales inquietudes que surgen sobre la sexualidad en los jóvenes.

¿La sexualidad es producto simplemente de hormonas o es un producto sociocultural del contexto de las personas?
No. La sexualidad tiene un componente hormonal, punto. Pero después de eso pasamos a otro punto que es el aspecto psicológico o emotivo y anímico, y eso no tiene nada que ver con las hormonas. Esa es el área que tiene que valorarse, porque es el de los sentimientos. Eso es lo que en psiquiatría se llama sexoafectividad.

La adolescencia es una etapa de transformaciones, y una de las más importantes es el paso del colegio a universidad ¿Qué papel juega la sexualidad en este cambio?
La sexología está globalizada en algo que se llama el modelo holístico, donde entra el área psicológica, social, médica y sexual; todo influye para una armonía general. Se habla de esto porque cuando el ser humano hace un cambio tan fuerte como ese, influye en sus comportamientos y formas de relacionarse con otros. En esto lo importante de la sexualidad es que se asuma y se disfrute pero con responsabilidad. El problema es que muchas veces los jóvenes no vienen preparados para eso. En Europa, por ejemplo, aún hay una tendencia absurda de los colegios de ser todos de mujeres o todos de hombres, y digo absurda porque es una manera de cortar una comunicación. Cuando la comunicación interpares es fluida y vista como algo normal desde el principio, se nota cuando tienen que enfrentarse a una universidad. Ahí empieza a haber una confrontación que los lleva a comportarse maduramente, responsablemente y agradablemente. Pero cuando no es así, pasa todo lo contrario. Yo creo que el error más grande que se ha cometido en todos los países latinos y en España incluida, es tratar de evitar una realidad.

Entonces, ¿qué diagnóstico hace de la educación sexual que se imparte en las instituciones educativas actualmente?
Cero. Si no tenemos un poco de conocimiento en la sexualidad vamos por mal camino. No será gratificante ni agradable, sino todo lo contrario, traumatizante y depresivo. Digo esto porque aún en muchos colegios y universidades no se enseña sobre sexualidad y ahí es donde fallamos. Que vaya una psicóloga con cara de aburrida a meter un preservativo en un palito, como hacen en muchos sitios, no es educación sexual. En cambio no enseñan a acariciar, a besar, a apreciar el cuerpo de la mujer; eso es parte de la educación sexual. Enseñando lo que se debe hacer es más fácil luego entrar a lo que no se debe hacer, para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

Hablar de sexo todavía sigue siendo un tabú para muchos, ¿cómo orientar a educadores y padres para que hablen sobre sexualidad con los jóvenes?
De la manera más fácil, como tú y yo ahora: hablando. Pero una mala información trae equívocos en conductas. La información debe ser fundada en conceptos de expertos, muchas veces los padres no dan respuestas acertadas, y es que tú no puedes enseñar algo sobre lo cual no te han enseñado a ti.

¿Una educación sexual adecuada puede favorecer la igualdad de derechos sexuales entre los jóvenes?
Claro que sí. Basándonos en los derechos humanos de la sexualidad, se habla, por ejemplo, sobre el derecho de la masturbación, se reconoce que es una forma de autosatisfacción. Pero eso no te lo dicen y hay muchos mitos alrededor del tema. Y lo que desconoce mucha gente es que en terapia sexual la masturbación es parte de los tratamientos, para tratar problemas como la eyaculación precoz, el vaginismo. Y dentro de estos derechos también se habla de la homosexualidad como un derecho de escoger su rol, su identidad y su gratificación sexual por la vía que más le plazca. Lo que no se puede es escandalizar ni fomentar la provocación, la presión, la violencia, la negación.

¿Qué consejos les daría a los jóvenes que inician su vida sexual?
Uno inicia su sexualidad hasta que llega a los 30 años, por tanto os queda mucho. A partir de esa edad uno sabe si metió la pata o no. Entonces para que no la metan yo diría que la disfruten con responsabilidad, con hedonismo y sensualidad, porque la sensualidad es la madre de la sexualidad; si a ti como mujer te tratan con ternura y afecto la atracción es mayor. Y que tomen el acto con madurez, para evitar embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual; con una noche loca pueden quedar locos para siempre.

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