Javier Santaolalla, el divulgador que lleva la ciencia a lo cotidiano de la vida

Javier Santaolalla es un ingeniero y físico español que desde hace unos 10 años se ha catapultado en redes sociales como uno de los divulgadores de ciencia más reconocidos de habla hispana. Su creatividad para hacer fácil la explicación de temas complejos de la física le ha dado seguidores, sobre todo jóvenes, alrededor del mundo, a quienes cautiva con sus conferencias y monólogos de ciencia, cargadas del toque de humor que lo caracteriza.

El viernes, 27 de septiembre, llegó a Uninorte en respuesta a la invitación de los grupos estudiantiles y la División de Ciencias Básicas. Participó en el conversatorio: “Entre átomos y estrellas, una reflexión”, en el que compartió sus perspectivas sobre su carrera profesional y lo que ha sido la divulgación científica para él.

Santaolalla, ingeniero en telecomunicaciones, doctor en física y, actualmente, estudiante de humanidades, cuenta con más de 10 años de experiencia en la divulgación científica y una vasta trayectoria en plataformas digitales. A lo largo su carrera ha producido más de 2500 videos sobre temas complejos como la teoría de la relatividad, electromagnetismo, teoría de cuerdas, cosmología y ciencia ficción.

Durante el evento, Santaolalla demostró que la ciencia no solo pertenece a laboratorios, sino que puede ser parte de la vida cotidiana de cualquiera que se atreva a soñar con lo imposible. Además, expresó su entusiasmo por la participación de los estudiantes en temas científicos. 

“Súper feliz de ver a tanta gente joven apasionada por la ciencia. Siempre es una sorpresa que gente de 18, 19, 20 años tenga curiosidad por este tipo de cosas. Me parece fascinante”, comentó.

El conversatorio abarcó una amplia gama de temas, desde las matemáticas y las leyes de Newton hasta los filósofos griegos, a quienes se refirió como “los físicos de la antigüedad”, incluso compartió sus reflexiones sobre la posibilidad de vida extraterrestre.

Santaolalla también habló sobre su paso por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), experiencia que destaca como unos de los años más felices de su vida. “Ves ese tipo de retos y parece imposible, inalcanzable. Yo, cuando estaba en el CERN, era un chico de pueblo y tuve que trabajar para pagarme mis estudios. Así que, de verdad, créanselo”, animó a los estudiantes, subrayando que el esfuerzo y la dedicación son clave para alcanzar grandes metas.

Uno de los momentos más inspiradores de su intervención fue cuando compartió su proceso de trabajo, lleno de prueba y error. De su experiencia resaltó el peso de la perseverancia: “Me vas a pillar probando, experimentando, cayéndome. No puedo parar. Me lanzo y puede que funcione o puede que no, pero lo voy a probar”, explicó, reflejando la importancia de arriesgarse en la búsqueda de nuevas ideas y soluciones.

El mensaje final de Santaolalla fue un aliento de motivación para los jóvenes interesados en la ciencia: “Nunca pierdan esa motivación, ese empuje, esa ilusión que todos hemos sentido alguna vez por la ciencia. Es verdad que los estudios son difíciles, pero siempre hay luz al final del túnel, y siempre con ilusión”.