IDS socializa avances del proyecto de infraestructura verde al Banco Interamericano de Desarrollo

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Rodolfo Silva, director del proyecto del BID, liderado por la UNAM.

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29 mar 2019

Ayudar a la naturaleza a adaptarse y recuperarse de los cambios radicales del impacto humano, mediante ecosistemas de pastos marinos, manglares y zonas de amortiguamiento, un cambio en el paradigma de protección del entorno natural, es el objetivo del proyecto Implementación de infraestructura verde en la Ciénaga de Mallorquín para la restauración de la conectividad de los procesos costeros, desarrollado por el Instituto de Desarrollo Sostenible (IDS) de la Universidad del Norte, y que hoy forma parte del macroproyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), denominado Evaluación de la efectividad de la infraestructura verde para la reducción del riesgo climático costero en América Latina.

Durante el más reciente encuentro del BID sobre la gestión de la reducción del riesgo costero, realizado el 18 de febrero en sus oficinas en Bogotá, fueron compartidos los primeros resultados del macroproyecto, liderado por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el apoyo de actores claves en la cuenca del Caribe, en Bahamas, Belice, Trinidad y Tobago y Colombia.

Cada uno de los países expuso sus casos de estudio. El profesor Germán Rivillas, del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, y representante por Colombia a través del IDS, socializó los avances del proyecto de la Ciénaga de Mallorquín a nivel de diseño conceptual, requerimientos para implementación, caracterización geomorfológica, evolución de la línea de costa de los últimos 30 años, modelación hidromorfológica de la ciénaga, interacción y efectos con la desembocadura del río Magdalena.

“El director del macroproyecto, Rodolfo Silva, hizo un barrido por Latinoamérica a nivel gubernamental y académico, para ver qué publicaciones científicas se han hecho al respecto. Encontraron que, en Colombia, el caso de la Ciénega de Mallorquín es un proyecto avanzado de la Universidad del Norte (…) Entonces presentamos también el acercamiento que se hizo con los pescadores de la comunidad de La Playa y La Cangrejera, que comprenden 60 asociaciones de pescadores, y cómo sería su participación durante la fase de implementación”, detalló el profesor Rivillas.

El proyecto de la Ciénaga de Mallorquín es el resultado de un trabajo investigativo de cuatro años, tratando de entender su funcionamiento, cuyos resultados evidencian una realidad desfavorable en los últimos 30, con pérdidas de dos kilómetros de línea de playa. A través del diseño de estrategias de sensibilización para la implementación y mantenimiento de las estructuras, se planean construir cuatro trampas de sedimentos en la zona de la duna y la zona de lavado (zona donde el flujo de agua oscila en la playa con ascenso y descenso del mar), aprovechando la madera ahogada que proporciona el río Magdalena, arrastrada por las corrientes costeras hasta la orilla de la playa. La Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) dio el aval ambiental, por lo que solo falta el de la Dimar, que permitiría hacer la intervención en la costa.

“Para el caso colombiano se tomó como marco de referencia el proyecto de la Ciénaga de Mallorquín, porque vamos a evaluar la efectividad de la aplicación de esta infraestructura en la Ciénaga Grande de Santa Marta, y así tener dos casos de contraste. Ver en dos humedales costeros, en contextos diferentes, cuáles son los objetivos a implementar para infraestructura verde”, puntualizó el docente.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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