Explorando la tridimensionalidad de la geología desde la Serranía de Perijá

Estudiantes del programa de Geología, liderados por el profesor Camilo Montes, desarrollaron una salida de campo en el departamento de Cesar, con el fin de aplicar el componente práctico de sus asignaturas y realizar un mapa cartográfico de la zona estudiada.

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El egresado Daniel Fernández observa diferentes rocas en campo.

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21 oct 2021

El paralelismo de las capas, la angulosidad de los cerros, los inmensos fragmentos de roca, la diversidad de texturas y composiciones narran en Manaure, Cesar, cómo nuestro planeta ha sido protagonista de innumerables revoluciones geomorfológicas. Chelsea Castelar Barros, estudiante de octavo semestre del programa de Geología de la Universidad del Norte, con ayuda de sus compañeros de clase, una lupa y una brújula análoga, puede leer estos datos en el interior de la reserva natural de Los Tananeos, a orilla del río Manaure, a 30 minutos del municipio.

“Las rocas siempre cuentan una historia”, recalcó la joven de 20 años durante la salida de campo desarrollada por el programa, del 2 al 8 de octubre, en las inmediaciones de la Serranía de Perijá (el ramal más septentrional de la Cordillera de los Andes). La expedición, conformada por los cursos Geología Estructural y Geología Colombiana, 62 estudiantes y 5 instructores, fue liderada por el profesor Camilo Montes, con el apoyo de los docentes Felipe Lamus y Carlos Rosero.


El grupo de estudiantes viajó a partir del 2 de octubre, desde las instalaciones de Uninorte.

“La Serranía de Perijá es un terreno interesante porque tiene todo tipo de rocas. Tenemos ígneas, sedimentarias, metamórficas, todos los tipos de depósitos superficiales, podemos estudiar la geomorfología en vivo y mirar las fallas. Este es nuestro verdadero laboratorio: las montañas, los ríos, junto a técnicas analíticas. Aquí se entiende la tridimensionalidad de la geología”, argumenta el profesor Montes.


Cada noche profesores y estudiantes retroalimentaban los hallazgos y definían el trabajo de campo posterior.

Tomando como base el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR), ubicado en la vereda Tierra Grata, corregimiento de San José de Oriente, municipio de la Paz (Cesar), los estudiantes visitaron varios afloramientos, describieron rocas y realizaron una cartografía geológica de la zona para comprender la relación entre las unidades halladas y el significado espacio-temporal de los resultados.

Es por eso que, en la reserva natural de Los Tananeos, las botas tiznadas de barro y los martillos repicando rocas solo eran precedidos por la curiosidad de estos jóvenes aspirantes a geólogos, quienes fortalecieron sus conocimientos sobre cartografía y compensaron los meses sin poner a prueba el componente práctico de sus asignaturas, debido a la pandemia de covid-19.

“Encontramos la roca in situ, ahora tomamos los datos de buzamiento y la dirección de buzamiento, es decir, el grado en que se inclina la roca y su dirección. Sacamos muestras para describirla y saber qué minerales tiene. Esta es de origen marino porque tiene carbonato de calcio”, afirmó la estudiante María Paula Moreno, de octavo semestre, luego de aplicar ácido clorhídrico a la roca caliza.

Daniel Fernández Bastidas, egresado del programa de Geología y uno de los tutores de los grupos, guió en los recorridos a sus futuros colegas junto a Pedro Pablo Contreras, técnico ambiental y agricultor de la localidad.

“Estamos haciendo un mapa geológico de la zona de Manaure para entender la disposición de las capas, cuáles son más jóvenes y viejas, si hay una zona de falla. Esto habla del dinamismo de la tierra, de cómo cambian los ambientes. Hoy estamos en unas montañas a más de 600 metros sobre el nivel del mar y encontramos unas rocas que se formaron debajo del nivel del mar. Ese dinamismo de cómo va cambiando el paisaje a través de la historia lo estudiamos los geólogos”, enfatizó Daniel.

Su grupo realizó un recorrido tratando de encontrar las capas de rocas que se diferenciaban entre areniscas rojas, conglomerados, calizas y rocas metamórficas, infiriendo la presencia de una falla (producida por el choque de las placas tectónicas).

“Según los estudios que se han venido realizando desde la Universidad del Norte, y que he acompañado, hemos encontrado en estos terrenos muchas evidencias de fósiles de hace más de 450 millones de años, como bivalvos, crinoideos, amonitas, y demás”, indicó Pedro Contreras.


Los estudiantes trabajaban por las tardes en sus mapas cartográficos en Tierra Grata.

Para Ubaldo José Anaya Fuentes, de 19 años y octavo semestre, aprender conceptos desde la práctica es lo que más le gusta de las salidas de campo. Le sorprendió encontrar un pórfido, una roca ígnea muchas veces asociada a mineralizaciones, y considera que el estudio en campo reconoce a la geología pura y a la parte más social y ambiental de la disciplina, abarcando mapas de riesgo o programas de organización territorial, en pro de la calidad de vida de la población.


El 7 de octubre los estudiantes concluyeron el mapa cartográfico general, gracias al trabajo colectivo.

“La superficie de la tierra es un inmenso campo para las observaciones científicas y hacer un trabajo de campo intensivo permite caminar una zona de falla, lo cual dinamiza nuestro proceso de aprendizaje. Profundizamos nuestros conocimientos”, concluyó Anaya Fuentes.

 

Por José Luis Rodríguez R.

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