El papel de la mujer en la ciencia: una tarea permanente

La emergencia sanitaria por covid-19 ha demostrado el papel crucial de las mujeres investigadoras en los diferentes frentes en la lucha contra la enfermedad, desde los avances en el conocimiento del virus hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas diagnósticas y las vacunas. En este contexto, el tema de la Asamblea del Sexto Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia (11 de febrero) es "Más allá de las fronteras: igualdad en la ciencia para la sociedad", con un enfoque especial en el valor de los aspectos sociales y las dimensiones culturales en la ciencia, la tecnología y la innovación para mejorar los programas de desarrollo sostenible.

Es por eso que la generación de acciones que contribuyan a la construcción de una relación sostenible con nuestro entorno es una responsabilidad de todos. Potenciar la participación de las mujeres en espacios decisorios y en la resolución de estos retos, sumados a los efectos socioeconómicos producidos por la emergencia sanitaria de covid-19, demandan más que una necesidad, una urgencia.

Bajo esta realidad, la cifra de participación de las mujeres en diferentes escenarios es baja, lo que muestra un importante sesgo de género en los espacios de acción para afrontar estos desafíos.  Por ejemplo, es evidente la subrepresentación (típicamente 10-20%) de mujeres en todas las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Si se observa como otro caso interesante la comparación de los datos de los destinatarios de los premios Nobel en las áreas de química, física y fisiología o medicina, nótese que la tasa de recepción para los destinatarios que eran mujeres aumentó sustancialmente para el Premio Nobel de Fisiología o Medicina, pero disminuyó para el Premio Nobel de Física (–38%) y el Premio Nobel de Química (–17%).

Algunas de las causas más comunes asociadas a la falta de participación de mujeres en carreras STEM incluyen estereotipos como, por ejemplo, “el 70% de las personas en todo el mundo asocian ser científico con ser hombre”.  Otro caso observado entre estudiantes y padres es que existe un prejuicio de las ciencias físicas y matemáticas, como áreas relacionadas con la masculinidad.  Así mismo, la falta de modelos femeninos inspiradores, o incluso accesibles con conocimiento disponible sobre estos campos, contribuyen al incremento en la brecha de disparidad.

Si bien estos datos se relacionan con las carreras académicas y la investigación científica, esta misma situación se observa en la industria, en la política y en otros ámbitos muy importantes en la construcción de los modelos de ciudades sostenibles que se abordan actualmente.

La necesidad de reducir esta brecha de género ha convocado a un abordaje global que propenda por involucrar a una mitad de la población humana que ha venido siendo excluida históricamente.  De esta forma, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en su quinto objetivo, trabajar en la equidad de género con la intención de asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.

Uninorte impulsa y celebra a las mujeres de ciencia

En la Universidad del Norte se generan escenarios que convocan y resaltan el rol de las mujeres en diferentes áreas STEM (Ciencias, tecnología, matemáticas e Ingeniería). Iniciativas que se vienen liderando desde programas como Ecocampus y que apuntan a un enfoque integrador que reconozca y dé valor al rol de la mujer en la resolución de los desafíos que como planeta enfrentamos, abordando el sesgo de género como una necesidad imperativa a resolver en nuestra sociedad, entre pares y en los núcleos familiares. 

Con la campaña ‘Mujeres de Ciencia Uninorte’, creada en 2017 desde la División de Ciencias Básicas, se resalta el rol de las mujeres que hacen ciencia en la universidad con sus logros: 89 profesionales y sus principales aportes a la investigación del país desde sus distintas ramas del conocimiento. Este es un espacio que está en continuo crecimiento, en el que se han involucrado profesoras-investigadoras de otras áreas STEM.

Desde 2016, a través del Programa Sábado del Docente, la Universidad del Norte ha conmemorado anualmente en febrero el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, a través de una nutrida agenda en la que se generan conversatorios con profesoras-investigadoras de la región Caribe y se comparten experiencias con los semilleros de investigación de algunos colegios del Atlántico.  El tema de acompañamiento y promoción de la vocación en niñas del Caribe hacia las áreas STEM es uno de los pilares del grupo.

En 2019 inició el proyecto Obra de teatro 'No me conformo: Soy mujer científica', en el que participan profesoras-investigadoras de los departamentos de Química y Biología y de Matemáticas y Estadística. Este espacio busca exaltar a algunas científicas de la historia que han contribuido significativamente en el abordaje de problemas y retos en estas áreas del conocimiento, así como convertir al arte en un canal de comunicación científica que contagie la pasión por la ciencia e inspire a niñas hacia estas áreas al conocer historias reales.

Este año también se creó el grupo estudiantil W-STEM, conformado por estudiantes de la División de Ingeniería interesadas en sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia de lograr la igualdad y equidad de género en STEM, así como en empoderar a las mujeres que estudian ciencias y animar a las chicas en escuelas secundarias a conocer y explorar STEM. La iniciativa es financiada por el programa ERASMUS+ de la Unión Europea y cuenta con la participación de universidades de Chile, Colombia, Costa Rica, México y Ecuador, así como de España, Finlandia, Italia e Irlanda.

Es fundamental que las instituciones apoyen las diferentes iniciativas y promuevan escenarios que faciliten la participación en búsqueda de territorios justos socialmente. Espacios que empleen un lenguaje y acciones incluyentes para la construcción de territorios resilientes, donde es fundamental el trabajo activo de la mujer.

Para acceder al artículo completo, hacer clic aquí. 

Por Maritza Duque Gutiérrez, Andrea Monroy y Natalia Hernández