Crisis en los medios de comunicación: ¿Quién es el responsable?
Hace algunos días se libró un álgido debate alrededor de los medios de comunicación, suscitado por el despido de más de 100 trabajadores del canal de televisión El Tiempo. Claudia Palacios, quien era periodista de City TV —canal del mismo conglomerado de medios— se refirió al tema diciendo que: “las facultades de periodismo se multiplicaron y se dedicaron a preparar gente para un oficio que requiere habilidades distintas. Es como si se acabaran las enfermedades y la gente siguiera estudiando medicina”.
Desde hace varios años la profesión ha venido transformándose conforme a los nuevos canales de comunicación que han aparecido. El gremio se queja por la insostenibilidad de un modelo económico basado principalmente en la publicidad y que ha demostrado no ser lo suficientemente rentable desde lo digital, además de ofrecer escasas oportunidades laborales y enfrentar a los recién egresados al temor del desempleo.
Sin embargo, surge la pregunta de si es esto es responsabilidad de la Academia, sus planes de estudio y el enfoque que reciben los estudiantes en su etapa formativa. Para Alberto Martínez, director del departamento de Comunicación Social y Periodismo, “lo primero que hay que dejar claro es que un estudiante formado como comunicador social y periodista está en capacidad de responder en 33 cargos. Ser periodista no es la única posibilidad y desde la academia nos encargamos de formar profesionales integrales que estén preparados para ello”.
Martínez enfatiza en cómo la formación periodística incluye un componente humanístico, ético y filosófico que no se puede desconocer ni pensar que desde cualquier carrera es posible ejercerlo. Cuestiona lo cerrado del debate al tener como única variable la responsabilidad de la academia en la profesión periodística.
“Necesitamos una ley estatutaria del periodista que califique la profesión como una de alto riesgo. Necesitamos equidad en un mercado laboral donde predomina la informalidad y donde en muchas mesas de trabajo hay periodistas ganándose mucho dinero y en las calles ejércitos de reporteros con salarios ínfimos”, apuntó el profesor, resaltando cómo el debate debe incluir más componentes que afectan el quehacer de la profesión en el país.
Juan Pablo Ferro, periodista y docente investigador, mira el papel de las facultades de periodismo desde una perspectiva histórica, en la que si bien reconoce como en un principio la labor periodística —siglo XIX y principios del XX— era de carácter instintivo y de confiar en las virtudes de algunos, sin desconocer buenos resultados y exponentes, lo que sucedió después fue la especialización y cualificación de la profesión desde la academia.
Es ese entonces la formación, que a criterio de Alberto Martínez brinda la capacidad a un periodista de saber “cómo, a quién y en qué momento hablar, así como el medio desde el que se va a hablar con imparcialidad y veracidad”.
¿Tecnología es el enemigo a vencer?
Hoy el acceso a la información es más fácil para las personas, tienen a su disposición cientos de fuentes y cualquiera puede asumir el rol de entregar información a través de múltiples redes sociales y aparatos tecnológicos. No obstante, eso no garantiza criterios tan importantes para el periodismo como la veracidad.
Sobre la transformación digital Farouk Caballero, magíster en Periodismo, considera que “no hay duda en que los formatos, las narrativas y los géneros deben evolucionar conforme a las herramientas y plataformas que surjan, siendo clave ahí el papel de las facultades de Comunicación Social y Periodismo donde ya se ha venido trabajando en esa reinvención”.
A pesar del cambio de plataformas o de medios, hay valores que un periodista debe conservar como la veracidad, el contraste de fuentes y la imparcialidad.
Martínez afirma que la academia no está de espaldas a los medios de comunicación y que, por el contrario, constantemente "se revisan los planes de estudios, enfoques y habilidades necesarias, según lo que acontezca”. Si desde la academia se trabaja en pro de la profesión, entonces se pregunta “¿qué están haciendo los medios para asumir también los cambios a los que se enfrentan?”.
Hay ejemplos favorables de cómo asumir la transformación digital sin recurrir a despidos, poner en duda la reputación del medio o entregarse a la publicidad desmedida. The New York Times es uno de ellos. “Mientras en Colombia se despiden periodistas, el ‘NYT’ da ejemplo de crecimiento y adaptación al cambio, tienen más de un millón de suscriptores y una redacción de más de mil periodistas”, comenta Juan Pablo Ferro, destacando el gran ejemplo que ese medio le ha dado a periodistas del mundo. Otro ejemplo que resalta es ‘The Guardian’, medio británico que escuchando a las audiencias evidenció desde dónde llegaban sus lectores y hoy cuenta con corresponsales en EEUU y países asáticos.
Es cuestión entonces de evaluar cómo se lleva el negocio en Colombia. “En el país hay una ascendencia de las organizaciones económicas sobre los medios de comunicación, lo cual también es un punto importante al evaluar el estado de la profesión”, comenta Martínez, mientras que Juan Pablo Ferro señala que “los despidos demuestran cómo desde cierto modelo económico la solución que encuentran es reducir personal, pero eso no quiere decir que sea la única y el comunicador social y periodista de hoy debe saber buscar otras oportunidades que están disponibles”.
Ante la avalancha de información que día a día llega a las personas, Alberto Martínez confía en que llegará el momento para que las audiencias depuren ese exceso de información que les rodea y se queden con la que les ofrezca confianza, imparcialidad y ética ante el desafío de informar. Allí la formación que se imparte desde la academia seguirá siendo esencial.
Por Omar David Alvarez
Más noticias
Dic 17, 2024
Histórico