Conversatorio Salomón Kalmanovitz
Antes de recibir su Doctorado Honoris Causa en Economía, Salomón Kalmanovitz fue el invitado especial de un conversatorio que trató diversos temas económicos, políticos y pedagógicos en el salón 13G2. El homenajeado estuvo la mañana del 4 de abril acompañado por un panel compuesto por los docentes Janiel Melamed, David Díaz y Jairo Parada.
Un elemento común entre los miembros del panel fue su rol como educadores, y por tanto fue una de las primeras cuestiones debatidas. Kalmanovitz dejó clara su premisa: la economía se debe enseñar con una base en lo histórico. “De esa manera, el estudiante ve la economía desde un punto de vista concreto y va a tener un entendimiento mejor cuando entre a los modelos de la formalización matemática de la economía (...) es más intenso, una aventura, es la historia humana, verla repitiéndose en la tragedia, el drama, y el éxito”, manifestó.
En ese sentido, el invitado también hizo un llamado a los estudiantes a que fueran más curiosos y que buscaran respuestas en otras áreas del conocimiento. “No desprecien las humanidades, que es un elemento fundamental y que les puede ayudar muchísimo a tener una perspectiva mucho más amplia sobre la vida, los problemas y su entorno”, insistió.
El profesor Parada, del departamento de Economía, recordó su paso como estudiante de Kalmanovitz en la Universidad Nacional, y los largos ensayos que debía entregar. “La mejor pedagogía es el ensayo, la escritura, donde más se desarrollan las capacidades intelectuales y de análisis”, comentó el homenajeado sobre este tipo de evaluaciones.
Kalmanovitz también recordó su niñez y juventud, que vivió en la capital del Atlántico, y que despertaron su “sensibilidad” frente a temas políticos y sociales. “En la costa hay un ambiente cosmopolita, hay cierta apertura a distintas culturas y estratos sociales, era una conjunción de elementos que me abrieron la cabeza en comparación a otra ciudad”, señaló.
Durante su trayectoria, el economista ha sido relacionado con el marxismo, no obstante, sus publicaciones reflejan un cambio en el tiempo y una adopción de ideas de otras corrientes de pensamiento como el neoinstitucionalismo y poskeynesiano. El invitado contó que uno de los sucesos que marcó este cambio fue su entrada al Banco de la República como codirector.
Admitió que en un principio no conocía exactamente qué función debía cumplir en el banco y que se instruyó a través de varias lecturas de autores de diferentes vertientes del pensamiento. Así también se apoyó en el equipo técnico que hacía el trabajo empírico. “No importa tanto el esquema teórico que estés trabajando, si eres respetuoso de los datos y te sirven para sacar buenas conclusiones de lo que está pasando”, argumentó.
Sobre la situación económica actual del país, el invitado manifestó que el “pecado original” fue depender de materias primas —petróleo— para exportar sin tener una política macroeconómica para absorber las revaluaciones que se dan en el precio de estos productos. “No sobró nada, nos endeudamos y tenemos una pésima proyección macroeconómica que no nos ayuda a enfrentarnos a este tipo de problemas”, reflexionó el filósofo y economista de la Universidad de New Hampshire.
En cuanto a la región Caribe, Kalmanovitz analizó la situación desde la óptica de la falta de industrias y la concentración de la economía en el sector ganadero, que ha estado estancado durante 30 años. Agregó que algunas de las causas de este atraso es que el sector agropecuario se vio directamente afectado por el conflicto armado y el proteccionismo con el que había contado por el Estado.
En conjunto con el doctorado, Ediciones Uninorte publicó el libro Semblanzas de un pensador caribe, sobre la vida de Kalmanovitz que recoge varias de sus columnas, hace un análisis de su legado y, además, contiene un artículo de su autoría en el que habla, desde una perspectiva histórica, sobre el rezago económico del Caribe colombiano.
Por Leonardo Carvajalino
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