Claves para hacer más efectiva la enseñanza CLIL en la educación superior
Usar el inglés como lengua vehicular en otras áreas de estudio es el objetivo de esta metodología, utilizada por el Instituto de Idiomas. Las expertas Emma Dafouz y Joyce Kling reflexionan sobre su uso, fortalezas y contexto.
Con el pasar de los años, el aumento de la enseñanza de contenidos no lingüísticos, como la biología, los negocios o las matemáticas, utilizando el inglés como lengua vehicular cada vez se relaciona más con el proceso de internacionalización y globalización que experimenta la educación superior. Desde el Instituto de Idiomas de la Universidad del Norte, Paige Michael Poole, coordinadora de los programas de inglés con énfasis en cultura del Departamento de Lenguas Extranjeras, tiene claro que este enfoque educativo no solo busca que los estudiantes estén mejor preparados en el aula sino también en su vida profesional y personal.
La metodología, denominada CLIL (Content and Language Integrated Learning/Aprendizaje Integrado de Contenido y Lengua Extranjera), es utilizada desde hace casi 10 años por el Instituto, sobre todo en los niveles avanzados de inglés de ciertos programas académicos, como Relaciones Internacionales, Lenguas Modernas y Cultura, y Negocios Internacionales.
“Usamos esta metodología, por ejemplo, en el nivel 4 de Lenguas Modernas y Cultura, para enseñarle a los estudiantes sobre líderes de paz en diferentes contextos y a la vez asegurar que aprendan inglés como lengua extranjera. Una muestra de nuestro compromiso con esta enseñanza es que trabajamos desde 2008 con la Universidad de la Sabana y el Editorial Pearson, organizando cada dos años el Simposio CLIL, que permite compartir experiencias, mejorar la práctica y conocer investigación relacionada con la integración de contenido y lenguaje”, explica la profesora Paige.
El método CLIL pretende que las personas aprendan una nueva lengua de manera más natural, viendo en este caso el inglés como una herramienta de comunicación. Para conocer más sobre las fortalezas y el contexto en el que hoy se implementa esta metodología, consultamos a dos expertas internacionales, participantes de la última edición del Simposio CLIL: Emma Dafouz, profesora del Departamento de Estudios Ingleses de la Universidad Complutense de Madrid, cuya investigación se ocupa de la comprensión de los roles del lenguaje en la educación, tanto en los programas de Aprendizaje Integrado de Contenidos e Idiomas (CLIL) en España, y más recientemente, en la educación superior media en inglés. Y a Joyce Kling, profesora asociada en el Departamento de Estudios de Inglés, Germánico y Romance de la Universidad de Copenhague, cuyos estudios se centran en el aula multilingüe y multicultural, con especial énfasis en el uso de lenguas extranjeras en contextos de enseñanza media en inglés (EMI).
Emma Dafouz.
“Se trata de poner en valor a la lengua, sea inglesa, española o los repertorios lingüísticos con los que cuentan los alumnos, para ayudar en el aprendizaje de contenidos. El divorcio entre aprendizaje y lengua o lengua y conocimiento debe subsanarse. Gran parte del éxito educativo depende del éxito lingüístico y este es un tema que se ha abordado en la educación anglosajona, pero en España, creo, todavía tiene mucho margen de actuación”, argumenta Dafouz. Su publicación más reciente, titulada Road-Mapping, educación media en inglés en la Universidad Internacionalizada (en coautoría con Ute Smit), fue publicada por Palgrave Macmillan en 2020.
Para la profesora Kling, los beneficios clave de un enfoque educativo de doble enfoque, que tiene como objetivo integrar el dominio del idioma y las competencias académicas específicas de la disciplina, se traducen en un mayor conocimiento del contenido y habilidades del lenguaje académico.
“Vincular las metodologías CLIL a las ofertas de cursos de EMI proporciona una interacción multilingüe en la que los estudiantes se basan en sus estrategias y capacidades para mediar en su educación. Por tanto, este apoyo puede aliviar parte del estrés del entorno educativo y crear más oportunidades de éxito”, puntualiza la experta, quien desde 2009 ha estado activa en el desarrollo e implementación del TOEPAS, la prueba de dominio del inglés oral para el personal académico. Ha publicado varios artículos y capítulos sobre EMI y es coautora de English Medium Instruction in Multilingual and Mutlicultural Universities (Henriksen, Holmen and Kling, 2018).
Joyce Kling.
La principal recomendación de Dafouz a aquellos docentes que pretendan implementar la metodología CLIL es investigar bien las características de su contexto educativo. Es decir, saber con qué profesores cuenta, cuál es su formación lingüística, cuáles son las asignaturas que quieren impartir en la lengua extranjera seleccionada, por qué esas asignaturas y no otras, qué perfil tienen los alumnos, qué objetivos tienen a la hora de estudiar la lengua extranjera, qué apoyo institucional tienen y si existe una política lingüística sobre ello.
“En definitiva es fundamental conocer el contexto en el que nos movemos para tomar las decisiones más adecuadas. Hablamos siempre de situated learning y este caso particular de EMI es incluso más importante, pues recreamos unas pautas docentes y unas culturas disciplinares y académicas que a menudo son nuevas para todos los implicados”, señala.
Además, afirma que la multimodalidad de las clases que hoy se experimenta globalmente ofrece una amplia gama de oportunidades para apoyar el desarrollo de lenguas extranjeras. Sin embargo, también advierte que los estudiantes pueden sentirse desconectados debido a las limitaciones para interactuar en persona. Por lo tanto, sugiere a los profesores de idiomas encontrar métodos para evaluar el desarrollo del lenguaje en línea, tanto las habilidades productivas como las receptivas, con el fin de determinar cómo proporcionar retroalimentación adecuada a los estudiantes.
“La pandemia ha inculcado un nuevo nivel de creatividad en los profesores. Esto ha dado lugar a que se ofrezcan cursos extensos en línea que anteriormente solo estaban disponibles en entornos presenciales. Las comunidades en línea con intercambio de idiomas, sin mencionar los cursos de contenido a través de MOOC, están disponibles en todo el mundo y brindan a los estudiantes de idiomas (y profesores) la oportunidad de desarrollar su dominio del idioma e interactuar en lo que ahora podemos considerar un entorno natural. En términos de desarrollo de pedagogías apoyadas por EMI y CLIL, los profesores de contenido e idiomas también pueden participar en programas de formación en línea”, concluye la profesora Kling.
Por José Luis Rodríguez R.
Más noticias
Dic 17, 2024
Histórico