Beca Familia Espinosa Dávila celebra 10 años de apoyo a la educación superior

Terminar una carrera universitaria es un gran logro personal y familiar, especialmente cuando las dificultades económicas amenazan con truncar ese sueño. Para 16 jóvenes, la Beca Familia Espinosa Dávila fue el salvavidas que les permitió superar ese obstáculo y culminar su formación profesional en Uninorte, evitando la deserción en etapas avanzadas de sus estudios. Gracias a este apoyo, que cubre el 80 % de la matrícula, estos estudiantes han podido continuar su camino hacia el éxito, demostrando que, con el respaldo adecuado, la perseverancia puede vencer cualquier adversidad.

Varios beneficiarios de la beca y miembros de la familia Espinosa Dávila celebraron el 20 de agosto, con un almuerzo en el restaurante Bocas de Ceniza, una década de compromiso con la educación y el futuro de jóvenes talentosos que esta beca ha abanderado en la universidad.

“Cuando creamos esta beca lo hicimos con una finalidad que hoy se mantiene: apoyar a aquellos estudiantes que ya hayan cursado más de la mitad de su carrera y que, por alguna razón económica y social, tengan dificultades para mantenerse en la universidad”, enfatizó Sergio Espinosa, egresado de las primeras promociones de administradores de empresas de Uninorte y representante ante los egresados en el Consejo Directivo de la universidad.

La beca es una oportunidad que transforma vidas. Para el joven barranquillero Ronald Alberto Fuentes Niebles, uno de los beneficiarios más recientes y egresado del programa de Licenciatura en Educación Infantil, esta le permitió cumplir su sueño de iniciar un posgrado mientras aún cursaba su pregrado.

"La beca fue una oportunidad muy buena, no solo me ayudó a terminar el pregrado, sino que también me permitió aplicar al programa Enlace Pregrado-Posgrado”. Ahora Ronald está a punto de obtener su diploma como magíster en educación con énfasis en cognición, un sueño que, según sus palabras, no hubiera sido posible sin este apoyo.

El encuentro fue también un espacio para reflexionar sobre el impacto a largo plazo de la beca en la vida de sus beneficiarios. Felipe de la Cruz Muñoz, egresado del Programa de Ingeniería Industrial, recordó cómo la beca le permitió regresar a la universidad después de haber estado dos semestres sin estudiar durante la pandemia. “Este tipo de becas son de una importancia invaluable. Uno cuando se enfrenta a esa situación de escasez económica está angustiado, frustrado, porque se le sale de las manos el no poder seguir estudiando. Esta beca fue crucial para acabar mi carrera”, destacó.

Durante la pandemia, su familia sufrió un duro revés económico, ya que su padre perdió su empleo. Sin embargo, en el octavo semestre, la obtención de la beca marcó la diferencia, alivió la carga económica y le permitió continuar sus estudios con tranquilidad. Hoy De la Cruz incursiona en el ámbito laboral como analista de datos en Data Leik, empresa de servicios de IT y analítica. A lo largo de sus prácticas descubrió su pasión por la ciencia de datos, lo que lo llevó a desempeñarse como científico de datos durante dos años. Recientemente, ha dado un nuevo paso en su carrera al convertirse en ingeniero de machine learning, una rama que, según él, tiene gran proyección.

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La diversidad de experiencias compartidas en este encuentro reflejó la amplitud del impacto de la Beca Familia Espinosa Dávila, tanto en términos personales como profesionales. Melysa Chourio Vergara, egresada del Programa de Comunicación Social y Periodismo, destacó cómo el alivio económico que le proporcionó la beca le permitió participar en prácticas profesionales internacionales en los parques de Disney y tomar clases de liderazgo en el Valencia College.

"Esta beca para mí significó una oportunidad única, porque me abrió las puertas para hacer muchas cosas que yo no pensé que quería o que podía hacer", indicó la barranquillera, bachiller del Colegio Metropolitano de Soledad.

Sergio Espinosa, emocionado al ver cómo los becarios han prosperado a lo largo de los años, reafirmó su compromiso de continuar apoyando a más jóvenes. “Invertir en educación siempre debe ser un propósito de todos aquellos que hemos tenido la oportunidad y hemos logrado tener éxito en la vida. Una manera de retribuirle a otros jóvenes. La educación es una inversión en el futuro de estos muchachos y en el futuro del país”, expresó con convicción.

La Beca Familia Espinosa Dávila en una década ha transformado las vidas de jóvenes que hoy son profesionales destacados, con una perspectiva de futuro más amplia y con una eterna gratitud hacia aquellos que les tendieron la mano cuando más lo necesitaban.

Hasta el 5 de noviembre está abierta la convocatoria de Becas Uninorte para el periodo 2025-I, una excelente oportunidad para quienes buscan apoyo financiero para estudiar en una de las mejores universidades del país. Uninorte invita a todos sus egresados y amigos a ser parte de la iniciativa transformadora + Becas. Cada donación cuenta y juntos podemos hacer una diferencia.