Los desafíos de la educación en los próximos 50 años, según los profesores
Por:
04 nov 2016
Como parte de la celebración de los 50 años de la universidad, realizada por sus docentes, se realizó el conversatorio “Futuro de la educación superior”, un espacio ideado para que todos los profesores presentes en el evento pudieran dar su visión acerca de los posibles retos, oportunidades y cambios que se darán en la formación académica de Uninorte, en las próximas cinco décadas.
Anabella Martínez, exdirectora de Calidad y Proyectos Académicos de Uninorte, fue la encargada de presentar cada una de las 10 preguntas que fueron remitidas desde las diferentes divisiones y áreas académicas de la universidad, para que fuesen debatidas por los asistentes.
La primera de estas se refirió a cómo las nuevas tecnologías influenciarán el rol del profesor durante los próximos 50 años, a lo que Tomas Rada, docente y director del departamento de Física respondió que tanto las tecnologías actuales como las que vendrán más adelante serán un elemento indispensable en la nueva Uninorte. "La invitación es a los colegas, para unirnos a esos avances y ser parte de esa evolución como docentes”.
Una segunda pregunta estuvo enfocada en analizar los aspectos que en estos 50 años han llevado a esta universidad a la excelencia, así como los cambios que se deberían hacer a futuro; por lo que se habló del compromiso de los docentes del mañana con una mayor internacionalización. La profesora Nayibe Rosado, del Instituto de Idiomas, opinó acerca de la posibilidad de que con las nuevas tecnología, sumadas a la capacidad de los docentes, se puedan ofrecer a los estudiantes currículos flexibles con distintas formas de ser desarrollados, sin ser lineales y según las necesidades de los alumnos.
Por su parte Alberto Roa, vicerrector académico, participó del conversatorio contestado a una pregunta relacionada con el impacto que deberán tener las artes en la educación superior del Caribe en los años venideros. Manifestó que estas son un componente fundamental en la educación de los estudiantes. “Las artes y las humanidades nos van a mostrar cada vez más el camino hacia la formación de los próximos 50 años”, apuntó.
Otra pregunta tuvo que ver con la posición que la universidad debe desempeñar en el desarrollo empresarial de la ciudad y del país, a lo que Dagoberto Paramo, docente de la Escuela de Negocios, contestó que se debe hacer mayor énfasis en la investigación y teorización de empresas micro y pequeñas, que son mayoría en el país y que han sido estudiadas en menor medida.
En el conversatorio también se debatió sobre cómo crear modelos de evaluación que integren correctamente lo científico, tecnológico y humanístico en la enseñanza del futuro. Una de las profesoras que intervino fue Mónica Borjas, quien indicó que la evaluación debe estar ligada a contextos reales, para que los estudiantes se sientan retados y cercanos a la realidad, y así integren todos sus conocimientos.
De igual forma Judith Arteta, educadora y directora del departamento de Química y Biología, resaltó que a futuro se debe integrar en el proceso de evaluación al alumno, para que participe de forma consciente en procesos de autoevaluación. “Que el estudiante pueda, al tiempo que va participando de su propio aprendizaje, ir autorregulándose; debemos trabajar también la metacognición aplicada a la evaluación”, afirmó.
Un manifiesto por el futuro de la enseñanza
Al finalizar este espacio académico se redactó un documento que recopiló las percepciones, opiniones e ideas de los docentes ante las preguntas anteriores, este se realizó bajo la coordinación de Norma Barletta, docente del departamento de Lenguas; posteriormente este fue leído ante los asistentes como un manifiesto por el futuro de la educación en Uninorte.
Entre sus 10 puntos, el manifiesto destacó que para continuar siendo una universidad de excelencia es indispensable un liderazgo institucional que mantenga el sello de lo que hoy es Uninorte. Así mismo se anotó que formar estudiantes éticos y socialmente responsables será una misión para la cual deben prepararse los docentes, e incorporar la competencia del ser en la práctica de la enseñanza en las clases.
Otro aspecto que se resaltó fue que la academia se deberá conectar más con el mundo real, dándole más protagonismo a la educación en las habilidades blandas, como hablar en público, trabajar en equipo y liderazgo, entre otras. Así mismo, se planteó el dar mayor énfasis a otros tipos de pensamiento como el artístico, no solo al crítico, e insistir en el aprendizaje de la argumentación.
Por María Margarita Mendoza