Patrimonio cultural, academia y sociedad, la responsabilidad de una herencia viva

La historia ha demostrado que las comunidades, como usuarias, son las que crean, transforman, heredan y otorgan valor a su patrimonio cultural. En Colombia, desde el marco constitucional, se han desarrollado diversas normas específicas como la Ley General de Cultura o el fortalecimiento de instancias como las Vigías del Patrimonio Cultural. Pero en el ámbito académico su importancia se ve reflejada en el aumento creciente de la oferta de programas especializados en patrimonio cultural, y proyectos que buscan estudiarlo y protegerlo.

El Museo Mapuka de la Universidad del Norte, a través de alianzas interinstitucionales, busca ser una ventana que muestre precisamente lo que este tema hoy está representando al interior de la academia. El viernes 26 de julio organizó la conferencia Patrimonio Cultural, Academia y Sociedad, en donde investigadores de la Universidad de los Andes, Universidad del Atlántico y de Uninorte dieron a conocer diversos proyectos que vienen adelantando en torno al patrimonio cultural.

“¿Qué es en sí el patrimonio cultural?, ¿qué es lo primero que imaginas cuando escuchas este término? Es lo que nosotros heredamos de alguien o muchas personas que estuvieron antes que nosotros”, advirtió de entrada Marcela Cuellar, decana de Arquitectura de Uniatlántico, al iniciar su presentación en el salón 11G2.

Su facultad trabaja el tema del patrimonio y la memoria con estudiantes de quinto y séptimo semestre, y se enfocan en proyectos como el de Taller de la Ciudad, que articula todos los planes de investigación sobre patrimonio. En este momento tiene entre sus prioridades el mantenimiento y protección del patrimonio cultural de Barrio Abajo, desde el estudio de su arquitectura, historia y características urbanas.

“Barrio Abajo quedó entre dos puntos de la ciudad declarados patrimonio histórico: el Centro Histórico y el Prado-Bellavista, quedando el sector como área de influencia. Esto hizo que el barrio se fracturara en dos vías importantes: la 50 y la 45 (Murillo), y generara usos industriales y comerciales de alto tráfico, que cambiaron las condiciones del barrio”, detalló la decana.

Otros proyectos que desarrolla la facultad son el de la restauración del edificio de Bellas Artes, ubicado en el barrio El Prado, y la construcción de ciudadelas de paz.

             Marcela Cuellar, decana de la facultad de Arquitectura de Uniatlántico.

Desde Uninorte, a través del Museo Mapuka, se viene estudiando la apropiación y posicionamiento de los museos en la comunidad barranquillera. Luego de los primeros cinco años de funcionamiento de Mapuka, Laura Bordillos, comunicadora social y periodista de Uninorte, se dio a la tarea de caracterizar los públicos y ver qué está pasando en la ciudad y la comunidad Uninorte con los temas de patrimonio, especialmente los museos.

La metodología consistió en realizar entrevistas a profundidad a personas, profesores y directores de la institución relacionadas de alguna forma con Mapuka, para saber qué tanto conocían de la dependencia cultural. Aplicar también 250 encuestas, de 20 preguntas, en Barranquilla y 700 dentro de la universidad, además de efectuar grupos focales y análisis comparativos con otros museos en temas de manejo de medios, redes sociales, mercadeo, entre otros.

“Las conclusiones más representativas en Barranquilla son que el conocimiento acerca de la oferta de los museos es baja, la frecuencia de visitas también lo es y el de mayor de recordación es el Museo del Caribe. La mayoría de los encuestados dicen estar interesados en cultura, pero el evento cultural al que más prefieren ir es al Carnaval y sus eventos relacionados. Más de la mitad de los encuestados nunca ha asistido a un museo porque no saben dónde queda o no les interesa, y también se evidencia una falta de acceso a la información”, manifestó Bordillos.

Mario Omar Fernández, profesor de la Universidad de los Andes, representante de la maestría en Patrimonio Cultural Mueble, también compartió sus proyectos, como el de apropiación social del patrimonio cultural del Centro Histórico de Ambalema, Tolima o la investigación de la colección textil de la Catedral Primada de Colombia (Bogotá). Los tres académicos demostraron con sus proyectos cómo desde las universidades las comunidades también puede transformar y salvaguardar su patrimonio cultural.

Por José Luis Rodríguez R.