Palabras de Carlos Quintero, medalla de oro, durante la ceremonia de grado

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Carlos Quintero Borrás, egresado de Ingeniería Mecánica.

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17 feb 2014

"Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios" – Simón Bolívar
"La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación"  - Nelson Mandela

Con estas dos frases pronunciadas por célebres próceres de la liberación de los pueblos de nuestra América Latina y de Sudáfrica, respectivamente, inicio esta intervención, en uno de los días más especiales y emotivos de la existencia de 684 Graduandos que, a partir de hoy, nos hemos convertido formalmente en profesionales de diferentes ámbitos del conocimiento. Es un motivo de inmensa felicidad estar aquí, en representación de todos ellos, dirigiendo a Ustedes estas palabras de agradecimiento, reflexión y esperanza en el porvenir y en los sueños por cumplir, observando en retrospectiva los logros alcanzados hasta este momento.

Recibo con orgullo esta Medalla de Oro a la Excelencia Académica, galardón que representa un colofón ideal a una etapa de la vida llena de triunfos, emociones y nuevas experiencias; y felicito a todos aquellos compañeros(as) Graduandos que hoy han recibido un reconocimiento a su labor académica, deportiva y científica. Considero que este premio es un triunfo colectivo, en la medida en que no hubiese sido posible alcanzar esta meta sin el apoyo vital de personas presentes y ausentes físicamente, e instituciones, a quienes con infinita gratitud me dirijo.

A Dios Todopoderoso, fuerza espiritual que nunca nos abandona y que nos permite avanzar victoriosos hacia nuestras metas; y que, en mi caso personal, colocó a un ángel que nunca se ha alejado de mí aunque se haya ido físicamente hace 16 años: a mi amado padre, José de Jesús Quintero Durán. Aquél 31 de Enero de 1998, cuando contaba con apenas 6 años de edad, y una hora antes de fallecer en un accidente de tránsito, recibí su última llamada, en la cual una promesa de por vida marcó todo lo que vendría en el futuro: "Hijo mío, a partir de hoy eres el hombre de la casa. Cuida de tus dos mujeres (tu madre y tu abuela). Tú eres un campeón." Padre mío, donde quiera que te encuentres, te he cumplido en esta primera etapa, y seguiré cumpliéndote en todo lo que realice, llevando en alto tu legado y tu memoria como un padre ejemplar y amoroso.

A mi amada Madre, Nayibe Borrás, y a mi adorada Abuela, Beatriz Andión, mis dos mujeres, artífices de lo que he llegado a ser hoy en día con lo que me han inculcado y el amor perpetuo que me han profesado, con un esfuerzo y una abnegación admirables. En especial, mis agradecimientos van dirigidos hacia las mujeres, que han marcado una gran influencia en mi vida personal y profesional. Desde mi madre y mi abuela hasta aquellas amigas y mujeres que fueron llegando con el paso del tiempo para no irse jamás: muchas de ellas aquí presentes y muchas otras desde la distancia siguiendo esta Ceremonia. Aquellas que llegaron para ser especiales y producir muchos bellos sentimientos, para ser admirables por su conjunción de belleza, inteligencia y ternura, entre muchas otras características; para dar un consejo apropiado en el momento indicado, para vivir momentos agradables y para acompañar en situaciones difíciles. Tal como lo expresa el Talmud hebreo, extensivo para todas las damas aquí presentes: "La mujer salió de la costilla del hombre. No de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada." Agradezco también, en nombre de mis compañeros(as) Graduandos, a todos nuestros familiares y allegados, que estuvieron presentes en momentos de alegrías y retos, de emociones y sueños, de luchas y de satisfacciones.

Es sumamente necesario e importante expresar el enorme agradecimiento hacia la Universidad del Norte como Institución de Educación Superior de alta calidad, por múltiples razones: primero que todo, su apuesta por los talentos de la juventud de la Región Caribe, representada en el Programa de Becas que, de la mano con el sector empresarial, ha ido construyendo y consolidando en los últimos años. Además, su visión internacional, que nos permite acceder a experiencias en el extranjero que son muy enriquecedoras en todos los ámbitos. Por último, es preciso mencionar la constante búsqueda de una calidad excepcional en la educación brindada, recompensada con acreditaciones nacionales e internacionales. Como Becario Roble Amarillo y Becario DAAD-Colciencias Jóvenes Ingenieros 2012-2013, y en nombre de mis compañeros Becarios y de todos aquellos que disfrutaron o aún disfrutan de los beneficios de convenios internacionales en diversas latitudes, les expreso nuestros sinceros agradecimientos. Es fundamental también agradecer al Departamento de Ingeniería Mecánica, a su Director de Departamento, Ing. Humberto Gómez Vega; a su Coordinadora de Programa, Ing. Ana Mercedes Lugo, a todo su Cuerpo de Profesores, y a la División de Ingenierías, en cabeza del Ing. Javier Páez Saavedra, cuya labor ha logrado que la Acreditación Internacional ABET sea una carta de presentación inmejorable para los Ingenieros egresados de esta Alma Máter.

A mis amigos y amigas, muchos de los cuales comparten hoy esta alegría indescriptible de haber alcanzado juntos esta meta; se quedan cortas las palabras para expresar mi alegría por haber construido lazos inquebrantables que no separarán ni el tiempo ni las distancias físicas. Ustedes son una de las grandes recompensas de esta etapa universitaria, y sin Ustedes, el camino no hubiese sido tan fructífero. Nombrarlos a todos y todas en este espacio sería interminable, pero cada uno de Ustedes sabe lo importante que ha sido y seguirá siendo en este trasegar de la vida que no se detiene.

Compañeros(as) Graduandos, felicitaciones a todos(as) por este logro alcanzado. Es un triunfo haber llegado a este momento, pero también debe ser entendido como una gran responsabilidad. En este orden de ideas, es preciso puntualizar algunas reflexiones: primero que todo, es indispensable comprender que el aporte de cada uno de los ámbitos del conocimiento es esencial. ¿Qué sería de nuestra vida sin la inspiración y las sensaciones que transmite la música, sin un marco jurídico definido, sin una comprensión adecuada de los sistemas económicos y las complejas relaciones internacionales, sin Ingenieros adecuadamente preparados para diseñar, perfeccionar e implementar soluciones que satisfagan necesidades de carácter industrial, económico e incluso social?, y así sucesivamente para todas las carreras.

Además, debemos entender que estamos en un proceso cada vez más acelerado de transición de la era industrial a la era de la información. Quien posee la información, ostenta el poder: por ello, nunca dejemos de ser críticos, de analizar a profundidad los sucesos diarios y los intereses involucrados, y de tomar partido como sujetos activos de una sociedad que requiere con urgencia cambios estructurales económicos, políticos y sociales para alcanzar niveles de desarrollo acordes a las potencialidades que poseemos. Nosotros, como futuros líderes, debemos tener claro que todo lo que hagamos de hoy en adelante afectará tanto nuestro futuro como el de las generaciones por venir.

Como reflexión final, es trascendental expresar que nunca debemos dejar de soñar y trazarnos metas para ser alcanzadas a corto, mediano y largo plazo. Esto debe ir acompañado de una acción consistente y orientada a cumplirlas. Por lo tanto, nunca dejemos de valorar todo lo que nos hemos esforzado para alcanzar esta meta, recordando al mismo tiempo que no somos productos terminados, sino en constante formación y crecimiento hasta el final de nuestros días. Seamos entonces los profesionales del presente y del futuro, dignos de ser recordados para la posteridad por los actos que realicemos de aquí en adelante.

Enuncio entonces, y para finalizar, las palabras de aquél líder latinoamericano cuyo legado es hoy aún recordado por millones de personas en todo el mundo, Ernesto "Che" Guevara, para que las tengan presentes en todos los actos que realicen de hoy en adelante en sus vidas: "¡Que lo sepan los nacidos, y los que van a nacer, que nacimos para vencer y no para ser vencidos!"; así como también una frase construida a partir de experiencias colectivas: "La vida es demasiado corta para ser pequeña. Piensen en grande. Vivan en grande". ¡Hasta la Victoria Siempre! Muchísimas gracias.

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