Milvana Latorre (q.e.p.d.), una abogada que inspiró con el ejemplo

La familia de la graduanda recibirá el título póstumo, que la certifica como una profesional con sello Uninorte. En su tiempo de estudio se destacó como una estudiante comprometida, responsable, alegre y que hizo frente con altura a las dificultades de salud que la acompañaron desde siempre.

milvanalatorre.jpg
A pesar de su condición de salud, Mivana Latorre quiso llevar una vida lo más normal posible. (fotos tomadas de su cuenta de Instagram)

Por:

06 nov 2020

Hay batallas que nunca se pierden en la vida, como la de Milvana Latorre, quien hoy recibiría su título como abogada de Uninorte, pero que el destino quiso que fuera de otro modo. Ella es ejemplo de lucha, de tenacidad, de valentía, de esperanza y de victoria. A punta de desafiar cualquier pronóstico médico que le insistiera que no iba a poder, su convicción la llevó por el sendero del logro. Por eso el título de abogada por el que trabajó incansablemente se le entregará a su familia como reconocimiento a una profesional sobresaliente.

Desde muy temprana edad supo que su vida no sería normal, que le costaría más que a los demás desenvolverse en la cotidianidad. Nació con una enfermedad genética llamada atrofia muscular espinal (tipo 2), que afecta las neuronas motoras de la medula espinal; una enfermedad progresiva y degenerativa. A pesar de lo desesperanzador de un pronóstico de estos, se sacó una sonrisa del bolsillo y la pintó para siempre en su cara. Así comprendió que de ella, solamente de ella, dependía hacer realidad las metas y sueños que la adversidad nunca limitó.

A los siete años ya no podía caminar, por lo que tuvo que recurrir a una silla de ruedas; según ella misma decía, esa silla le permitió tener mucha autonomía e independencia. “Sin embargo, hay muchos más obstáculos que tengo que sobrellevar en mi vida diaria, pero de eso se trata la vida”, dijo en uno de los videos que solía subir en su canal de YouTube, en donde compartía su testimonio de vida.

Quiso llevar una vida normal, lo más normal posible, y decidió estudiar Derecho en Uninorte. Desde el primer semestre estuvo en la lista de la decana por sus resultados académicos. Entre sus profesores y compañeros se le recuerda como una estudiante comprometida, responsable, alegre, optimista, risueña. En 2020 cursaba décimo semestre cuando la vida se le apagó. Le faltó muy poco para finalizar su carrera. En la división ya se había tomado la decisión académica de eximirla de preparatorios por su excelente desempeño.

Pese a que no alcanzó a escuchar su nombre en la lista de graduandos que hoy se leerá en la graduación, la historia de esta universidad dirá que Milvana fue una abogada graduada. “Decidimos entregarle su grado póstumo, porque lo logró. Le hicieron falta menos de dos meses para terminar su último semestre. Su sueño era ser abogada. Su familia, su mamá, la apoyaron muchísimo para que pudiera lograrlo. Este es un reconocimiento al gran valor que Milvana tuvo y tendrá para nosotros, y un agradecimiento para su familia, que la ayudó en este proyecto de vida que Uninorte y el programa de Derecho hicimos nuestro. Fue un lujo haber podido tenerla entre nosotros”, señaló Silvia Gloria, decana de Derecho, Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

Hace casi dos años a Milvana le diagnosticaron insuficiencia renal crónica, lo que la obligó a suspender por un año la universidad. En 2020 retomó sus estudios con la dificultad que representaba superar las exigencias de las clases, atender citas médicas y cumplir las jornadas de diálisis. Llegó a pensar que no podría estudiar, pero el apoyo de su familia fue fundamental. “Si queremos algo en serio, en mi caso yo quiero graduarme, debemos tener la mejor actitud e intentar y buscar la manera de lograrlo. Evitar que otras cosas se nos interpongan en el camino. Siempre hay que buscar el lado bueno a las cosas”, contaba en uno de sus videos.

De la tenacidad de Milvana darán fe sus profesores y compañeros, quienes siempre admiraron su voluntad para sacar lo mejor a cada día. Jimmy Pérez, profesor de Derecho, confiesa que la partida de Milvana le deja el corazón chiquito, pero a la vez lleno de enseñanzas de humildad, grandeza y perseverancia. “Me siento honrado de haber sido tu profesor y por haber aprendido de ti el valor de la vida, el respeto y una constante actitud de resiliencia sea cual sea la circunstancia que nos toque vivir”.

Por su parte la decana Silvia Gloria la define como una joven enamorada de su carrera y de Uninorte, comprometida con su proceso, muy responsable. Destaca que como estudiante era ejemplar: hacía todo lo que estuviera a su alcance para lograr la excelencia y superar con determinación las muchas dificultades que tuvo por sus quebrantos de salud. “Nos deja a todos una lección muy importante, que la vida depende de la actitud con la que recibamos lo que nos traen los días. Ella, a pesar de todo lo que le tocaba vivir, era una joven feliz, motivada, luchadora, que agradecía cada día de su vida y que disfrutaba de todo. En todo ella veía una oportunidad”.

Asimismo, sus compañeros de clases, enviaron mensajes (recopilados en esta página) en los que resaltaban el ejemplo que siempre vieron en Milvana a la hora de enfrentar adversidades. Como la vez que alguno de ellos refunfuñaba por los problemas que tenía y el desastre que era su vida; a lo que Milvana, luego de escucharlo a la distancia, solo lo miró y le dijo: “no sabes lo que estás diciendo”. Bastaba con mirarla para entender que, si ella podía asumir con buen semblante la vida, cualquiera podía hacerlo.

Nadie más que ella era consciente de que su vida, su lucha por sobrevivir, por persistir, serviría de ejemplo para los demás. Así lo dijo: “Lo que en realidad quiero es que les quede como mensaje que por más que tengamos dificultades, por más que encontremos piedritas en el camino, hay que buscar la manera de solucionarlo. Nada es fácil en esta vida, pero si le ponen ganas y le sonríen a la vida, sé que cualquier dificultad la van a poder sobrellevar. Siempre traten de cumplir sus sueños, de cumplir sus metas. Por más grande que vean que es un problema, tendrá una solución”. En ese propósito Milvana nunca perderá la batalla que fue su vida.

 

Milvana se preguntaba y me hizo preguntarme cuál es el límite de lo que uno es: uno cree que uno es uno sólo; pero ello no era sóla: ella era ella y su silla e, incluso, su enfermera. El límite de su ser se extendía a otras personas y objetos y, de ser así, ¿qué es uno? ¿Qué es lo humano? Milvana nos da la respuesta y por eso sigue viva: ella nos enseña que uno es lo que hace con uno mismo sin importar los retos, obstáculos o problemas que la vida nos presente.

Ivan Mahecha, profesor.

 

Hoy en el día de tu grado, nos dejas chiquitico el corazón y a la vez llenos de enseñanzas por tu humildad, grandeza y perseverancia. Me siento honrado de haber sido tu profesor y por haber aprendido de ti el valor de la vida, el respeto y una contante actitud de resiliencia sea cual sea la circunstancia que nos toque vivir. Nos dejas por ahora, pero se que tendremos abogada en el cielo, y en la tierra la memoria de un recuerdo inspirador. Dios te guarde siempre hermosa colega!

Jimmy Pérez, profesor.

 

Recuerdo mucho a Milvana con esta Anécdota: entró a su final oral conmigo. Al terminar, Percibí en ella que aspiraba tener un mejor resultado. Y vi un par de lágrimas rodar en sus mejillas. Me dijo que había sentido el examen difícil. Le respondí, Milvanita, fueron preguntas a la medida de su esfuerzo y compromiso. Ud es buena estudiante! Solo agregó que los nervios le habían afectado. Al final, concluimos nuestra charla, con un pequeño abrazo, cuando le dije: Etes un gran ejemplo para todos! ...quisiera que esas lágrimas fueran mías el día de tu grado. Y Quien creyera, Hoy, esas lágrimas han brotado sin la presencia física de Milvanita pero quizás serán perennes con su recuerdo. Saludos allá en el Cielo donde brillará con su logro académico!

Pedro Montero, profesor.

 

Por Jesús Anturi

Más noticias