Las plantas y las aves en el vallenato

El biólogo y botánico Álvaro Cogollo compartió su investigación en la que numeró y explicó las menciones que hay de fauna y flora en el vallenato clásico.

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Álvaro Cogollo estuvo en el Restaurante 1966 acompañado por un conjunto vallenato.

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02 sep 2019

Álvaro Cogollo Pacheco, biólogo y botánico, ha registrado en canciones de vallenato clásico 78 menciones de especies de plantas y 40 de aves como parte de su investigación. El nacido en San Pelayo, Córdoba, estuvo el 30 de agosto en el Restaurante 1966 para compartir los frutos de una labor de análisis y reconocimiento que, asegura, comenzó en el bachillerato. Al investigador lo acompañó un conjunto vallenato que interpretó algunas de las canciones mencionadas, dándole contexto y amenidad a la jornada. 

Cogollo ha descubierto 168 especies nuevas de fauna y flora, 18 de ellas llevan su nombre. Tal producción fue posible gracias a su comienzo temprano. De origen campesino, contó que siempre vio una relación estrecha entre los productos que construye el humano y aquellos que se observan en la naturaleza. Su afición por la música, en especial el vallenato, le sugería este vínculo, como por ejemplo, la melodía que generaba el viento al pasar por una hoja de palma le resultó muy parecida al fuelle de un acordeón. 

En bachillerato hizo su  primer trabajo, en el que enumeró solo las plantas mencionadas. Este proyecto se expandió una vez viajó a Antioquia, en donde se desempeñó como director del Jardín Botánico. Desde allá tuvo la oportunidad de hacer recorridos desde el Cabo de la Vela hasta el Golfo de Urabá, para saber taxonómicamente cuál era cada una de esas plantas. Posteriormente, realizó la misma operación con otro animal “muy carismático” en el mundo de la música: las aves. 

Para el primer estudio encontró que las 78 especies de plantas involucradas en el vallenato están agrupadas en 60 géneros y 42 familias. Muchas de las menciones, según contó Cogollo, concuerdan con narrativas de mitos y leyendas que están relacionadas a la planta. 

Citó el ejemplo del higuerón, un árbol que no tiene frutos sino un pseudofruto. Cuenta la leyenda que para ver el fruto de este árbol se debe ir un Viernes Santo con una manta blanca y, tras recitar una oración, prepararse para enfrentar a un toro muy embravecido. Si se logra torear con la sábana, se recibirá el fruto del higuerón, que convierte a quien lo tenga en un ser irresistible para el sexo opuesto. Esta situación se ve retratada en la canción El higuerón, compuesta por Abel Antonio Villa y popularizada por el Binomio de Oro. 

Así también, Cogollo habló sobre la canción Compae Chipuco, en la que se hace referencia al vitiligo en el verso que dice: soy vallenato de verdad / tengo las patas bien pintá. El conferencista explicó que el término 'vallenato' se utilizaba para llamar a las personas que padecían esta enfermedad cutánea. Asimismo se pensaba que las hojas del árbol Caraqueño, una especie nativa de la India, producían la enfermedad. 

Otro árbol en el que se detuvo el conferencista fue el cardón guajiro, típico de ecosistemas secos y que de su madera se generan instrumentos como la gaita. La canción Cardón guajiro, interpretada por Diomedes Díaz y compuesta por Leandro Díaz, es un símil de las características de la planta guajira con el hombre autóctono de esta región. 

Las aves

En las 150 canciones que registró de vallenato clásico que hacen mención a aves, se hace referencia a 40 especies, 37 géneros y 23 familias. La más citada es el gallo (18 canciones), seguido por la paloma (12), el colibrí (10), el turpial (7) y la gaviota (3). 

Cogollo explicó que existe una fuerte relación entre la música y el pájaro, no solo por el canto, sino por todos los demás sonidos que producen. Esto se ve ejemplificado en la puya La fiesta de pájaros, escrita por Alfredo Gutiérrez, que recoge el folclor de esta región. En esta se relaciona el turpial con el acordeón, el pájaro cucarachero con la guacharaca y el pájaro carpintero con la caja. 

Por último, el conferencista cerró hablando sobre una nueva propuesta que tiene en mente de hallar las conexiones que hay en el vallenato con el medio ambiente y el entorno. Adelantó unos ejemplos que halló como en la canción La profecía, de los Hermanos Zuleta, en la que se habla sobre el cultivo de dividivi, una legumbre que se exportaba pero que se ha dejado de producir; y El verano, de Leandro Díaz, que habla sobre el fenómeno del niño.

Por Leonardo Carvajalino

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