“El que se queda quieto y no actúa, no tiene posibilidad de éxito“: Nicolás Yabrudy, ganador de la Medalla de Oro

Nicolás Yasserd Yabrudy Pérez detuvo el carro cuando recibió la llamada desde Secretaría Académica. Faltando unos días para graduarse oficialmente como ingeniero mecánico, una nueva noticia le esperaba: su alto rendimiento y promedio le merecieron la Medalla de Oro a la excelencia académica. “Sinceramente, yo aspiraba a la de Plata”, confesó el joven.

En la ceremonia, llevada a cabo en el Coliseo Los Fundadores el 21 de septiembre, Yabrudy dio un discurso enfocado hacia los estudiantes: seguir sus sueños y construir un camino sin miedo a los errores. “El que se queda quieto y no actúa, no tiene posibilidad de éxito”, aseveró el joven, quien es beneficiario de la beca Talento Promigas.

El hijo de Gustavo Yabrudy, profesor de Uninorte durante más de 40 años, y Carmen Perez Cardozo, aseguró que uno de los momentos más gratificantes fue contarles que había ganado la Medalla de Oro.“Siempre tuve la presión de mi padre, que debía ser buen estudiante y bueno, afortunadamente pude responder”, describió el joven la gratitud hacia su padre, ingeniero químico ya pensionado.

Nicolás actualmente se encuentra en prácticas para Promigas. Espera hacer su maestría luego de trabajar por unos años, “quiero seguir dando todo de mí en el campo laboral, de tal manera que pueda entrar a una maestría con mejores bases”. Agregó que está apuntando al trabajo en energías alternativas y que este interés aumentó cuando hizo, durante su pregrado, un intercambio a Texas Tech. “Hicimos un proyecto de investigación con energía solar, entonces me llama mucho la atención pienso que ahí está el futuro y voy a apuntar a ello”.

El joven contó que su secreto para su excelente desempeño académico fue el trabajo en equipo. Por último, durante su discurso, dejó una reflexión para los 926 egresados: “Somos los que vamos a moldear el presente y el futuro de nuestro país. Seamos siempre personas que admiramos y seguimos porque muy pronto las generaciones posteriores verán en nosotros el ejemplo de vida que ellos quisieran seguir”.

Por Leonardo Carvajalino