Con ‘Carnaval virtual de la Alegría’, univoluntarios celebraron el bienestar emocional de niños y adolescentes

Pacientes de varias fundaciones de Barranquilla, con alguna discapacidad o dificultad de aprendizaje, vivieron la temporada de Carnaval desde sus hogares, a través de una iniciativa que brindó diversión y esparcimiento cultural.

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18 feb 2021

Con las mejores pintas carnavaleras y al son de la música folclórica, los jóvenes del Programa Univoluntarios y los pacientes de la Fundación Intégrame se unieron al llamado de vivir la temporada de Carnaval desde sus hogares. El sábado, 13 de febrero, los voluntarios de Uninorte llevaron a cabo una iniciativa que hace parte de Goticas de alegría, un programa que promueve el bienestar emocional y psicosocial de niños y niñas que presentan algún grado de discapacidad o problema de aprendizaje. 

Este año, los miembros de Funintégrame gozaron de las festividades mediante el evento Carnaval virtual de la Alegría, donde tuvieron un rato de diversión y esparcimiento cultural. Con sus polleras coloridas, sombreros 'vueltiaos' y una gran sonrisa, los jóvenes y sus padres celebraron con las canciones de Checo Acosta, Joe Arroyo y Dolcey Gutierrez en un encuentro que acortó distancias. 

Maira Laurens Ortega, estudiante en prácticas del Programa de Psicología y quien ha pertenecido a Univoluntarios desde hace un año y medio, lideró el evento. Dando apertura con un juego de reconocer el nombre de las canciones, Laurens logró que todos los chicos participaran de la actividad. Desde La canción del Carnaval hasta El torito Paroles, los jóvenes adivinaron cada uno de los ritmos que componen la música tradicional del Carnaval de Barranquilla. 

Con la guía de la profesora de danza, Lisnay Julio Palma, los participantes aprendieron los pasos básicos de la salsa al son de En Barranquilla me quedo, del Joe Arroyo. Se gozaron la cumbia titulada La pollera colorá, del girardoteño Charlie Zaa. Y también bailaron otros ritmos autóctonos, como el Mapalé, el Merengue y la Puya. 

Maira Laurens, quien ha hecho parte de otros proyectos de Univoluntarios como la Red de Liderazgo Juvenil y ha participado en otras iniciativas de Goticas de Alegría, describió este evento como un espacio enriquecedor y formativo. “Estos encuentros ratifican nuestra vocación para seguir trabajando en pro del desarrollo integral, ya que la virtualidad implica nuevos retos para los voluntarios, como hacer de cada sesión una experiencia inclusiva” expresó. 

Laurens también rescata que este tipo de actividades requieren de mucha constancia. “Poco a poco, hemos podido crear un vínculo emocional con cada uno de los integrantes de las fundaciones y, a pesar de la distancia, ya nos conocemos mutuamente y los niños y niñas saben que estamos ahí para apoyarlos”. Y añade que, pese a que a mediados de este año culmina su carrera profesional, ella seguirá siendo univoluntaria por siempre. 

Teresa Rodríguez Aramendez, directora de Fundación Intégrame y madre de uno de los niños vinculados, agrega que este tipo de actividades de esparcimiento que lidera Univoluntariosdesdecasa son alternativas innovadoras y recreativas que ayudan a que los niños se diviertan. “Como madre sé que el confinamiento ha producido retrocesos conductuales que afectan la salud mental, emocional y social de nuestros jóvenes, así como el aumento de sentimientos de tristeza, aburrimiento, soledad, miedo, baja autoestima, etc. Con estas actividades observé que los chicos de Funintégrame se sienten más seguros de sí mismos, confiados y alegres”. 

Y comparte el caso de su hijo, Álvaro López Rodríguez, un chico de 16 años que disfrutó el Carnaval virtual de la Alegría de principio a fin. “Alvarito bailó, cantó, se disfrazó, tocó unos de sus instrumentos musicales y hasta animó a sus compañeros a que también bailaran y cantaran. Así como él, todos los niños y niñas de Funintégrame se gozaron estas festividades como todos los años, pero esta vez sin salir de casa”, finalizó. 

Tereza Rodríguez en compañía de su hijo, Álvaro López.

 

Por María Fernanda Salgado

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