La imagen política determina el éxito o fracaso de un candidato

Los funcionarios públicos y los partidos políticos ya preparan sus cartas y alistan sus movidas para hacer frente al próximo desafío electoral que trae este año, en los comicios que se realizarán en octubre para escoger alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles. Para acaparar el mayor número de votos los aspirantes deberán invertir en su imagen política, lo que en últimas definirá su éxito o fracaso. El manejo de la información, la persuasión emocional, el lenguaje, las posturas y hasta los gestos pueden marcar la diferencia; así lo explicó el experto en el tema, Jorge Santiago Barnés.

A propósito de la época electoral, el departamento de Ciencia Política y Gobierno de Uninorte invitó a Santiago Barnés, director del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultaría Política de la Universidad Camilo José Cela de Madrid y director del área de formación y consultoría del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político, para hablar sobre las principales características que se deben tener en cuenta para armar una imagen política ganadora, donde la preparación y planificación es fundamental.

En tiempos anteriores la política era de ideas, pero ahora priman más las personas. Las ideologías y los partidos han quedado en un segundo plano. A la sociedad le interesan los líderes de las organizaciones políticas. "Crear una imagen política es trabajar perfecciones de los ciudadanos. La imagen que nosotros tenemos ante los demás es la perfección que los demás tienen de nosotros. Eso es lo que realmente hay que trabajar, y eso es lo que hay que averiguar: cómo nos ve la gente a nosotros", señaló el experto.

Lo primero por hacer es organizar el equipo de campaña, el cual debe estar rodeado de asesores políticos competentes, según explicó Barnés. Existen tres perfiles distintos para ese cargo: los políticos, que son aquellos que se ha dedicado a la política y conocen del tema, por eso aportan desde su experiencia; los periodistas, que son los que saben manejar la información; y los publicitas, quienes tratan el concepto de persuasión, son los creativos, capaces de sintetizar todo lo que se quiere transmitir en una imagen o un eslogan.

Entre los tres uno de los temas álgidos en toda campaña electoral es la comunicación. "En política cantidad no es igual a calidad. No porque mucho hablemos vamos a hablar mejor, no porque sepamos más de los medios de comunicación vamos a salir mejor. Esa es una de las cuestiones que debemos tener en cuenta", expresó Santiago.

La información es poder, cuanta más información se tenga de algo, más poder se tendrá de ese algo. "Cuidémonos de la información. Vivimos en una sociedad donde compartimos absolutamente todo, y yo no sé si es bueno que la gente sepa tanto de nosotros, porque nos estamos convirtiendo en vulnerables", advirtió Santiago.

Además, expresó que el ser humano comunica constantemente y de vez en cuando habla. La imagen, la percepción, no solamente se compone de lo que decimos, del mensaje. Se compone de otras variables. Para tener una imagen ganadora se debe trabajar en tres aspectos de la misma: lo corporal, lo psicológico y lo físico.

El mensaje también es importante. No importa el medio de transmisión. Existen dos tipos de persuasión: la racional, donde se convence con argumentos, datos, hechos, evidencias; y la más importante, la emocional.

"Cuándo realmente podemos convencer a la gente: con la comunicación emocional. Cuando le dices algo a la gente que le llega al corazón, cuando le hablas el mismo idioma. Hay veces que nos preocupamos de lo que nosotros queremos para la ciudad, pero no paramos ni un minuto en pensar qué quieren los ciudadanos para la ciudad, ahí está la diferencia", indicó Santiago.

Evidentemente, no se puede hacer campaña electoral si no se sabe qué se va a hacer, así que lo primero, antes de enfocarse en todo lo anterior, es la investigación. "Cuando hablas de política tienes que hablar de necesidades, no de problemas, porque problemas tenemos muchos pero necesidades muy pocas. Hay que hacer propuestas, no promesas. No le cuentes a la gente lo que ya está hecho, eso ya lo saben, diles qué vas a hacer. El pasado pertenece a la memoria, el presente a la providencia y el futuro a la inteligencia. Entonces hagamos cosas que realmente se necesitan, si la gente escucha eso te atiende, y tendrás mayores posibilidades", concluyó el experto.

Por Adriana Chica