Entrevista director del Instituto Nacional de Salud

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Fernando de la Hoz Restrepo, director del Instituto Nacional de Salud.

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22 feb 2015

En septiembre del año pasado los medios de comunicación registraron un hecho inusual en el país. En el Carmen de Bolívar hubo un extraño brote que aquejaba paralelamente a decenas de niñas; cefalea, sensación de adormecimiento, desmayos o convulsiones son algunos de los síntomas que presentaron.
Sus familiares le atribuyeron la causa a la vacuna contra el virus del papiloma humano. Pero luego de un amplio estudio, el Instituto Nacional de Salud (INS) descartó esa posibilidad.

Dada la magnitud de las personas afectadas, el INS decidió realizar una investigación de campo, donde analizó más de 517 casos. La metodología consistió en caracterizar la enfermedad, determinar si afectaba algún órgano y analizar los patrones de forma, lugar y tiempo, variables fundamentales para ver si se apoyaba o no la hipótesis de la vacuna.

Al revisar las historias clínicas de las niñas no hallaron signos de alteraciones del sistema nervioso central, del corazón, del pulmón ni de ningún otro órgano. Luego los investigadores observaron cómo se estaba presentando la enfermedad en tiempo y población. Así determinaron que la mayoría de los casos se ubicaban en zonas rurales y se concentraban en edades de 11 a 14 años.

La hipótesis es que si los síntomas fueron producidos por la vacuna del VPH, las niñas afectadas no tendrían diferencias importantes en cuanto a edades, colegios o zonas urbanas o rurales; lo cual no se pudo comprobar. Grupo Prensa conversó con Fernando de la Hoz Restrepo, director del Instituto Nacional de Salud, quien estuvo en Uninorte el 20 de febrero para participar en una clase con estudiantes de la Maestría en Salud Pública.

¿Los eventos sucedidos con las niñas de Carmen del Bolívar están relacionados con la vacuna del papiloma humano?
Fernando de la Hoz: Después del estudio realizado no pudimos confirmar la hipótesis de que estaba asociada a la vacuna, porque no tenía un patrón uniforme. Cualquiera que sea la enfermedad no parece que sea debida a un efecto químico o farmacológico derivado de la vacuna. Queda por determinar cuál es la causa. Con base en las historias clínicas que tenían en el hospital de Carmen de Bolívar podemos decir que estamos en presencia de un brote psicógena masiva asociada a la vacunación. Es decir, una enfermedad que se produce cuando una persona recibe una exposición que ella considera que le va a causar algún daño. Esa enfermedad es mucho más frecuente en mujeres y en adolescentes y es real. Normalmente cuando uno habla de esto, los padres piensan que las niñas fingen, pero no, ellas sienten los síntomas y necesitan un tratamiento.

¿Entonces la vacuna es segura?
Sí es segura. Esa es la evidencia propia del Carmen de Bolívar pero hay otro adicional: en los municipios de alrededor no se ha presentado nada parecido, ni en el resto del país. Como todas las vacunas, es probable que produzca muchos más beneficios que daños. No se puede descartar que en algunas personas que tengan alguna susceptibilidad particular, las vacunas, incluyendo esta, pueden desarrollar algún tipo de enfermedad, pero no pasa con frecuencia.

¿El país continuará vacunando a las niñas contra el papiloma humano?
Claro, el país sigue con el programa de vacunación, lo que pasa es que este episodio ha disminuido las coberturas en un 50% y 60%. El año que pasó no se cumplieron las proyecciones y esto tuvo mucho que ver.

¿Qué tan efectiva es la vacuna para disminuir el riesgo de contraer cáncer de cuello uterino?
La vacuna se espera que reduzca en un 50 y 60% la mortalidad por cáncer de cerviz y los casos que se presentan. En Colombia se producen más o menos entre 6 mil y 7 mil casos anuales de cáncer de cérvix y se mueren entre 3 mil y 4 mil mujeres al año; es una enfermedad severa. Y a pesar de que se han realizado otros esfuerzos para su prevención, como el tamizaje de cuello uterino o la introducción de nuevas técnicas para detectar el virus del papiloma humano, esto no ha logrado disminuir mucho la incidencia, por eso se tomó la decisión de aplicar la vacuna. Con eso estamos evitando unos 3500 casos y unas 1500 muertes cada año. Ahora, los efectos de esto nos se ven rápido, porque estamos vacunando niñas entre 9 y 16 años y el cáncer empieza a aparecer después de los 35 años. Pero en ese periodo hay otras enfermedades producidas por el papiloma humano que pueden ser prevenidas por la vacuna.

¿Cuáles son normalmente los efectos colaterales que tienen las vacunas en los individuos?
Los efectos colaterales se pueden dividir en dos: leves y graves. Los leves son las molestias inmediatas que aparecen después de la aplicación y se desaparecen rápido, como el dolor e irritación en el sitio que se inyecta, fiebre y en pocos casos convulsiones. Los graves son enfermedades que se producen a largo plazo en algunas personas. Pero lo que se ha demostrado es que el valor adicional que las vacunas producen es siempre mayor que el riesgo de aplicarlas, la cantidad de muertes que previene es mucho mayor. 

¿Por qué son necesarias las vacunas, a pesar de los efectos secundarios que pueden generar en algunos individuos?
Las intervenciones en salud pública que históricamente han demostrado que tienen mayor valor son: el agua potable, el alcantarillado y la vacuna. Han logrado aumentar el promedio de edad de la población y disminuir el promedio de la mortalidad en edades tempranas.

Por Adriana Chica

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