El ‘fracking’ en Colombia necesita de la academia

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Oscar Bravo, Gerente de Operaciones de Desarrollo y Producción de Ecopetrol en Chichimene (Meta).

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14 mar 2018

A pesar de ser un país petrolero-dependiente, las reservas de Colombia se limitan a un máximo de siete años de extracción. Ante este panorama, Oscar Bravo, gerente de Operaciones de Desarrollo y Producción de Ecopetrol en Chichimene (Meta), argumentó durante el ciclo de conferencias “Prospectiva energética en el Caribe”, celebrado el 13 de marzo en Cátedra Europa, que el fracking (fracturación hidráulica) es una alternativa de extracción que necesita de la academia y puede solucionar el problema de obtención de crudo y gas, “si se hace correctamente”.

El proceso consiste en extraer del subsuelo los gases que se encuentran atrapados mucho más abajo de donde usualmente se encuentran las “bolsas de gas o petróleo” de la extracción tradicional. Mediante la inyección de agua y de arena a alta presión se quiebra la roca para que libere el gas y se proceda a su extracción. En pocas palabras, acelera un proceso que tomaría miles de años.

El método no es nuevo. En el Reino Unido se utiliza para explotar hidrocarburos desde los años 50, sin embargo hasta ahora el avance de la tecnología ha permitido su expansión a gran escala, incluyendo nuevos tipos de hidrocarburos.

Según Bravo, Ecopetrol sabe “muy poco” sobre los yacimientos “no convencionales”, pero las buenas prácticas a nivel mundial y las características de este tipo de extracción “demuestran que podría brindarle a Colombia una autosuficiencia de extracción de crudo y gas hasta 2040”, lo que podría permitir su exportación.

“Ecopetrol no sabe explotar este tipo de yacimientos, nosotros no hemos hecho el primer pozo. La mejor noticia para la academia es cuando uno dice como empresa ‘no sabemos’. Es la mejor noticia para ustedes, de esto no sabemos y tenemos que aprender qué activo pone Ecopetrol”, puntualizó.

 De igual forma, el profesor de ingenierías de petróleos del Texas Tech University, Marshall Watson, manifestó que los riesgos de esta práctica son “mínimos” y resulta muy beneficiosa, generando empleos y reservas energéticas.

El académico destacó que la clave es la logística, y que los elementos fundamentales para la extracción a través de esta técnica son el agua y la arena, además de su optimización. Argumentó que en casos como el de Texas, donde sus reservas acuíferas no son muy grandes, fue importante la intervención de ingenieros y la academia para que a través de la investigación el proceso fuese realizable 24 horas al día e ininterrumpidamente, sin representar riesgos o aumento de costos.

Para Watson Colombia tienen un gran potencial que otros países como Argentina y China han sabido explotar, pero requiere de una gran inversión. “Una flota de extracción tienen un valor de 50.000 millones de dólares”, pero este costo puede disminuirse –aseguró– si se produce en el mismo país la arena utilizada para la extracción. Resaltó en que la academia juega un papel muy importante, debido a que actualmente se están buscando alternativas para el alto uso de agua en el proceso. Destacó además que la zona del Magdalena Medio tiene un gran potencial de producción y que a pesar de que existe el mito de los “riesgos medioambientales del fracking”, estos pueden evitarse en su totalidad.

Por Edwin Caicedo Ucros

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