Conoce a Rafik Neme, el profesor que estudia la biodiversidad desde los genes

El nuevo docente del departamento de Química y Biología, habló sobre la genómica evolutiva y los proyectos de investigación que tiene planeados.

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Rafik Neme, nuevo profesor del departamento de Química y Biología.

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23 ago 2019

“Traigo herramientas que vienen del mundo de la genómica para abrir campo y que las personas que tradicionalmente han estado interesadas tengan más insumos. Para que la biodiversidad en Colombia se mueva con muchos más datos”, resumió Rafik Neme, nuevo profesor del departamento de Química y Biología, sobre lo que espera sea uno de sus aportes durante su estancia en Uninorte. El biólogo, con estudios de posdoctorado en genómica evolutiva en el Max Planck Institute for Evolutionary Biology, y en la columbia University, comenzó oficialmente en el segundo semestre de 2019 su trayectoria como docente. 

Neme llega también en calidad de investigador con un proyecto en colaboración con el Instituto Max Planck, para trabajar en la biodiversidad genómica de la región Caribe. El académico señaló que este tipo de estudios, tradicionalmente, requiere de una gran cantidad de recursos y especialistas para realizar descripciones taxonómicas de las diferentes especies. El proyecto que se encuentra armando tiene como objetivo, desde un nivel macro, conocer cuáles son los genes que hay en nuestra región, para de esta forma crear un catálogo molecular. 

“La pregunta que sigue es dónde están los gradientes de biodiversidad más interesantes en el Caribe, y si los gradientes ocurren para todas las especies al tiempo o para algunas en lugares separados”, manifestó el biólogo. Es decir, si hay lugares particulares en nuestra región que estimule la evolución de las especies o si, en general, los cambios genéticos responden a circunstancias globales de nuestra geografía. “En cada generación hay un cambio. Ver dónde está ocurriendo la evolución en el caribe, en dónde podemos mirarla para volver eso un insumo de investigación para la región”, dijo.  

La investigación comenzará con insectos, puesto que ofrecen una mayor cantidad de datos. No solo es un habitante del ambiente, sino también se alimenta de hojas, e interactúa con plantas y hongos, situaciones que se reflejan en la muestra. Posteriormente, incluirá muestras de todas las demás especies. “La idea es traer un proyecto que tenga larga duración y que esté en constante construcción con la comunidad local”, añadió. 

Así también, Neme ofrecerá un curso con el programa Ecocampus llamado Ecocampus Molecular en el que los participantes harán salidas de campo a los alrededores de la Universidad para sacar muestras moleculares con secuenciadores de las especies que habitan los ecosistemas de bosque seco tropical y el manglar. 

 

La adaptación

El segundo semestre de 2019 representa la primera vez que Neme dicta clases en Colombia. Actualmente tiene una clase de Biología con 120 estudiantes de diferentes carreras. Afirma que se encuentra en un “proceso de adaptación”, pues había tenido experiencia trabajando con grupos más pequeños en otras universidades. No obstante, es un reto que le entusiasma. 

“Me está dando una idea de cómo piensan los estudiantes acá. (...) Uno de los grandes retos de la academia es romper las barreras del conocimiento de quien está concentrado en otra cosa”, señaló el docente. El objetivo de Neme es que los estudiantes aprendan, no solo de biología como un contenido académico, sino de lo influyente que pueden ser esquemas de pensamiento diferentes. 


Volver al origen

“Siempre hay una explicación molecular para todo”, aseguró. El científico argumentó que la realidad existe a diferentes escalas, desde la atómica hasta la galáctica, y para todos los fenómenos que se conocen, existen explicaciones desde cada una de ellas. Neme se ha concentrado en estudiar la interacción entre la escala molecular y la escala macroscópica, la que el humano percibe. “Me gusta saber que el mundo está hecho de muchas capas, y uno puede quedarse en una de ellas y perderse preguntando cosas”. 

Tras 10 años de estudios en el exterior, Neme tomó la decisión de radicarse en Barranquilla porque quiere, con los conocimientos adquiridos, aportar al desarrollo de la región. “Creo que hay una desconexión de cómo nos educan para la ciencia, que mi curiosidad es mía. Lo que yo creo es que es mía, pero debo hacer algo con eso que tenga alguna clase de valor social o comunitario. Con mi curiosidad puedo preguntar cosas que también son importante para otra gente”, manifestó. 

Espera ayudar a crear un ecosistema más sano para gente con intereses como los suyos pero que no ha encontrado los espacios en la academia, pues desde su perspectiva, se ha promovida excesivamente la ida al exterior de nuestros investigadores. Para Neme, con académicos especializados, que apliquen sus estudios al contexto en el que vivimos, se comienza a generar el impacto no solo a nivel local sino también internacional y de esta forma “coordinar curiosidades” en pro de la ciencia. 

 

Por Leonardo Carvajalino

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