Colombia, ¿un destino menos atractivo para las multinacionales?

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En los últimos dos años, cuatro multinacionales manufactureras cerraron su producción en el país

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29 may 2015

La coyuntura actual de la economía mundial ha llevado a las grandes empresas a relocalizarse en busca de sitios donde tengan mayor rentabilidad. Colombia ya ha evidenciado esta situación. Cuatro multinacionales manufactureras cerraron la producción en el país para pasar a importar. La situación ha prendido las alarmas de las autoridades debido a la pérdida de empleo en el sector industrial.

Altos costos de operación e impuestos tributarios son algunas de las causas que justifican las empresas para salir del país. Algunas de las empresas que tomaron esta decisión son: el grupo francés Icollantas-Michelin; la compañía Colombiana Automotriz (CCA), donde ensamblaban los vehículos Mazda; la farmacéutica Bayer, que elabora tradicionales medicamentos como Aspirina; y la multinacional Mondelez, productora de reconocidas golosinas como Bubbaloo, Trident, Sparkies, Certs y Chiclets. Se trasladaron a países como México y Guatemala.

Expertos en el tema le atribuyen este mal rato al proceso de desindustrialización que está viviendo el país. En parte porque muchas empresas no se prepararon para competir en mercados globales, y por la ausencia de políticas industriales sólidas y la mecánica asfixiantes de las políticas tributarias y fiscales que deben asumir las empresas.

"Básicamente una empresa está trabajando cinco meses para el estado y tiene que sobrevivir con siete meses y en estos meses tiene que sobrevivir con estructuras de costo poco rentables, con una cadena logística que no está optimizada, con un sistema de proveedores que no está enlazado. Todo por una ausencia de política industrial bien estructurada", indicó José Luis Polo, profesor del Departamento de Economía.

En Colombia la presión fiscal está alrededor del 40%. Las empresas no solamente tienen que pagar impuestos altos, sino que les toca suplir bienes públicos con costos elevados. Para sopesar esos efectos el gobierno ha creado zonas francas protegidas para un conjunto pequeño de empresas, donde pocas pueden acceder. Estas tienen unas ventajas en el impuesto a la renta: solo pagan el 15% del mismo, a diferencia de las que no pertenecen al grupo que aportan un 39,5% de la utilidad en impuestos.

El sector minero tampoco se salva
Las empresas de hidrocarburos también tambalean en el país. Actualmente enfrentan uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. El leve repunte del precio internacional no ha sido suficiente para reactivar y dinamizar la industria. La Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) ha advertido que no es previsible un alza nacional significativa, rápida y sostenible del crudo en los próximos meses.

Lo que queda claro en este panorama es que Colombia ha dejado de ser competitiva, no solo porque el precio del crudo ha aumentado, sino porque hay unos costos asociados que otros países no tienen. Eso ocasiona que las empresas movilicen sus recursos donde más renten.

Los bajos precios de los commodities, para el caso de los minero-energéticos, ha hecho que tanto la inversión extranjera directa como la de portafolio se redireccione hacia zonas con mejores condiciones de rentabilidad. Aunque en el vecindario (Latinoamérica) el país no necesariamente sea el que más pierda inversión.

La principal causa de que las empresas abandonen el país es la sostenibilidad en costos a los precios actuales de los mineroenergéticos, que junto con regulaciones que no se adaptan a la velocidad de los cambios del mercado, hace que los inversionistas los aseguren en países con legislaciones más estables, mientras se vuelven a alinear los precios a sus intereses.

"En Colombia es costoso operar. La expectativa política también genera incertidumbre jurídica en las compañías. Y es que hoy en día hay países más atractivos, con mayores reservas, con mayor prospectividad, con mayor probabilidad de nuevos hallazgos. Finalmente, hay una competencia internacional feroz, en los próximos 2 años de precios bajos los países se están preparando para estar en la primera línea", expresó Francisco Lloreda, presidente de la ACP.

Un panorama menos pesimista
A pesar de la preocupación que genera el cierre de multinacionales que por años tuvieron sus fábricas en el país, los expertos aseguran que no es una situación para alarmarse. Colombia le está apuntando a la redirección de inversiones, sobre todo hacia el sector del comercio minorista.

En realidad son más las empresas que están llegando, que las que se están yendo. Un ejemplo de ello es Hero, la empresa más grande de producción de motos en el mundo, la cual entrará al mercado con sede en el Valle del Cauca.

"La globalización ha permitido que el capital fluya cada vez más libre y que busque entornos en los que, si bien un sector no se siente cómodo o no está mostrando unos niveles de rendimiento alto con respecto a la expectativa de crecimiento del capital, no significa que Colombia no sea atractivo para la inversión extranjera, lo que está sucediendo es una redirección de las inversiones", señaló Mario de la Puente, docente de Relaciones Internacionales de Uninorte.

El docente también explicó que el país cada vez está siendo menos productor de bienes y servicios de alto valor agregado. A cambio se están desarrollando otros sectores de alta importancia como el financiero, de turismo, de salud, de diseño de modas. De hecho, Pro Colombia ha valorado el aumento de las exportaciones no minero-energéticas, una de las áreas críticas, que pueden tener importancia.

"No hay que ser pesimistas con la situación de la reducción de inversión por petróleo. Hace algunos años cuando el comercio biregional con Venezuela se redujo de manera drástica, los exportadores buscaron otros destinos, que hoy día han diversificado la oferta exportable mucho más y con mayor valor agregado. Eso sí, hay que tener en cuenta que la recomposición industrial puede durar varios años, pero con precios más altos del petróleo esa situación se puede revertir y volver a la desindustrialización que ya se ha justificado precisamente por la dependencia de productos con bajo o nulo valor agregado", afirmó Jahir Lombana, director académico de la Escuela de Negocios de Uninorte

En esta coyuntura la costa Caribe juega un papel fundamental al perfilarse como la nueva zona de la industrialización del país. La región se está moviendo tanto en la dirección de atraer la industria del interior del país, como en la de la inversión extranjera, que no es solo industrial, sino también de servicios. El terreno es fértil.

"Hay muchos empresarios con esa mentalidad y no necesariamente se debe hablar de la gran empresa, sino de las mipymes, que representan el grueso del desarrollo económico y el empleo de la región y del país", concluyó Lombana.

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