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La apertura se llevó a cabo el 5 de abril en el auditorio.

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08 abr 2019

Por qué el Caribe es cómo es, así se tituló la conferencia con la que el destacado periodista Juan Gossaín abrió la 23 edición de Cátedra Barranquilla. La apertura se llevó a cabo el 5 de abril en el auditorio y fue cerrada por el nacido en San Bernardo del Viento, contando las anécdotas que ha recogido durante más de 35 años de la realidad de nuestra región.

Gossaín hizo una crítica contra el realismo mágico, término contra el que se rebeló. “En el Caribe no hay un realismo mágico, lo que hay es una realidad mágica. Aquí la gente no tiene conciencia, por fortuna, ni acepta que son invención, las cosas son así”, sentenció.

El conferencista contó un episodio como periodista cuando fue a Estocolmo, en diciembre de 1982, cuando Gabriel García Márquez ganó el Nobel de Literatura. “Lo vi haciendo el esfuerzo más grande del mundo para convencer allá a todo el mundo de que eso no lo inventaba él”, recordó.

Uno de los miembros de la Academia sueca le preguntó a García Márquez entonces cómo explicaba el pasaje en Cien Años de Soledad de Remedios la Bella. Gossaín narró que cuando el nobel tenía nueve años, vivía con sus abuelos en Aracataca. Su abuela, Tranquilina Iguarán, había “comprado” a una joven indígena que se llamaba Visitación para que le ayudara con los oficios de la casa.

Un día la joven desapareció, al parecer se había enamorado de un agente viajero, un vendedor que iba de pueblo en pueblo, y se habría ido con él. Luego de que varias personas le preguntaran a la abuela de García Márquez qué le había pasado a Visitación, ella contó este relato, referido por Gossaín.

“Salí al patio una tarde hace 15 días porque sentí un ventarrón, como del fin del mundo, una cosa tenebrosa, se me erizaron los vellos. Visitación estaba colgando a secar en los alambres del patio las sábanas y vino ese ventarrón y se la llevó al cielo”, reseñó el conferencista y continuó, “si quieren tener un lío vayan a Aracataca y digan que eso no es verdad”. 

Para Gossaín, historias como estas dan cuenta del Caribe como una cuna de seres multiétnicos. La mezcla entre indígenas nativos, españoles, comunidades africanas, indios, árabes, chinos, ingleses, alemanes, franceses y holandeses crearon, como lo denominó Aristóteles, el hombre universal.

“Lo primero que ocurrió en el Caribe, con semejante mezcla, fue la confianza entre el hombre caribe y el lenguaje”, aseguró. A través de otras anécdotas, como la de un hombre en Mompox que había decidido el día de su muerte y la de tres personas en Planetarica que vivieron juntas durante 75 años y fallecieron de muerte natural el mismo día, manifestó diversas características del Caribe como “el humor como remedio contra la solemnidad” y ”el amor como explicación de la muerte”.

El conferencista remarcó que en esa relación Caribe, Barranquilla es como una maqueta por su posición geográfica, que le permitió recibir migraciones tanto nacionales como de todo el mundo, y su formación espontánea como la de la región. Agregó que existe una diferencia importante entre las personas de las diferentes ciudades del Caribe colombiano. “El prodigio está en que se parecen tan poquito que se han complementado”, finalizó.

 

La Cátedra Barranquilla

El rector Adolfo Meisel manifestó que espacios como la Cátedra Barranquilla son importantes para consolidar el proyecto educativo de excelencia que tiene Uninorte y esto está relacionado con la formación integral de los estudiantes, no solo en su oficio, sino en otras habilidades.

En ese sentido, celebró la apertura del curso nuevamente. Así también, el rector contó que, buscando continuar en esta línea multidisciplinar de educación, se encuentra trabajando en un proyecto para que “sea obligatorio que todo estudiante de esta universidad tenga que ver deporte y artes, para tener una formación integral”.

La apertura del curso fue una fiel demostración. Los estudiantes presenciaron charlas, participaron en actividades y hasta escucharon música. En el evento se realizó un tributo al Joe Arroyo por parte del grupo Tambores del Norte, dirigido por el profesor Tomás Teherán. Además, Chelito de Castro y Juventino Ojito, arreglistas del fallecido cantante, acompañaron a la banda con su piano y clarinete.

 

Por Leonardo Carvajalino

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