Juan Carlos Martínez se la juega por Morado y busca conquistar la industria de la belleza
El egresado del programa de Negocios Internacionales y Administración de Empresas nos cuenta parte de su crecimiento y trayectoria profesional. Su startup obtuvo una inversión semilla de US$5 millones.
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02 may 2022
Juan Carlos Martínez Sabbagh, egresado del programa de Negocios Internacionales y Administración de Empresas (2012), no teme lanzarse y empezar de cero para crecer y crear impacto social a través de la empresa. Si algo ha aprendido es que un egresado de la Universidad del Norte significa ser un roble amarillo. Ese roble, símbolo de la universidad, se destaca por ser diferente, aquel que trata de no seguir el mismo camino que siguen los demás sino de trazar uno nuevo.
El pregrado de Negocios Internacionales fue lanzado en el 2004, Martínez es la tercera promoción de la escuela, y de los primeros en realizar doble programa entre negocios y administración. El ser nuevo lo impulsa a innovar e ir formándose con el paso a paso, así como su experiencia profesional también lo ha demostrado.
Realizó sus prácticas como asistente del director de las Unidades de Servicio y Logística Empresarial para el pequeño gigante de Uninorte, duNord, que en ese momento solo llevaba 7 años en funcionamiento. Al graduarse ingresó como coordinador de Proyectos de Marketing Digital en la empresa Catalyst, siendo la primera contratación de la agencia.
Siguiendo la misma línea, comenzó a trabajar como director de Alianzas del primer unicornio colombiano, Rappi. Estuvo dentro de los primeros empleados y fue el encargado de lanzar la plataforma en Barranquilla. Pasó a cargos como City Manager, Líder de Expansión y Líder de Licores. Martínez se presenta ahora como Founding Partner de Morado, la startup con un catálogo de 6.500 productos de belleza para abastecer peluquerías, que ha obtenido una inversión semilla de US$5 millones. Destacan la participación de ese voto de confianza la de grandes de Silicon Valley, como lo son Village Global y A16z.
“Escogí negocios porque pensé que era lo que más iba a necesitar en el futuro. Me enseñó a cómo proyectar la empresa hacia afuera, pero luego vi que me hacía falta lo que era una empresa hacia adentro y eso lo tenía Administración”, dice Juan Carlos. Así tomó la decisión, se graduó un año después pero además de dos títulos, salió con el conocimiento a profundidad sobre cómo montar un proceso organizado internamente y venderlo.
Modelo, escuela y proyecto
Desde pequeño se sintió llamado por lo social, razón por la que recuerda cómo su profesor Guillermo Manjarrez en su clase les hablaba de duNord, la marca proyecto de la Universidad del Norte, donde las ganancias son destinadas a cubrir las becas de los estudiantes. “La gente siempre relaciona lo social como donaciones, o ir un fin de semana a entregar regalos, pero no hay que encasillarlo. Hay que buscar formas de impactar en lo social de una manera sostenible”, agrega.
Uninorte fue su modelo, Rappi fue su escuela de aprendizaje y Morado es su proyecto para poner en práctica todo el conocimiento adquirido. Se denomina como un enamorado de construir desde lo nuevo y ayudar a diferentes sectores. Del 84% de mujeres que participan en la industria de belleza, el 36% son madres solteras y cabezas de familia, ayudar mediante Morado a ese porcentaje es la población en la que se encuentra enfocado en este momento.
Sus años de estudio en Uninorte datan desde antes del Terrasse, donde con nervios presentó la estrategia de marketing para el restaurante árabe, que aún no había abierto sus puertas, como trabajo de prácticas. Presentarse ante todos los jurados, entre los que se encontraba la vicerrectora, “son cosas que parecen insignificantes, pero de verdad lo marcan a uno. Ahí uno empieza a perderle el miedo al fracaso, la gente piensa que cuando te dicen dos cosas malas fracasaste. No fracasaste. Uno nunca hace las cosas 100% bien. Corriges, arreglas y lanzas de nuevo”. Para él estas son las experiencias que te preparan para la vida real.
Actualmente, cuando tiene una idea acude a su amigo Fabián Gómez, fundador y CEO de Frubana. “Es de las personas más inteligentes que conozco. Tiene un sentido común impresionante, como dicen, el sentido común es el menos común de los sentidos”. Fabián suele encontrar “diez mil peros”, lo que le ayuda a Juan Carlos a mejorar y volver con algo mejor. Dice que “no se trata de que te digan que todo está bien, sino de salir de tu zona de confort, eso es lo que te lleva al siguiente nivel”.
Comparte con todos una frase de Tony Robbins que tiene dentro de sus principios empresariales, “la recursividad es el recurso más importante”.
Martínez piensa que es cuestión de actitud, al igual que su tiempo en la universidad, se trata de la mentalidad y cómo cada uno utiliza las herramientas y enseñanzas que le brinda la institución. Añade otra frase como la de Von Franz, mano derecha de Walt Disney, “vengan a mí con un yes if y no con un no because”. Son dos mentalidades, la de la persona que responde con un no because, y pone los obstáculos como excusa y las que responden con un yes if, y hacen lo que se proponen porque en vez de ver obstáculos para no hacerlo, ven lo que necesitan para conseguirlo. “Rodéense de personas yes if”.
Intentarlo y volverlo a intentar
Para el internacionalista, uno triunfa fracasando diez veces y levantándose diez veces más. “En el último libro que estoy leyendo dicen: empieza antes de estar listo. Puedes armar el plan más espectacular desde tu escritorio, pero una vez empiezas algo es completamente diferente”, dice. Da el ejemplo de un hámster en un laberinto, la única manera de que llegue al otro lado es meterse por el camino equivocado y saber que por ahí no es. Cambiar a medida que va recorriendo el laberinto.
El administrador no olvida cómo subía a la oficina del cuarto piso en el Bloque G para hacer el proceso de homologación del doble programa con su coordinadora. “Los profesores se reían porque llamaba todo el tiempo y me la pasaba ahí metido, nadie había hecho esa doble titulación, entonces conmigo se hizo el proceso de cuál era un buen lugar con cada asignatura”.
Recuerda a su profesor de Legislación Aduanera dándoles el consejo que muchos repiten pero dejan pasar. “Aprovechen y emprendan, hagan todo este tipo de cosas ahora que tienen veinte, porque cuando se casen y tengan hijos es mucho más difícil, es un riesgo mayor”. Martínez no sabe explicar si fue el cómo lo dijo o cual es la razón, pero 12 años después aún tiene en su memoria el consejo de su profesor que le abrió la mente. Sin embargo, resalta que “uno debe saber cuándo escuchar y cuándo no, si hubiéramos escuchado consejos ni Rappi, ni Morado, ni muchas startups existirían”.
El mensaje que les da a los estudiantes es que se lancen y no esperen a que nadie los guíe. “Uno a veces piensa que la otra persona sabe más que uno, o que tiene la respuesta, y casi nadie tiene la respuesta de las cosas”. Los invita a que traten por ellos mismos de solucionar e identificar los problemas y a las personas que les pueden ayudar.
Escrito por Sophia Cortes Piñeros