Inicia proceso de autoevaluación para renovar la acreditación institucional

En el marco del Plan de Desarrollo 2023-2028, orientado a fortalecer y consolidar el proyecto educativo y la posición estratégica de Uninorte en la región y el país, la comunidad universitaria inició su proceso de autoevaluación para la renovación de la acreditación institucional, con la que ratifica, una vez más, su misión y los estándares de más alta calidad que establece el Consejo Nacional de Acreditación (CNA). 

Durante una charla desarrollada el miércoles, 9 de agosto, en el Auditorio Marvel Moreno, Kary Cabrera, líder del proceso de autoevaluación, compartió con académicos y colaboradores administrativos generalidades del proceso de autoevaluación y del modelo de acreditación. El vicerrector académico Alberto de Castro dio apertura al espacio, invitando a la comunidad a participar activamente del proceso en el marco de un "pensamiento institucional".

“Un proceso de acreditación es un momento ideal para aprender a hacer o reforzar ideas que podamos tener. Implica desafíos en todas las áreas. Nos facilita aprender a reorganizar, en términos de cultura organizacional. Mi principal meta desde la vicerrectoría es ayudar a desarrollar el pensamiento institucional, holístico. No sirve recoger información de un área, si no la analizo en el contexto completo de la institución. Este proceso nos invita a analizar cómo pensamos la universidad”, recalcó De Castro.

La Universidad del Norte fue en 2003 una de las 4 primeras universidades que en Colombia se sometió a un proceso de acreditación institucional. Mediante Resolución No. 2085 del 5 de septiembre de 2003 se otorgó a la universidad la acreditación institucional, la cual fue renovada mediante Resolución 12745 del 28 de diciembre de 2010, por ocho años, y nuevamente, mediante la Resolución 8870 del 31 de mayo de 2018, se volvió a renovar por ocho años más.

La renovación de la acreditación institucional es un procedimiento voluntario que demuestra la madurez del proyecto educativo de Uninorte, y parte del principio de autonomía universitaria, necesario para certificar qué instituciones tienen sistemas internos de autorregulación y aseguramiento de la calidad, y cuáles se han sometido al escrutinio de pares. Dicha información es pública y clave al momento de tomar decisiones relativas a la educación superior. 

Para el proceso de renovación de la acreditación se creó el Comité de Acreditación Institucional (CAI), presidido por el vicerrector académico y conformado por representantes académicos y administrativos de la comunidad universitaria, que tienen un rol de liderazgo relacionado con las características de calidad evaluadas en los factores de calidad del CNA. Sus miembros se dividieron en grupos de trabajo para abarcar los distintos factores evaluados en la acreditación, entre los que se incluyen aspectos como la misión institucional, los procesos académicos y de investigación, la visibilidad nacional de la universidad, su infraestructura física, la planta profesoral y lo referente a los estudiantes y egresados. 

“La autoevaluación implica un conjunto de acciones que tienen un propósito: verificar cómo la institución ha logrado lo que se propuso, es decir, es un conocimiento sobre la naturaleza y los atributos que tiene la institución. Este conocimiento es útil cuando se obtiene a través de un proceso sistemático, intencionado, participativo y metodológicamente bien llevado”, agregó Cabrera. 

El procedimiento para la renovación de la acreditación en alta calidad se compone de cinco fases: la presentación del informe de autoevaluación, la verificación de la completitud de la información, la visita de pares y evaluación externa, la evaluación integral (CNA) y el acto administrativo que confiere la acreditación (MEN).

Con este proceso también se ratifican metas institucionales, como lograr mayor visibilidad de los desarrollos y resultados de investigación, fortalecer el modelo de gestión administrativa y financiera, continuar la consolidación y desarrollo de la planta profesoral, entre otros. De igual forma, se trazan retos estratégicos, como lograr mayor impacto de la política de internacionalización en los programas de posgrado o fortalecer la incorporación de la educación virtual en el desarrollo de los programas académicos y de la educación continuada.