Aquel día no se presagiaba corto. Se había acumulado mucho trabajo y tuve que llegar más temprano que de costumbre. Recuerdo que había conducido de afán, con mi mente pre-ocupada en si me alcanzaría el día para todo lo que tenía que hacer. Al llegar al parqueadero de Uninorte, me encontré con esta imagen, de los rayos del sol filtrándose entre las ramas de este imponente almendro. Sentí en ellos un saludo cálido que me invitaba a olvidarme de mi afán y a detenerme a disfrutar de este regalo de la naturaleza. Hoy al ver de nuevo la foto, y pensarla en función de nuestro sello Uninorte, puedo ver en ella una analogía de lo que somos.

Veo a Uninorte, en la majestuosidad de ese árbol, símbolo viviente de nuestra búsqueda de la excelencia y testamento de nuestro compromiso con la sostenibilidad. En los rayos de luz que se deslizan entre las hojas verdes, marcando caminos de innovación, como una sinfonía de luces y sombras, que revelan desafíos, pero también nuevas oportunidades. Árbol y luz parecen fundirse en un abrazo de colaboración, y de comunicación abierta, como un recordatorio de que juntos somos más. Sus raíces profundas, al igual que nuestro liderazgo transformador, se nutren de nuestra tierra caribe y sus ramas se expanden proyectando una sombra que cobija símbolos de inclusión.
 

Autor: José Aparicio​
Director del IESE