Se gradúa primera cohorte del programa de formación e inclusión financiera para migrantes y retornados
Un total de 52 emprendedores finalizaron la etapa de formación, y se preparan para la de inclusión financiera con la Fundación Santo Domingo. La ceremonia de entrega de certificados fue en el Salón 13G2.
En el marco del programa de inclusión financiera para emprendedores migrantes, colombianos retornados y de acogida en Barranquilla y su área Metropolitana, desarrollado entre la Fundación Santo Domingo, la Fundación Hilton y la Universidad del Norte, se graduó el lunes, 17 de julio, la primera cohorte de 52 emprendedores beneficiarios en el Salón 13G2.
Este programa, que se implementará hasta 2025, contribuye a eliminar la barrera de acceso a créditos formales, promueve el desarrollo económico, y fortalece habilidades empresariales para el crecimiento de negocios de 250 personas migrantes, colombianas retornadas y barranquilleros.
“Finalizamos la etapa de formación y ahora viene el otorgamiento de los créditos, que es la siguiente etapa de inclusión financiera con la Fundación Santo Domingo. Es un proceso muy bonito, donde vemos materializado el enseñarles a todas estas personas a mejorar su emprendimiento. Hay que seguir trabajando y abriendo oportunidades para que puedan acceder al proceso de inclusión financiera, porque esa es la gran limitante que tienen en temas de sostenibilidad”, señaló Mariangela López Lambraño, profesora de la Escuela de Negocios del área de Emprendimiento y directora del proyecto en Uninorte.
A través de la Escuela de Negocios, el Centro de Emprendimiento, el Centro de Consultoría y Servicios, y el Centro de Educación Continuada, la universidad trabajó en la caracterización de la primera cohorte del programa, gracias a un trabajo conjunto con líderes comunales, las organizaciones migrantes, la Alcaldía de Barranquilla y de Soledad; y en el proceso de formación con una primera ruta de 90 horas.
En este tiempo, los emprendedores aprenden sobre gestión empresarial, finanzas, entre otros temas que les permitirá estructurar un modelo de inversión adaptado a las necesidades y potencial de sus negocios. Además, cuentan con un auxilio de transporte para trasladarse a la institución.
José Bedoya, director de Desarrollo Empresarial de la Fundación Santo Domingo, felicitó al grupo de emprendedores no solo por los certificados que recibieron, sino también por la confianza que depositaron en el programa y sus aliados para contribuir al desarrollo social local.
“Este programa está basado en la confianza. Uno genera confianza ante las personas que quisiera servirle, generar progreso. Nosotros somos un instrumento en sus vidas para generar progreso con ustedes, no somos el fin”, puntualizó Bedoya.
El programa busca también bancarizar a 150 de los 250 emprendedores, demostrando previamente que están preparados para ello. El objetivo es facilitar el ingreso a aquellos que no han tenido la oportunidad de un proceso de inducción financiera.
María Clemencia Sierra, decana de la Escuela de Negocios, emocionada por la iniciativa, le pidió a la primera cohorte llevarse consigo tres palabras: gratitud, hermandad y educación, aspectos que vio reflejados en el proceso de formación y la ceremonia de entrega de certificados, y que demuestran que no tienen “fronteras”.
“Gracias a todos, me siento orgullosa de pertenecer a este proyecto. Como dice el eslogan: "Uninorte es la casa que enseña a triunfar". Yo ya me siento triunfadora, porque queremos progresar y este es el comienzo. La Fundación Santo Domingo es esa puerta que Dios nos está dando. Me llevo muchos aprendizajes, aprendí a valorar mis habilidades, a creer que puedo lograr las cosas, de la mano de Dios”, manifestó Nataly Sosa, beneficiaria de 27 años, quien tiene un emprendimiento de algodones de azúcar llamado 'Algodones Naty', ubicado en el barrio Pinar del Río.
La joven emprendedora inició su proyecto debido a dificultades económicas cuando vivía en Venezuela, por lo que decidió trasladarse a Barranquilla. Inicialmente, se dedicaba a vender frutas, pero optó por iniciar su propio negocio como una alternativa para crecer como persona y como migrante en el país. Su producto, señaló, se destaca por la innovación, ya que ofrece diferentes sabores, colores y se puede personalizar.
“Los sueños no solo son para uno, también para nuestros familiares. No solo nos quedemos con lo que aprendimos hoy, enseñémosle a otros para que crean en sí mismos, y que, así como nosotros tenemos la oportunidad de emprender y salir adelante, podemos ayudar a otros que quieran surgir en este país”, enfatizó Nataly.
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