La trayectoria de Édgar Perea en el periodismo

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El evento contó con la participación de personajes muy cercanos a la vida privada y profesional del ‘Campeón’ Édgar Perea.

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03 may 2016

Por cinco décadas, los colombianos se habituaron a la presencia de Edgar Perea en los medios de comunicación. Fue un hombre que rompió todos los paradigmas del periodismo deportivo para establecer el suyo propio. Encarnó el periodismo de sensaciones, aquel estigmatizado por el amarillismo de los medios, pero que en las narraciones deportivas del apodado ‘Campeón’, convocaba sentimientos de euforia y tristeza.

Apreciado y criticado con igual pasión y fervor, Perea (nacido en el Chocó el 2 de junio de 1934, y fallecido en Bogotá el pasado 11 de abril), fue un hombre de grandes contrastes. Ahora se habla de su legado y su huella en las mentes de los millones de barranquilleros y colombianos que disfrutaron de su controvertida, apasionada, influyente pero siempre memorable labor en frente de los micrófonos.

Con el objetivo de acercar a las nuevas generaciones a lo que representó Édgar Perea, el programa de Comunicación Social presentó un conversatorio homenaje, donde se habló sobre lo que representó comunicacional y socialmente quien es considerado el narrador deportivo más exitoso de la historia de Colombia. El evento, llevado a cabo el 27 de abril, contó con la participación de personajes muy cercanos a la vida privada y profesional de Perea, y fue moderado por Alfredo Sabbagh, profesor de Uninorte.

Sidar, hijo menor de Perea, señaló “la entrega, la casta y la mística”, como las cualidades que caracterizaron a su padre durante su vida profesional. Relata que para Perea cada transmisión era un ritual, “como si fuera la más grande que fuera a realizar hasta ese momento y se preparaba como tal”. Dos días antes no salía en horas de la noche, y la noche previa no hablaba. “Era casi un chiste porque se comunicaba por señas pues necesitaba la voz al 100%”, recuerda entre risas.

Óscar Forero, comentarista que lo acompañó por muchos años en transmisiones deportivas, señala que el caso de Perea “es único y ya nunca va a volver suceder”. La influencia de Perea en el imaginario barranquillero era casi absoluta y sus intervenciones en la radio eran capaces de influenciar las decisiones administrativas del Junior de Barranquilla, equipo del que fue su seguidor más famoso.

Forero describe a Perea como una persona que en su ejercicio profesional enseñaba con el ejemplo. “Por la forma que trabajaba, tú sabías que por ahí era el camino, porque él ya estaba triunfando”. Su profesionalismo era tal, que Forero lo consideraba “el peor compañero de viaje, porque no salía a conocer, sino que se acostaba a dormir. Nunca en horas antes de la transmisión lo vi dando vueltas”.

Según Evaristo Jiménez, voz comercial de Perea por 18 años, en el micrófono Perea se transformaba, se emocionaba tanto que por eso fue el mejor del mundo, pero por fuera de las transmisiones era como cualquier otro. Era ‘recochero’, bromista”.

Por casi medio siglo Perea electrizó a través de su micrófono, narrando los dos primeros campeonatos nacionales de Junior, acuñando las inmortales frases “Junior tu papá” y “a Junior tienes que matarlo”, relatando la medalla olímpica de Helmut Bellingrodt y los campeonatos mundiales de boxeo Kid Pambelé, Fidel Bassa y Happy Lora, y narrando 16 series mundiales para la cadena CBS de Estados Unidos, la última de estas, en 1997, cuando Édgar Rentería impulsó la carrera ganadora que le dio a los Marlins de Florida el campeonato mundial.

Cuando su dominio en la sintonía radial era absoluto con Radio Mar Caribe en Barranquilla, a finales de los 80, Perea aceptó una oferta para irse a Caracol. “Él no se quería ir para Bogotá y la exigencia económica que hizo fue absurda para que le dijeran que no, y le dijeron que sí”, cuenta Forero.

Su marcha coincidió con la clasificación de Colombia a tres mundiales de fútbol, entre ellos el de 1990, que propició su más memorable narración en el gol de su “patria querida” en el empate 1-1 contra Alemania, que terminó de catapultarlo como una figura nacional. “Con su relato, Édgar acostumbró a la gente a ver los partidos por tv, pero a bajarle el volumen y escucharlo a él. La gente no conocía quien narraba los partidos en tv”, apunta Forero.

Sidar Perea recuerda cómo al poco tiempo de haber llegado a Bogotá logró triunfar y hacerse en el bolsillo una afición tan complicada como la de la capital. “Eso le sirvió para abrirle otras fuerzas como fueran sus pasos por el Senado y su carrera diplomática”. Eventualmente fue elegido Senador, con un total de 74.800 votos.

“Hay que tener la pasión y la voluntad de querer hacer algo, y eso era lo que tenía Édgar Perea. Piensen en cómo está el Chocó ahora e imagínense hace 80 años cuando sacio Édgar y miren lo que logró hacer”, finalizó el periodista Fabio Poveda.

Por Andrés Martínez Zalamea

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