La Casa de Estudio Alfredo Correa de Andreis abre sus puertas
Autoridades académicas e institucionales presidieron la inauguración de la gran obra arquitectónica que rinde homenaje a la memoria del docente y sociólogo cienaguero.
La Casa de Estudio Alfredo Correa de Andreis, un nuevo espacio que la Universidad del Norte inaugura en el marco de los 55 años de su fundación, abrió oficialmente sus puertas el 19 de febrero, a las 4 de la tarde. A través del canal de Youtube Uninorte Académico, cientos de espectadores siguieron la transmisión de la apertura.
La obra, pensada, planeada y creada para los estudiantes, principalmente, lleva consigo un profundo mensaje de respeto por la vida, las ideas, los derechos humanos, la educación y el desarrollo. El mensaje que representa al profesor Correa.
La Casa de Estudio comprende un área de más de 1.800 metros cuadrados, tres pisos, un semisótano e importantes ayudas tecnológicas y pedagógicas para los estudiantes. Es importante destacar que aquellos con movilidad reducida o discapacidad visual, también podrán hacer uso ya que la inclusión fue uno de los pilares a la hora de su construcción y adecuación.
El 18 de febrero, de manera previa para preservar las medidas de distanciamiento social, fueron precisamente estudiantes los primeros en ingresar. A través de un concurso en redes sociales fue convocado un grupo de 30, para disfrutar de un recorrido guiado.
No solo hicieron el corte simbólico de cinta, acompañados por el rector Adolfo Meisel, sino que también escucharon las descripciones de los espacios, conceptos constructivos y la explicación del maestro Cristo Hoyos sobre su obra artística, en homenaje a Alfredo Correa, ubicada en el tercer piso. Lo mismo hicieron los miembros de la familia de Correa De Andreis.
Minutos antes que empezara la transmisión, el rector, la vicerrectora administrativa y financiera, Alma Lucía Diazgranados, y los miembros del Comité de Construcción y de Planta Física de la Universidad develaron la placa conmemorativa del edificio.
Este semestre ofrecerá puestos de estudio individual y para usuarios con discapacidad visual, préstamo de portátiles y de kindles, y asesoría para consultas de recursos bibliográficos digitales.
El rector ofreció unas palabras de bienvenida a la Casa de Estudio, en las que destacó la memoria del profesor Correa y la importancia de la libertad de expresión, la transparencia y la tolerancia en los procesos formativos de la Universidad.
"Cuando pienso en Alfredo Correa pienso en tres cosas: alegría, verdad y transparencia; él representaba muy bien el sello de esta Universidad", expresó el rector.
Hablar de Alfredo Correa es hablar de Ciénaga, de la cultura anfibia, del Caribe mismo, de lo que somos. Hablar de Alfredo es, también, hablar de un hombre de gran tamaño físico, intelectual y humano. Un líder, un docente entregado, un precursor de las comunidades más pobres, un defensor de la ruralidad, del medio ambiente, del pensamiento libre. Un padre, un esposo, un miembro de familia ejemplar.
Meisel Roca subrayó la faceta de investigador y de docente entregado a sus estudiantes, y su talante “absolutamente pacífico”. Lo anterior, al punto de mencionar que “algunos lo describen como un ‘bacán’”, como se les llama en el Caribe a las personas que ostentan un carácter sencillo y servicial.
Desde Boston, Estados Unidos, el acto fue acompañado por Melisa Correa Glen, hija de Alfredo Correa y egresada del programa de Comunicación Social y Periodismo.
"Estamos orgullosos porque la memoria de mi papá seguirá vigente, a través de esta Casa de Estudio", expresó Melissa y destacó: "un detalle que me encantó de la obra del maestro Cristo Hoyos fue la mochila que siempre cargaba mi papá, auténtica, tejida por indígenas; ese era él".
Muchos son los detalles que envuelven esta gran obra arquitectónica. Durante la transmisión, los líderes de su proceso constructivo se refirieron a ellos.
Fabián Amaya, docente del departamento de Arquitectura y Urbanismo, y magíster de la Universidad Técnica Superior de Damstadt (Alemania), menciona cuatro aspectos notorios del diseño arquitectónico: la escogencia de formas que destacan la solidez de la Universidad, la previsión de la construcción del voladizo como elemento innovador, la diversidad de espacios para las necesidades estudiantiles y la integración armónica con el campus.
De la misma manera, el docente, Carlos Arteta, doctor en Ingeniería de la Universidad de California Berkeley, manifestó que “soportar uno de los voladizos más grandes del Caribe colombiano, con una longitud aproximada de 7.6 metros, fue todo un reto para los ingenieros calculistas".
Aunque la pandemia afectó la dinámica de la obra, se ajustaron todos los protocolos y finalizó satisfactoriamente, dijo el ingeniero Óscar Álvarez, director de Servicios Administrativos.
El edificio cuenta con la certificación LEED, que le otorga un importante sello de sostenibilidad a la obra, mencionó el ingeniero Carlos Clavijo, director de Sostenibilidad.
Sandra Álvarez, directora de la Biblioteca KCP Jr, resaltó que la Casa de Estudio es “un espacio multipropósito, que propicia el aprendizaje, la investigación, la lectura, el trabajo colaborativo, de cocreación, lo cual fomenta la interacción social”.
Finalmente, Manuel Moreno, decano de la Escuela de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, magíster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática de la Universidad Politécnica de Madrid, enfatizó en lo significativo de contar con un espacio con el sello arquiectónico de la Universidad, para ejemplo de los estudiantes en la puesta en marcha de proyectos liderados por quienes les acompañan en su proceso formativo.
La obra de Cristo Hoyos. Ocho piezas cuadradas que contemplan momentos que circundan la vida de Alfredo Correa de Andreis y de la región a la que entregó su vida y obra. Así se observa la obra ejecutada por el maestro cordobés, Cristo Hoyos, oriundo del municipio de Sahagún, y que se ubica en el tercer piso de la edificación.
Cristo Hoyos al lado de su obra, conformada por 8 piezas cuadradas que reflejan momentos vividos por Alfredo Correa.
De arriba hacia abajo: el último mensaje de profesor Correa, “Hey, loco, no dispares”, atravesado por una cometa; un crucifijo propio de una iglesia en un pueblo del Caribe, un momento lectura del profesor Correa, una cabeza de ganado superpuesta sobre calados de cemento, libros y documentos amarrados con cintas, una intervención oral de Correa de Andreis, un par de botas militares y unas baldozas, con mosaicos republicanos, manchadas de sangre.
“Hay dos imágenes que tienen mucho que ver con la institución, con la universidad, porque son la clásica conferencia del profesor: cuando era invitado, cuando él era ponente”, dice Hoyos Mercado al referirse a una de las piezas.
“La participación hoy en día tiene que ver con sentirnos comunidad, sentirnos sociedad, sentirnos colectivo y no desde el punto de vista de la indiferencia de la individualidad”, menciona el maestro. Aclara, en cuanto a la acción de Alfredo Correa: “la propuesta de él era distinta, lo del rescate de culturas en un país que pierde sus raíces (..) que está pensando en parecerse a otros y los conflictos sociales que son interminables, que no tienen solución, que nadie soluciona”.
Cristo Hoyos puntualiza en que a las nuevas generaciones les tocará “cambiar con relación al tratamiento que se le da al medio ambiente o la humanidad”, y exalta que “para él la prioridad era su región, eso lo tuvo muy claro Alfredo”.
Alfredo Correa de Andreis, cienaguero de pura cepa era admirador de la cumbia y todos los ritmos que son parte fundamental de la Cultura Caribe. El evento cerró, justamente, a ritmo de cumbia.
La Casa de Estudio está abierta a toda la comunidad desde este lunes, 22 de febrero, a las 9 de la mañana, con aforo limitado. Todos los protocolos de bioseguridad se encuentran disponibles en nuestra página web www.uninorte.edu.co
Por Lucía Avendaño
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