En esta nueva sección de publicaciones del Observatorio podrán encontrar análisis inéditos que buscan aportar a la generación de conocimiento en torno a temas económicos enfocados en la región Caribe.
Por: Carla Yinella Gómez Solano
Recientemente se ha evidenciado la necesidad de realizar un balance del año 2023 en términos de desigualdades regionales. Este análisis resulta crucial para comprender dinámicas relacionadas con las disparidades en producción, el acceso al empleo y la distribución de la pobreza entre distintas áreas geográficas del país.
Por ello, desde el Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Caribe Colombiano (OCSA) buscamos profundizar en esta temática y generar un análisis que permita identificar los factores que influyen en la economía del país.
Para empezar, los datos del mercado laboral arrojados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en diciembre de 2023 muestran una variación significativa en los diferentes indicadores en las regiones. A nivel nacional, la tasa global de participación (TGP) finalizó el año en 64%, la tasa de ocupación (TO) en 58%, la tasa de desempleo (TD) en 9,4% y la tasa de informalidad bajó de 58,2% a principios de año a 55,5% hacia finales de año (usted puede navegar en el tablero de visualización).
Dentro de las ciudades que mantuvieron unas tasas favorables a lo largo del 2023, se encuentra Bogotá D.C. con las tasas más altas de participación, con una TGP promedio del 69.5% y una TD promedio del 10%. Asimismo, Medellín (65.2% y 8.9%), Cali (66.8% y 10.8%) y Bucaramanga (65.6% y 8.5%) mantuvieron tasas similares al nivel nacional en comparación con otras áreas urbanas del país (promedio del año 2023).
Por el contrario, las ciudades de la región caribe exhiben tasas de participación ligeramente bajas (generalmente entre el 55% y 65%) y tasas de desempleo muy por encima (a excepción de Barranquilla y Montería) tanto de las ciudades principales del país (Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga) como del nivel nacional. Para ser más precisos, el desempleo va desde Barranquilla con un 10.3% hasta Riohacha con un 14,3% (promedio del año 2023).
Ahora bien, Montería presenta un comportamiento diferente, puesto que posee unas tasas promedio de participación (55,6%) y ocupación (12,8%) relativamente bajas en comparación con las demás ciudades de la región Caribe. Estos datos sugieren que Montería experimenta un nivel de dinamismo laboral menor en términos de generación de empleo.
Por otro lado, Barranquilla se destaca como la única ciudad en la región Caribe que demuestra un comportamiento similar al de las ciudades principales del país (Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga). Con tasas promedio de participación, ocupación y desempleo laboral de 65,9 %, 59,1% y 10,3%, respectivamente.
Al analizar la informalidad laboral, se observa que, aunque a nivel nacional esta ha disminuido de manera notable durante el año 2023, aún persisten diferencias significativas entre ciudades. Por ejemplo, mientras Bogotá y Medellín finalizaron el año con unas tasas de informalidad del 32,6%, y 38,4%, respectivamente. En contraste, las ciudades del Caribe muestran niveles más altos, donde aproximadamente 6 de cada 10 personas trabajan en el sector informal. Un ejemplo de esto es Riohacha (61%), Santa Marta (62,3%), Montería (62,8%), Valledupar (64,7%) y Sincelejo (68,1%) (Trimestre octubre- diciembre de 2023). Estos datos subrayan las notables disparidades en la estructura laboral entre las diversas regiones del país (usted puede navegar en el tablero de visualización).
En relación con la pobreza monetaria (que se define como la incapacidad de las personas o familias para alcanzar ingresos adecuados que cubran sus necesidades básicas como alimentación, vivienda, educación y atención médica); es fundamental analizar las estadísticas del año 2023 para tener una comprensión más completa de las disparidades regionales en este ámbito. Según los datos proporcionados por el DANE, se ha observado una tendencia positiva a nivel nacional en la reducción de la pobreza monetaria durante los últimos dos años.
En el año 2021, la tasa de pobreza monetaria a nivel nacional se situó en un 39.7%, disminuyendo a un 36.6% en el año 2022. Esta tendencia descendente también se refleja en varios departamentos del país, como Antioquia (de 32,8% a 28,8%), Atlántico (de 42,1% a 37,7%), Bogotá D.C. (de 30,5% a 28,1%), Santander (de 40,3% a 37,3%) y Valle del Cauca (de 32,1% a 28,1%), donde se registraron reducciones significativas en la pobreza monetaria durante el mismo período (usted puede navegar en el tablero de visualización).
Sin embargo, es importante destacar que algunos departamentos experimentaron e inclusive dentro de la región Caribe, un aumento en la pobreza monetaria en comparación con el año anterior. La Guajira, por ejemplo, mostró un incremento notable de 7,4 puntos porcentuales, con una tasa de pobreza monetaria de 58.0% en 2021 al 65.4% en 2022. Este fenómeno puede atribuirse a varios factores, incluidos problemas estructurales dentro del mercado como: la falta de diversificación económica en la región, la escasez de oportunidades laborales formales y la dependencia de sectores económicos vulnerables a la volatilidad del mercado, por ejemplo, agricultura, turismo, minería y construcción.
De la misma manera, Bolívar y Magdalena también experimentaron un aumento en la pobreza monetaria durante el año 2022. En Bolívar, el aumento fue de 2 p.p (aumentó del 54.0% en 2021 al 56.0% en 2022), mientras que en Magdalena fue de 1,2 p.p (del 52.7% en 2021 al 53.9% en 2022).
A pesar de que se observa una tendencia a la baja en la pobreza monetaria a nivel nacional y en la mayoría de los territorios del país, aun el problema persiste. Por lo que se deben abordar las causas subyacentes de la pobreza, sobre todo, en aquellos lugares en los que históricamente ha sido complicado combatir los factores e implicaciones de la pobreza.
En cuanto al crecimiento económico de Colombia en 2020-2023, según los datos del DANE, se destacan tendencias significativas que reflejan la dinámica del Producto Interno Bruto (PIB).
Durante el año 2020, el país experimentó una contracción del 6,8% en su PIB. Esta disminución estuvo influenciada principalmente por el desempeño negativo de varios sectores clave, como el comercio, el transporte y el alojamiento (-15,1%), la construcción (- 27,7%) y la explotación de minas y canteras (-15,7%). Estos sectores sufrieron debido a las restricciones impuestas para contener la propagación del COVID-19, lo que afectó la actividad económica y la demanda (usted puede navegar en el tablero de visualización).
A partir del año 2021, se observó una tendencia de recuperación económica gradual. En este año, el PIB creció un 10,6 %, impulsado principalmente por el resurgimiento del comercio (+21,2%), la industria manufacturera (+16,4%) y actividades relacionadas con la administración pública, defensa, educación y salud (+6,9%). Este crecimiento se atribuye en parte a la flexibilización de las restricciones y a las políticas de estímulo implementadas para reactivar la economía. Un ejemplo muy puntual, fue el establecimiento de protocolos estrictos de seguridad en las plantas manufactureras para garantizar el distanciamiento social entre los empleados: en su momento, se reorganizaron las líneas de producción para aumentar el espacio entre estaciones de trabajo, se instalaron barreras físicas entre áreas de trabajo y se implementaron horarios escalonados para reducir la cantidad de empleados presentes al mismo tiempo (usted puede navegar en el tablero de visualización).
En 2022, esta tendencia positiva continuó con un crecimiento del 7,5% respecto al año anterior. Sectores clave como el comercio (+ 10,7%), la industria manufacturera (+ 9,8%), y las actividades artísticas y recreativas (+37,9%) destacaron por su contribución al crecimiento económico. La reactivación económica de este año se evidenció en gran manera en el aumento de la asistencia a eventos culturales, como conciertos, teatro o exposiciones, y en el turismo nacional relacionado con actividades recreativas (usted puede navegar en el tablero de visualización).
Finalmente, en el año 2023, el crecimiento del PIB fue del 0,6% respecto al 2022. Aunque este crecimiento fue más bajo en comparación con años anteriores, se observaron contribuciones positivas de sectores específicos. Por ejemplo, la administración pública, defensa, educación y servicios de salud crecieron un 3,9% (aportando 0,6 p.p en la variación anual), las actividades financieras y de seguros aumentaron un 7,9% (aportando 0,6 p.p en la variación anual), y las actividades relacionadas con el arte, entretenimiento, recreación y hogares individuales empleadores registraron un crecimiento del 7,0% (aportando 0,2 p.p en la variación anual) (usted puede navegar en el tablero de visualización).
Aunque es cierto que estos sectores jugaron un papel crucial en la dinámica económica del país en este período, es importante destacar que las expectativas de crecimiento eran mucho superiores a lo alcanzado. Cuando se analiza el contexto económico y las proyecciones realizadas por expertos, se esperaba un crecimiento más robusto, que oscilaba entre el 0,9% y el 1,4%. Sin embargo, la realidad mostró un crecimiento más modesto, lo que sugiere que, si bien estos sectores contribuyeron de manera positiva al crecimiento económico, no pudieron alcanzar las expectativas previas. Este fenómeno puede atribuirse a diversos factores, como la persistencia de la incertidumbre económica, la volatilidad del mercado, los cambios en las políticas gubernamentales, entre otros.
En definitiva, al analizar las disparidades regionales en 2023, obtenemos una visión detallada de la compleja realidad económica de Colombia. Observamos que ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla demostraron un dinamismo laboral y económico notable, mientras que otras, como Montería, enfrentaron desafíos en la generación de empleo. Además, se evidenciaron avances significativos en la lucha contra la pobreza monetaria en algunos departamentos, aunque persisten desafíos en la región Caribe Colombiana que requieren atención urgente.
En cuanto al crecimiento económico, si bien se observó una recuperación gradual, la desaceleración en 2023 destaca que nos encontramos en un momento de recesión. Esto subraya la importancia de abordar políticas económicas resilientes y equitativas para fortalecer la economía nacional y cerrar la brecha de las desigualdades regionales. Es fundamental aprovechar las lecciones aprendidas de los sectores que contribuyeron positivamente al crecimiento económico, como el comercio, la industria manufacturera y las actividades relacionadas con la administración pública, defensa, educación y salud, para impulsar un desarrollo más sólido y sostenible en todas las regiones del país.
Referencias
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), 2023.
Empleo y desempleo: https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/empleo-y-desempleo
Pobreza y desigualdad: https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/pobreza-y-desigualdad
Crecimiento económico: https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/cuentas-nacionales/cuentas-nacionales-trimestrales/pib-informacion-tecnica
Imagen de la portada tomada de https://www.laopinion.com.co/colombia/segun-estudio-colombia-es-uno-de-los-paises-mas-ignorantes-del-mundo
Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Caribe Colombiano– OCSA, Universidad del Norte (Barranquilla).