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Manuel Eduardo Moreno Slagter

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ACERCA DE MÍ Arquitecto con estudios de maestría en medio ambiente y arquitectura bioclimática en la Universidad Politécnica de Madrid. Decano de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte. Defensor de la ciudad compacta y densa, y de las alternativas de transporte sostenible. Coleccionista de música.

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Cocrea en Barranquilla

El pasado martes tuve la oportunidad de asistir a un encuentro de socialización de seis proyectos con énfasis patrimonial, escogidos luego de la última convocatoria de Cocrea. Se trata de una iniciativa que pretende encontrar donantes o inversores que puedan apalancar con recursos este tipo de propuestas, nacidas desde las administraciones públicas, y que son aprobadas por Cocrea, una corporación mixta sin ánimo de lucro que está encargada por el Ministerio de Cultura para la implementación de los incentivos tributarios relacionados con los proyectos de interés cultural y creativo. La reunión se llevó a cabo en el auditorio del nuevo edificio de la Escuela Distrital de Artes, la denominada Fábrica de Cultura, ubicada en el corazón del Barrio Abajo. Contó con la presencia de la directora de la Corporación, la secretaria de Cultura y Patrimonio del Distrito, el secretario de Desarrollo Económico, varios dirigentes gremiales y representantes de las universidades de la ciudad.

Aunque todos los proyectos presentados son de interés, vale la pena destacar tres de ellos, estrechamente relacionados con la preservación del patrimonio material de Barranquilla. Quizá el más llamativo es el proyecto de restauración del mural Tierra, mar, aire; una obra de Alejandro Obregón que poco a poco se está deteriorando y que está ubicada en el edificio Mezrahi, sobre la Carrera 53. Por su valor artístico e histórico, este mural podría ser la obra de arte público más importante de nuestra ciudad.

También resulta muy interesante el proyecto de restauración del cañón rojo y de los buzones del correo aéreo, en el sector del Paseo Bolívar. Para muchas personas Barranquilla no tiene mayores referentes patrimoniales —una condición sugerida por su juventud— debido a eso, el rescate de estos elementos podría impulsar una exploración más histórica de nuestro entorno. Por último, una de las propuestas más ambiciosas, por su valor, es la actualización del plan especial de manejo y protección del centro histórico. Un instrumento de planeación que resulta indispensable para la conservación de este espacio urbano, tan valioso como deteriorado, y tan necesitado de apoyo, seguimiento y control.

Aquellas personas naturales o jurídicas que decidan aportar a cualquiera de los seis proyectos, tendrán como beneficio fundamental la posibilidad de una deducción del 165% de lo invertido o donado relacionada con el impuesto de renta, una alternativa que puede ser atractiva sobre todo para las grandes empresas. Pero además, podrán hacer uso de la buena imagen que supone haber hecho un aporte al desarrollo de un determinado proyecto, lo cual incluso puede hacer parte de una estrategia de publicidad o de visibilidad empresarial.

Sin embargo, en mi opinión lo más importante es que con este mecanismo se pueden invertir unos recursos específicos en un proyecto de interés, de manera que en lugar de entregar parte de los impuestos para que el Estado los utilice como quiera, se dirigen de manera clara y transparente.

Muchas veces nos hemos molestado porque como ciudadanos sentimos que nuestros impuestos terminan siendo despilfarrados o utilizados en asuntos que no nos parecen relevantes. Esta es una buena oportunidad para mejorar parcialmente esa agobiante sensación.

Fotografía tomada de https://www.unsplash.com

Publicado en El Heraldo el jueves 29 de julio de 2021