Al firmarse el Acuerdo final en La Habana, los colombianos enfrentaremos el 2 de octubre/16 nuestro propio brexit: le abrimos el camino a la paz con un apoyo al ‘Sí’, o nos enredamos con un ‘No’ (¿pero si?) que nunca se sabe dónde va a terminar. La Universidad del Norte, en alianza con EL HERALDO, viene publicando documentos serios sobre las conversaciones de La Habana, y el reciente fallo de la Corte Constitucional, lo cual ayuda al proceso de ilustrarnos en nuestras decisiones, a través del proyecto Misión Caribe, con publicaciones en la web, ilustradas, con audios, y con una separata de este diario. Ya el tema se ha discutido dos veces en forma amplia en la Universidad, una vez con el mismo expresidente Uribe, quien durante hora y media expuso sus puntos de vista, y fue debatido intensamente por los estudiantes, aunque al final se exaltaron los ánimos.

El pasado viernes 19 de agosto se hizo otra presentación de los argumentos del ‘Sí’ por parte del exalcalde de Santa Marta y la senadora Claudia López, ante más de mil estudiantes.  Caicedo enfatizó el tema de la ausencia de regionalización del país, destacando que este 10º acuerdo de paz ha recogido la experiencia de nueve anteriores.

En efecto, Colombia tiene una experiencia rica en ello, lo cual hace nuestro proceso único, y modelo de estudio a nivel internacional. Caicedo enfatizó la necesidad de modificar nuestro modelo económico, dejando el extractivismo y orientándonos hacia las actividades productivas y de servicios. Debe buscarse la forma de que en los territorios, la única opción de los jóvenes no sea el mototaxismo, vender minutos o sopas.

Claudia López señaló que Colombia es el único país del hemisferio occidental con un conflicto armado con más de 50 años de duración. Para la senadora, la causa de nuestra violencia no es el narcotráfico, sino que este es la consecuencia del abandono en el cual se tiene al 50% de la geografía del país y a 15 millones de colombianos de las áreas rurales y poblaciones menores. El Estado no hace presencia en los territorios: hay ausencia de ciudadanía, Estado y mercado. Esta tarea debe hacerse no solo por posconflicto, sino por un deber ético y político con este país excluido. Se debatió la financiación de dicho posconflicto ($333 billones en 10 años), lo cual según ella se puede financiar con el 1.6% anual del PIB, mientras la corrupción se lleva el 2% de la riqueza del país, y la seguridad y defensa nos cuesta el 5% del PIB.

Si gana el ‘Sí’ hay un mandato político y jurídico expreso al presidente para que implemente los acuerdos, lo cual nos debe llevar más adelante a implementar el proceso de regionalización, el fortalecimiento institucional de los territorios y una reforma política que desarme la corrupción contractual que retroalimenta los partidos. El triunfo del ‘No’ nos deja en una espera de quién sabe cuánto, y no habría desarme de las Farc,  tendríamos más víctimas, y seguirían las cosas como están hasta que un nuevo gobierno reforme los acuerdos, lo cual será difícil. Sin duda es un camino escabroso: sería nuestro brexit.