¿Te ha pasado que estás estudiando y más de una vez te has encontrado diciendo “tengo muchas cosas que hacer” y al final del día no comenzaste con ninguna de ellas? Y otras veces quizás te has sentido ansiosx o nerviosx ante dos o tres horas “perdidas”. De hecho, muchas veces sentimos como si nos robaran uno de los bienes más preciados: nuestro tiempo.

Hay actividades y pensamientos que tienden a restarnos tiempo y energía, que podríamos dedicar a nuestro objetivo: estudiar. Es por eso que en este blog vamos a identificar bien a esos “ladrones” que roban nuestro tiempo.

1. Falta de organización

Ya te hemos contado en varias ocasiones, que es imprescindible organizar el tiempo, el lugar y el método que vamos a seguir para estudiar. Solemos tener ganas de empezar cuanto antes. No somos tan cuidadosos y estudiamos un día en la habitación y otro en la biblioteca, o un día subrayamos lo importante del texto y otro no.

En fin, nadie dice que así sea imposible pero sí que te va a costar muchísimo más. No hay nada mejor que poder administrar tu tiempo de forma exitosa. Te hemos dicho que nuestra herramienta estrella es Google Calendario, donde puedes visualizar tu semana completa.

2. Interrupciones

Este es un clásico que podemos aplicar al estudio y al trabajo por igual porque ninguno de nosotros está libre de llamadas, visitas por sorpresa para preguntarnos o pedirnos cualquier cosa, etc.

Sin importar cuál sea la interrupción, ármate para contrarrestarla. Entrena tu asertividad para hacer valer la priorización de tu propio tiempo. Detecta los riesgos y ¡minimízalos!

Aquí te dejamos algunos tips que puedes poner en práctica: pon en modo avión tu celular, apaga las notificaciones, cuelga un cartel en la puerta de tu cuarto de “Favor, no interrumpir”, utiliza una sola pestaña de Google o Safari abierta, etc.

3. Impuntualidad

Este es de esos ladrones más habituales. Procura respetar los horarios, porque aunque pueda ser flexible y varíe en función de las circunstancias, no puede faltarte la disciplina para cumplir con la hora señalada. 

Cuando te comprometes contigo mismx a establecer una rutina de estudio con un horario establecido, necesitarás de mucha voluntad y dominio propio para cumplirte. Al final, tu recompensa será la satisfacción del deber cumplido. ¡No hay nada mejor que completar el checklist del día! (Igual, ya sabes que no debes exigirte más allá de lo que puedes hacer) 

4. “Luego lo hago”

Detectar si uno mismo es aficionado a eso de dejar “para luego” lo que podía haber hecho ya, se conoce como procrastinación y es algo muy común. ¡Combátelo con motivación y organización! 

5. Distracciones

Vivimos en un mundo hiperconectado y eso tiene sus cosas buenas pero también sus complicaciones, sobre todo a la hora de concentrarnos. Te sugerimos que hagas una autoevaluación y puedas detectar dónde están esos puntos débiles que te distraen.

6. Perfeccionismo

Ya sabemos que los extremos son malos y por supuesto no debemos caer en estudiar sin cuidar la limpieza y acabado de nuestros apuntes, libros o intentando sacar el mejor resultado posible en cada prueba que tengamos, pero es igualmente nocivo ser demasiado autoexigente y no avanzar por pasar a limpio tres veces el mismo resumen o culpabilizarnos por no haber sacado la nota que esperábamos. Tenemos que tratarnos bien y dejarnos fluir sin perder la dosis de exigencia. ¡Pero ya sabemos que tiene que haber un equilibrio!

Quisimos comparte esos “ladrones de tiempo” que hemos identificado en nuestra experiencia como estudiantes pero… ¡Ahora queremos ¿cuáles otros crees tú que alteran el rendimiento? Y, sobre todo, ¿qué soluciones crees que hay?

¡Recuerda que en Uninorte tienes a tu disposición todos los servicios del CREE, donde podrás encontrar monitores de cada materia, recomendaciones, asesorías y pares padrinos!