Estudiante de Quinto Semestre de Ciencia Política y Gobierno - Líder de TICAL
En el marco de la iniciativa #EnClave Internacional, el día 16 de marzo se llevó a cabo un evento en el canal de Youtube en Uninorte Académico, titulado “El proceso constituyente chileno: avances y desafíos”. Estuvo diseñado, coordinado y protagonizado por el ICCAL-Lab y el grupo de estudiantes partícipes del Team de Innovación Constitucional en América Latina (TICAL), quienes desde el comienzo de la Convención Constituyente en Chile en julio de 2021 han estado trabajando en el seguimiento al debate constituyente. La ponente fue la politóloga chilena Pamela Figueroa, profesora de la Universidad de Santiago de Chile. Sus aportes y seguimiento al proceso se encuentran actualmente disponibles en el canal de YouTube del Observatorio Nueva Constitución. El evento ofreció distintas claves para la comprensión actual de los avances y desafíos del proceso.
En primera instancia, se hizo una contextualización acerca de por qué en Chile se encuentran en un proceso constituyente. Al respecto, la profesora invitada expone que la actual Constitución, aunque reformada en democracia, tiene su origen en un gobierno autoritario; el texto se diseñó a puerta cerrada por personas escogidas por Pinochet con el objetivo de preservar su control sobre la política del país. Las reformas constitucionales posteriores no fueron suficientes para la ciudadanía, por lo que empezaron a producirse manifestaciones, coordinadas por líderes estudiantiles y movimientos feministas, entre otros actores. Intermitentemente se presentaron protestas durante 2006, 2011 y 2018, siendo solo posible que en el estallido social de octubre 2019 se firmase un Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.
Durante esta década, Chile ha estado inmersa en un permanente déficit de legitimidad en donde ha habido esfuerzos para la democratización de las instituciones y se han extendido algunos derechos a la ciudadanía. Pero estos esfuerzos se perciben como insuficientes; varios sectores denuncian los vacíos constitucionales ante todo en materia de derechos sociales como la educación y la salud. La salida a la crisis de legitimidad y confianza en Chile fue el plebiscito por una constituyente, realizado en 2020, que aprobó la posibilidad de elaborar una nueva Constitución nacional.
Desde una perspectiva comparada internacional, entre las novedades de la Convención Constitucional, se puede destacar que es la primera constituyente con carácter paritario en términos de género y la primera en la historia de Chile que incorporó escaños para los pueblos indígenas. La mayoría de constituyentes son independientes, y han sido electos democráticamente 155 convencionales a través de distritos. La Convención Constitucional tiene un plazo máximo de 12 meses para elaborar el texto definitivo. Sus normas deben ser aprobadas por ⅔ de los miembros y su aprobación o no dependerá de un plebiscito de salida que se producirá una vez la Convención finalice sus funciones. Es incierto el panorama debido a que se estableció voto obligatorio en un país donde el abstencionismo electoral ha superado el 50 %, acorde con Pamela Figueroa. En todo caso, la participación de la ciudadanía en la Convención no se limita a los plebiscitos de entrada y salida, sino que se ha trabajado para ofrecer una participación amplia que ha influenciado la redacción de las propuestas e informes que se han presentado.
El primer paso de la Convención electa fue la construcción de un reglamento, lo cual se discutió durante tres meses. Se acordó una estructura de deliberación en siete comisiones y posteriormente en plenaria. La profesora Figueroa señala que la votación interna es la siguiente: las propuestas de normas se aprueban por una mayoría simple en Comisión; estas normas pasan al pleno, para poder votarlas de manera general y en específico por mayoría de ⅔. Las normas que obtienen ⅔ pasan al borrador del texto final; aquellas normas que no logran ⅔ pero sí mayoría en el pleno regresan a la Comisión para ser revisadas y luego se envían nuevamente al pleno. Ante esto, la politóloga Pamela Figueroa amplía su perspectiva argumentando que son altamente alentadoras algunas decisiones que ya se encuentran dentro del borrador de la Carta Magna. Algunos ejemplos de estas innovaciones son: 1) reformar el poder judicial y convertirlo en un sistema judicial con una concepción plurinacional; 2) instalar un Estado regional y plurinacional, dejando detrás el actual Estado centralista unitario sin representación de pueblos indígenas.
Después de la ponencia de la profesora invitada, se desarrolló una ronda de comentarios y preguntas de dos representantes de TICAL y de espectadores que seguían en vivo la sesión por YouTube. Las temáticas fueron amplias, concretas y orientadas a explorar algunos de los desafíos y avances que ha tenido la Convención. Pamela Figueroa argumentó que la elección de Boric como Presidente, tiene el desafío de implementar una nueva constitución. La clave consiste en determinar una secuencia coherente entre las políticas públicas y legislación, de tal forma que éstas se coordinen, dialoguen, conversen y primen armónicamente con el establecimiento de la nueva Constitución. La invitada comenta que hay altas expectativas para abordar los principales problemas de Chile mediante una correcta implementación que se oriente hacia la búsqueda de estabilidad política y social, y que permita evacuar definitivamente la crisis de legitimidad y confianza de la última década. También hay signos positivos sobre la inclusión de los pueblos indígenas; la Convención ha materializado esta demanda histórica estableciendo la plurinacionalidad y promoviendo mecanismos políticos constitucionales específicos para el 12% poblacional que representan los pueblos indígenas.
Finalmente, la discusión se orientó hacia los derechos sociales y lo novedosos que son para la política en Chile, debido a que no estaban propiamente reconocidos en la Constitución de 1980 ni en sus reformas más recientes. Se debe determinar cuáles serán las vías para promover una armonía entre instituciones constitucionales y los demás actores políticos de Chile. Por otra parte, la paridad política y los derechos sexuales y reproductivos también se discutieron en esta fase de las preguntas. Sobre el primer tema, la invitada expresó que el que haya paridad en la Convención no necesariamente significa que el nuevo texto constitucional sea feminista o pro-mujer; de hecho, no hay un ⅔ de mujeres electas, por lo que las constituyentes no tendrían los votos suficientes para lograr de manera independiente la aprobación de normas constitucionales. Sin embargo, el nuevo texto sí tendrá una visión de género; el desafío está en diseñar normas constitucionales que mantengan presente ese enfoque de género en la legislación y las políticas públicas que las desarrollen. Y en cuanto a los derechos sexuales y reproductivos, involucran una amplia gama de temas, como el aborto, la educación sexual o la autonomía sobre el cuerpo. Actualmente la Convención ha aprobado diferentes normas en defensa de estas aristas.
Agradecemos a la profesora Pamela Figueroa por sus valiosos aportes a la comprensión del proceso constituyente chileno y esperamos contar con ella en eventos futuros.