El acceso al empleo sigue siendo un desafío en Colombia, especialmente para las mujeres, quienes enfrentan barreras adicionales como las responsabilidades de cuidado y la discriminación de género. Para las mujeres migrantes, las dificultades se agudizan por la falta de redes de apoyo y la xenofobia.

En respuesta a esta realidad, el proyecto Más allá de las banderas somos mujeres, impulsado por ONU Mujeres y la Universidad del Norte, con el apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migrantes del Departamento de Estado de los Estados Unidos, ha desarrollado acciones concretas para promover la empleabilidad de mujeres migrantes venezolanas, colombianas retornadas y de comunidades de acogida.

Desde 2022, el proyecto ha implementado la estrategia Laboratorio de Impulso Económico en las ciudades de Barranquilla, Soledad, Santa Marta y Cartagena, cuyo objetivo es mejorar las habilidades digitales y técnicas para el emprendimiento y empleabilidad de las participantes del proyecto.

Durante el 2023 se trabajó en el fortalecimiento de habilidades y competencias clave para el mercado laboral, y se establecieron alianzas estratégicas con diversas empresas, lo que permitió la vinculación laboral de seis mujeres —dos venezolanas y cuatro colombianas— en sectores de alto crecimiento, dando un paso significativo hacia su autonomía económica. 

Lusana Contreras, de Santa Marta, es una de las mujeres que logró vincularse a un empleo formal, gracias a alianzas con empresas locales que terminaron por darle la oportunidad que tanto necesitaba: un empleo estable. "Estoy muy feliz, gracias a Dios tengo el trabajo y quiero aprovecharlo al máximo. Tengo muchos planes a futuro, quiero ahorrar para comprar una casa para mi familia, mis hijos, quiero darles lo mejor”, indica.

Sus ojos se iluminan cuando habla de sus hijos. Para ella, el empleo no es solo un medio de sustento, es una puerta hacia un futuro donde sus hijos puedan crecer en mejores condiciones. "Estoy muy feliz porque tengo un trabajo con el que puedo sustentar a mis hijos", añade, visiblemente emocionada.

Historias como la de Lusana son un reflejo del impacto real y transformador que estas iniciativas tienen en las vidas de las mujeres, quienes, a través del acceso al empleo, no solo mejoran sus condiciones de vida, sino que también contribuyen activamente a sus comunidades.

Durante este año seis mujeres lograron su vinculación laboral, transformando sus vidas y la de sus familias. Cada empleo obtenido representa un paso firme hacia la equidad, no solo en términos económicos, sino también en el reconocimiento de su valor y capacidades. Iniciativas como el Laboratorio de Impulso Económico son fundamentales para que este cambio siga multiplicándose, brindando a más mujeres la oportunidad de cumplir sus sueños, de reconstruir sus vidas con dignidad y esperanza.

“En el Laboratorio de Empoderamiento e Impulso Económico, una iniciativa clave dentro del proyecto, estas mujeres reciben formación técnica y un espacio seguro donde pueden reconstruir su confianza, redescubrir su potencial y sanar emocionalmente tras experiencias traumáticas relacionadas con la migración y la violencia de género”, comenta Mariangela López, líder del Laboratorio desde Uninorte.

El impacto de estas acciones va más allá de las estadísticas: es el inicio de un ciclo de empoderamiento donde cada mujer, como Lusana, rompe barreras, construye su propio futuro y redefine el concepto de comunidad. Porque, cuando una mujer prospera, su familia, su entorno y su sociedad también lo hacen.