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Socializan Modelo Nacional de Riesgo Sísmico: clave para la gestión del riesgo en Barranquilla

Docentes y egresados socializaron los resultados ante representantes de la Oficina de Gestión del Riesgo, fuerzas militares, entidades de servicios públicos y otros actores clave. El modelo se basa en la planificación del riesgo, con el fin de crear estrategias para mitigar impactos económicos y humanos.

MNRS-NOVIEMBRE-2024
El profesor Carlos Arteta durante la presentación del Modelo.

Por: José Luis Rodríguez R.

29 nov 2024

El Modelo Nacional de Riesgo Sísmico (MNRS), desarrollado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC) y la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería (ACOFI), es desde 2022 una herramienta clave para la formulación de medidas de gestión del riesgo de desastres, así como la estimación de daños y pérdidas por eventos sísmicos que puedan afectar a la población en el territorio nacional.

Gracias a este, hoy se socializan datos que transforman la comprensión del riesgo sísmico en Barranquilla. Por ejemplo, las zonas de la ribera del río Magdalena presentan la mayor amenaza sísmica por suelos menos competentes, el suroccidente de la ciudad sería el más afectado en un evento sísmico debido a la vulnerabilidad estructural y social, y las pérdidas anualizadas por terremotos se estiman en 63 mil millones de pesos. Estas cifras, presentadas el jueves, 28 de noviembre, en Uninorte, son apenas un reflejo del impacto de esta herramienta en la formulación de políticas de gestión del riesgo.

La socialización del MNRS reunió a académicos, estudiantes, egresados e instituciones locales, quienes analizaron las implicaciones del modelo y sus aplicaciones prácticas. Carlos Arteta, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Uninorte y coordinador nacional del proyecto, destacó la importancia del encuentro. “Presentamos los resultados ante los principales actores del Sistema de Gestión del Riesgo de Desastres en Barranquilla, incluyendo la policía, los bomberos, la Oficina de Planeación y entidades como AAA y Air-e. Por primera vez, compartimos con técnicos interesados los datos específicos del modelo en nuestra ciudad”.

El Modelo Nacional de Riesgo Sísmico permite saber cuál es la vulnerabilidad y la fragilidad de las edificaciones residenciales y las tipologías constructivas (mampostería reforzada, no reforzada, confinada, muros delgados de concreto reforzado, sistema porticado de concreto reforzado y sistema combinado de concreto reforzado), y dónde se ubican, del 60 % de la población colombiana; para luego realizar una interacción entre amenaza, vulnerabilidad y exposición, y obtener posibles combinaciones desafortunadas de alta vulnerabilidad y amenaza asociadas a un riesgo medianamente alto o indeseable.


 

Entre las ideas que arrojó el conversatorio con las entidades involucradas en el sistema de gestión del riesgo de la ciudad, “hay dos riesgos que podemos atacar de manera relativamente sencilla: hacer un modelo de riesgo local ante amenazas por vendavales y el otro ante amenazas por colapso de árboles. La idea es conversar para hacer un piloto en el corto plazo”, añadió Arteta.

La ciencia detrás del modelo: innovación y colaboración interdisciplinaria

El Modelo Nacional de Riesgo Sísmico además de basarse en el análisis de estructuras y su vulnerabilidad, también compiló datos gracias al uso de inteligencia artificial y machine learning para automatizar procesos clave. Juliana Rivera Álvarez, egresada del pregrado y la Maestría de Ingeniería Civil y participante en el desarrollo del modelo, explicó que utilizaron técnicas “como redes neuronales y clustering para automatizar la identificación de tipologías estructurales y la creación de zonas homogéneas. Esto redujo significativamente los tiempos y costos del proyecto, sin comprometer la calidad de la información”.

Rivera destacó que el equipo realizó más de 25 000 inspecciones en Barranquilla, utilizando plataformas de análisis geográfico como Google Street View y trabajo de campo en zonas sin acceso digital. “Este modelo no solo nos permite estimar daños ante un sismo, sino también priorizar acciones para proteger a las personas y los bienes más vulnerables”, enfatizó.

De igual forma, representantes de instituciones como la Alcaldía de Barranquilla y el Ejército resaltaron la importancia del MNRS como herramienta de planificación y prevención. Claudia Miguel Ortega, asesora de la Oficina de Gestión del Riesgo, expresó que el MNRS aporta conocimiento crítico sobre escenarios de riesgo. "Es información vital para avanzar en la gestión del riesgo local, especialmente en una ciudad con compromisos geológicos como movimientos en masa”.

Por su parte, el capitán Andrés Montealegre, del Batallón de Ingenieros de Atención y Prevención de Desastres, añadió: “El modelo nos permite estandarizar la evaluación de riesgos y articularnos de manera efectiva con otros actores del sistema de gestión del riesgo”.

Colapso de edificio en Campo Alegre

Una emergencia se registró la tarde del 28 de noviembre en el conjunto residencial Privilegios, en la zona de Campo Alegre, tras el colapso de la estructura de un viejo edificio, ubicado en la calle 89 con carrera 41. El conjunto es uno de los centros habitacionales que habían sido desalojados por el Distrito hace varios años como consecuencia de los agrietamientos que las estructuras presentaban, al estar en un área de alto riesgo debido a problemas de deslizamientos.

Según el Distrito de Barranquilla, la evacuación, por fallas en la estructura del conjunto Privilegios, se desarrolló entre 2005 y 2010 para dejar los 117 apartamentos del edificio completamente deshabitados. Pese a las advertencias de las autoridades, diferentes medios de comunicación informaron que esta edificación fue habitada de manera informal.

“Los colapsos de Space, en Medellín, Blas de Lezo, en Cartagena, y hoy en Conjunto Residencial Privilegios, nos indican que hay otras amenazas de origen antrópico que debemos atender: la pobre concepción, construcción y control de las estructuras. Desafortunadamente el caso reciente es la crónica de un colapso anunciado, pues luego del invierno de 2010, la inestabilidad de la ladera generó afectaciones de tipo estructural en varios conjuntos residenciales de la zona. En particular este es un sistema basado en mampostería, que casualmente declaramos de mayor vulnerabilidad durante la jornada de la mañana”, señaló el profesor Carlos Arteta, quien estuvo en la zona afectada con autoridades locales.