Desde 2018, el Aula Viva de Uninorte brinda a la comunidad universitaria experiencias prácticas para aprender de la naturaleza, sobre todo en lo que tiene que ver con el cultivo y siembra de especies de la región. Este semestre, integrantes del grupo estudiantil Green Generation y de la asignatura Agroecología se han dado a la tarea de restaurar este espacio que nació como iniciativa del programa Ecocampus, ubicado en el Bloque M, detrás de la cancha sintética de fútbol.

Maritza Duque, profesora del Departamento de Química y Biología y encargada de la asignatura electiva Agroecología, cuenta que todos los semestres el grupo de estudiantes matriculados deben rediseñar la huerta con los conocimientos que adquieren en clases. “Este semestre lo estamos haciendo de forma diferente. Junto a Green Generation vamos a restaurar la zona, además de hacer la huerta, empezamos con una limpieza y luego se hará una intervención artística”, agrega.

El objetivo del grupo de estudiantes es entregarle a la comunidad universitaria una huerta rediseñada, que pueda ser aprovechado por todos. Para esto, se van a instalar posters, que estarán a cargo de estudiantes de Diseño Gráfico, en los que se expliquen las diferentes actividades que pueden hacer en la huerta. Además, los estudiantes de Agroecología se encargarán de plantar pequeñas huertas con distintas especies de la región; y con apoyo de Diseño Industrial se elaboraron contenedores de arcilla para el sembrado de las plantas.

Más allá de crear un espacio de aprendizaje, otro de los propósitos de la actividad es pensar en alimentos que se pueden cultivar en las condiciones propias de la región Caribe. “Estamos en un país con un riesgo alimentario alto, y el Atlántico es un departamento con inseguridad alimentaria: el 80% de lo que consumimos acá viene de otros lugares. La idea es comenzar a explorar el poder tener una soberanía alimentaria con productos que crezcan aquí”, señala Duque.

La experiencia de acercarse a este tipo de actividades prácticas es uno de los estímulos para los estudiantes que eligen la asignatura de Agroecología. Giovanni Galati, de sexto semestre de Negocios Internacionales, comenta lo divertido que le ha resultado aprender de esta forma sobre las plantas. “Me ha gustado y he aprendido mucho. Mis papás son amantes de las plantas, pero yo siempre lo vi ajeno a mí. Aquí lo que más he ha gustado ha sido aplanar la tierra, porque yo pensaba que iba a ser un trabajo complicado, pero me resultó muy entretenido”, dice.

Asegura que lo aprendido en clases le da posibilidades para replicarlo en su casa, sobre todo los conocimientos para darle mejor crecimiento a las plantas o qué hacer cuando no tienes suficiente luz solar. Con su grupo de trabajo escogieron diseñar una zona de plantas aromáticas en el Aula Viva. Laura Martínez, compañera de grupo y también estudiante de Negocios Internacionales, cuenta que el tipo de huerta que eligieron está enfocado para personas con discapacidad visual, quienes podrán relacionarse a través de los olores que emanan las plantas. 

“Me ha gustado mucho la actividad, porque es muy interactiva. Es ponerse manos a la obra, bastante diferente del resto de mis clases. La experiencia es relajante. Aprendemos de forma muy práctica e interactiva. Esperamos que nuestra huerta quede con bastantes plantas y que realmente lo puedan aprovechar las personas con discapacidad visual”, comenta Laura.

Por su parte, el grupo estudiantil Green Generation, suscrito a Bienestar Universitario y dedicado a concientizar sobre temas ambientales a la comunidad universitaria, se vincularon a la restauración del Aula Viva como parte de sus actividades para incentivar a los demás estudiantes a valorar la naturaleza y generar cambios positivos en su relación con esta. 

Madeleine Meza, colíder de Green Generation, indica que la idea es volver a hacer del Aula Viva un espacio comunitario donde los estudiantes puedan tener sus plantas. “Además de las plantas, los visitantes encontrarán información sobre cómo tratar las plantas con los biopreparados, que son sustancias orgánicas utilizadas para mejorar el crecimiento y como repelentes de plagas. También habrá información sobre cómo hacer compostas o cómo utilizar las cáscaras de huevos para crear pequeños recipientes para plantar”.

Al final del semestre, el grupo realizará un evento abierto para entregarle a la comunidad universitaria este espacio de interacción con la naturaleza y aprendizaje sobre el cultivo de plantas que pueden crecer en el departamento del Atlántico.