Es casi imposible no toparse por lo menos con una iguana a diario en el campus de Uninorte, sin embargo sigue siendo un animal desconocido para la mayoría. Con el propósito de ahondar más sobre su comportamiento, Ecocampus y Mapuka organizaron, el 16 de agosto, el conversatorio Historia natural y conservación de la Iguana Verde. El panel de expertos que se presentó en la sala Mapuka estuvo compuesto por los estudiantes de la maestría en Ciencias Naturales, Juan Salvador Mendoza, Julieth Prieto y Jairo Mendoza, PhD en esta misma disciplina de la Universidad Industrial de Santander. 

Este animal, que es autóctono de las Américas, especialmente de las islas, fue descrito por primera vez por el científico sueco Caroli Linneo en 1758. Juan Salvador Mendoza habló sobre las características generales de la iguana como sus grandes capacidades de adaptación para escapar de depredadores (nada, escala árboles e inclusive puede soltar su cola si es atrapada). 

Uno de los datos poco conocidos de este reptil es que posee un tercer ojo, ubicado en la parte superior de la cabeza y que es fotorreceptor, es decir, percibe los cambios en la luz. El conferencista contó que este ojo parietal está conectado con la glándula pineal en el cerebro y le ayuda a sincronizarse con los ciclos y temporadas del año. 

Por ejemplo, febrero es la época en la que las iguanas femeninas ponen huevos, que les lleva 73 días en incubar. En nuestra región, estos huevos son apetecidos como una comida y existe una larga tradición de sacarle los órganos reproductivos a estos animales. 

Prieto, quien se ha dedicado a combatir este tráfico ilegal, contó que en la campaña que trabaja en conjunto con la Policía ambiental han recibido casi 11 000 huevos que fueron extraídos de manera ilegal. También explicó la resolución 2064 de 2010, la cual reglamenta las medidas a tomar una vez sea decomisada fauna que no es legal tener como mascota. 

Para Juan Salvador Mendoza es importante también tener en cuenta el enfoque de la etnozoología ya que la iguana ha sido un elemento de nuestros ecosistemas que ha servido como fuente de sustento para comunidades como la Mokaná, que llevan más de 2000 años consumiéndola. Esto se ha sustentado en la arqueología, en hallazgos como los que se han hecho en Barrio Abajo, donde encontraron restos carbonizados de iguanas junto a personas. 

En ese sentido, el académico sugirió que se debe trabajar por la sostenibilidad y biodiversidad, y en lugar de prohibir de lleno el consumo de estos animales, desarrollar estrategias para promover la creación de criaderos. En estos espacios se podría asegurar la caza de los animales, una fuente de proteína para estas comunidades, y la preservación de la especie. 

De izquierda a derecha: Javer Herrera, de Ecocampus, junto a Juan Salvador Mendoza, Jairo Mendoza y Julieth Prieto.

Por su parte, Jairo Mendoza, quien es veterinario de profesión, habló sobre algunas características del animal para tener en cuenta al momento de lidiar con este. El doctor en Ciencias Naturales comentó que una de las estrategias de supervivencia de las iguanas es hacerse la muerta, y debido a que son ectotérmicas (sangre fría), es decir que controlan su temperatura con medios externos, no es posible escuchar su corazón, ni medir su temperatura. 

Mendoza también señaló que las iguanas no escuchan de la misma forma que los humanos, sino que sienten las vibraciones, y por esto no responden a ruidos como el pito de un carro. Su consejo para lidiar con una iguana que se encuentra en un lugar donde puede resultar herida es utilizar agua en pequeñas cantidades. También anotó que no era recomendable intentar agarrarlas sin las herramientas apropiadas debido a que son animales territoriales y agresivos y que tienen diferentes formas de hacer daño, como la mordida, las garras afiladas y la cola. 

El evento sirvió de previa a la actividad que se realizará el 30 de agosto en el campus en el que se atraparán a algunas de las iguanas para conocer a profundidad aspectos como: cuánta es la población total de estos reptiles, los sexos de los mismos, el rango de edades, entre otros. 

Por Leonardo Carvajalino