En Colombia, al año se generan casi 12 millones de toneladas de basura, según un informe presentado por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios en 2020. Aunque es complejo poner la cifra en perspectiva, para tener un punto de referencia, 12 millones de toneladas de basura equivaldrían a una torre de desechos de aproximadamente 800 metros de altura, casi como el Burj Khalifa en Dubai, que es actualmente el edificio más alto del mundo con una altura de 828 metros. De esas toneladas, solo se recicló un 17%. 

En ese sentido, en diciembre de 2021 se aprobó la Ley de Acción Climática en Colombia, con la cual se busca reciclar el 100% de los plásticos de un solo uso para 2030.  

Además, Colombia ocupó el puesto 27 de 59 países y la Unión Europea respecto al índice de desempeño del cambio climático en el ranking de Climate Change Performance Index 2023, y el segundo puesto en la región después de Chile. Aun así, el informe destacó la necesidad de aumentar el uso de energías renovables y mejorar el sistema de información para enfrentar la crisis climática y frenar la deforestación. 

De allí la importancia de implementar estrategias innovadoras que tengan una alta efectividad en el tratamiento de residuos y reduzcan el impacto ambiental actual de los procesos industriales. Justo aquí es donde entra en juego un componente crucial: la ingeniería ambiental. 

Ya que como explica Andrés Guzmán, docente de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad del Norte, esta “busca que a través de los conocimientos de la ingeniería, que están muy ligados con el del ingenio, la innovación y la búsqueda de resultados de una forma más eficiente, podamos usar esas herramientas de la ingeniería en beneficio del medio ambiente e incluso evitar que sucedan situaciones que vayan en contra del equilibrio que se presenta en el ambiente desde el punto de vista industrial, de la sociedad y del día a día”. 

Tal como lo han venido haciendo desde este departamento en la Universidad del Norte, donde han logrado transformar residuos en materiales aprovechables para construir viviendas. 

Pues como explica el docente, han logrado “adoptar técnicas que se han generado en otros países, como en Alemania, Argentina, Chile, en donde nosotros tomamos los residuos y les damos un nuevo uso, por ejemplo, muros con botellas PET que luego pueden ser parte de una vivienda, enseñándole a las personas a construir por sí mismos sus viviendas, y eso les genera una responsabilidad ambiental, ver que pueden darles un nuevo uso a estos residuos y ellos ser partícipes de su propio beneficio”. 

Pero las botellas PET no son los únicos materiales reutilizables potenciales para la construcción de viviendas. También está la guadua, una planta de la subfamilia del bambú. 

"Tenemos otro proyecto recientemente formulado, está ligado con el aprovechamiento de las guaduas, cuyo fruto se da en el Magdalena. Esta madera es tan reconocida en el Eje Cafetero, pero aquí no se está dando un buen aprovechamiento. Es un recurso renovable, de alto potencial para viviendas de un solo nivel, con una alta resiliencia, que es uno de los grandes términos que se está usando hoy en día en lo ambiental", señaló Guzmán. 

Y agregó que adelantan otro proyecto "ligado con la agroindustria, en donde se generan altos residuos de plástico. Entonces, esos plásticos se están reciclando por empresas especializadas y se les están dando un tratamiento térmico para generar nuevos materiales, en este caso, elementos estructurales para construir viviendas”. 

“Yo creo que hay mucho por hacer. Hay varios residuos de la industria, que en estos momentos se están llevando a depósitos, y yo veo que cada vez que se hace uso de estos residuos, logramos mejorar la huella del impacto de estos y podemos, de alguna manera, mejorar otros procesos, en este caso, en el caso particular de la construcción para el diseño de nuevos materiales y muchas cosas más por venir".  

Y otro trabajo que destaca el docente es aplicar la ingeniería ambiental para generar energía no contaminante, como el prototipo que han desarrollado para una granja eólica en altamar: una turbina eólica flotante offshore, un proyecto colaborativo entre varias universidades a nivel nacional cuyo siguiente objetivo es lograr instalar estas plataformas en el mar en Cartagena, Bolívar. 

"Es un trabajo en conjunto que va a impactar en lo que es buscar nuevas fuentes de energía, que es uno de los campos de la ingeniería ambiental". 

Sin embargo, como explica el docente, aún hay "un falso concepto de lo que se entiende como un ingeniero ambiental. Se cree que es una persona que solamente le preocupa qué pasa por sembrar un árbol o por solamente clasificar los residuos en casa. Pero un ingeniero ambiental es un profesional de ingeniería de cualquiera de las ramas que existen en la ingeniería, ya sea mecánica, civil, incluso de áreas como eléctrica, electrónica, cualquier ingeniero que tenga esa fundamentación, el punto de matemática, de la modelación y de unos procesos de diseño. Ellos pueden impactar dentro de sus mismas empresas o dentro de su mismo rol profesional como consultor y aplicar sus conocimientos para generar, por ejemplo, planes de manejo ambiental, evaluación del impacto ambiental e incluso desarrollar optimización de procesos dentro de sus empresas, para que se garantice una responsabilidad con el medio ambiente". 

Y agregó que “actualmente tenemos estudiantes del posgrado en donde ellos, como profesionales, llevan a cabo investigaciones o trabajos que van enfocados en ese objetivo: buscar que entre sus empresas se puedan adoptar políticas y procesos que vayan de la mano con la reglamentación ambiental y con los objetivos del desarrollo sostenible, que es una misión a nivel mundial para garantizar la sostenibilidad en el tiempo y los recursos para las generaciones venideras". 

 
“Creo que las futuras generaciones, nuestros jóvenes que están ahora con deseo de formarse, ellos seguramente con un estudio de maestría, por ejemplo, en la Ingeniería Ambiental de la Universidad del Norte, van a poder conocer de primera mano de expertos que trabajan en diferentes áreas, como de calidad de aire, de agua, calidad de suelos en construcciones sostenibles cuáles son los puntos más importantes a aprender para que se pueda tener un ambiente adecuado, para que ellos mismos puedan también ayudar a preservar el medio ambiente, que tanto nosotros lo necesitamos en estos momentos”.  

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