En junio del 2009, el mundo fue sorprendido por el accidente del avión Airbus
 sobre el Atlántico, el cual costó la vida de 228 personas. Hoy parece saberse
las causas del accidente: no fue un atentado terrorista sino una falla de los
 sensores Pitot al ser neutralizados en diferentes puntos del avión por una
nube de hielo, pues al congelarse, enviaron la información equivocada al
sistema que maneja los alerones, destrozándose el avión a semejante
velocidad y altura.

La solución de este problema es lo que investiga el Instituto Enim, Escuela de
 Ingenieros de Metz a pedidos de Airbus. Una universidad de 20.000 estudiantes
 con un enfoque de ingeniería generalista por cinco años, para que sus ingenieros
 aprendan a adaptarse a la globalización y la producción flexible. Así lo informó
 Olivier Bistorin, quien habló sobre los 100 contratos de ingeniería de investigación
 por año que hace esta institución con las empresas para proyectos de innovación
con el decidido apoyo del estado francés.

Bistorin atendió la invitación de la Dirección de Investigaciones de la Universidad
del Norte y la Universidad de Antioquia el 3-4 de Septiembre, en el marco del VII
Encuentro Universidad-Empresa-Estado (UEE). Más de 200 delegados del país
 contaron sus experiencias en materia de creación de riqueza a través de
tecnología e innovación tanto desde la esfera de las ingenierías como de la
 biotecnología, examinándose temas como patentes, propiedad intelectual
y diseño institucional de las redes.

Campo Elías Bernal, experto colombiano, demostró como el Gobierno no ha
 implementado otros mecanismos para este propósito, como sí lo han hecho
Brasil y México, especialmente en el plano regional. Es decir, en Colombia el
proceso se sigue manejando en forma centralizada, sin entender que las
 innovaciones ocurren precisamente en los territorios, que es donde están
 las empresas.

También el evento puso de relieve el largo camino que deben recorrer las
 universidades para que el discurso UEE no se quede en la retórica. De esto
 hemos venido hablando hace 20 años, y aunque hoy el panorama es mejor
que a comienzos de los 90, todavía falta mucho por recorrer. Cada universidad
debe preguntarse cuántos proyectos con empresas o entidades públicas maneja
para resolver necesidades de la sociedad, es decir, para impactar el medio
que la rodea.

La función de las universidades es mucho más que producir diplomas cada
 seis meses. En la medida en que se desarrolla debe enfocarse
más hacia la investigación.

Para ello tiene que proyectarse hacia las maestrías y doctorados, teniendo
claro que su calidad no sólo se mide por sus publicaciones en journals
referenciados, sino también por la capacidad real que tiene de incidir en las
 discusiones públicas y en la solución de los problemas de la sociedad. El
esfuerzo académico de publicaciones debe ir correlacionado con su accionar
en el territorio y el país, opinando, discutiendo e impactando las políticas
públicas y las iniciativas privadas.

Para lograrlo necesita el apoyo decidido del Estado y el desarrollo de
 una institucionalidad regional en materia de ciencia, tecnología e innovación
que hoy no existe. Con satisfacción vemos como muchas empresas del Atlántico
 y la región ya trabajan con nuestras universidades, pero debemos aprovechar
 que una de las locomotoras del gobierno Santos es la innovación y con los
 recursos de regalías que se proponen habrá muchas oportunidades. Ese es el reto
para fortalecer la red UEE!En junio del 2009, el mundo fue sorprendido por el accidente del avión Airbus
 sobre el Atlántico, el cual costó la vida de 228 personas. Hoy parece saberse
las causas del accidente: no fue un atentado terrorista sino una falla de los
 sensores Pitot al ser neutralizados en diferentes puntos del avión por una
nube de hielo, pues al congelarse, enviaron la información equivocada al
sistema que maneja los alerones, destrozándose el avión a semejante
velocidad y altura.

La solución de este problema es lo que investiga el Instituto Enim, Escuela de
 Ingenieros de Metz a pedidos de Airbus. Una universidad de 20.000 estudiantes
 con un enfoque de ingeniería generalista por cinco años, para que sus ingenieros
 aprendan a adaptarse a la globalización y la producción flexible. Así lo informó
 Olivier Bistorin, quien habló sobre los 100 contratos de ingeniería de investigación
 por año que hace esta institución con las empresas para proyectos de innovación
con el decidido apoyo del estado francés.

Bistorin atendió la invitación de la Dirección de Investigaciones de la Universidad
del Norte y la Universidad de Antioquia el 3-4 de Septiembre, en el marco del VII
Encuentro Universidad-Empresa-Estado (UEE). Más de 200 delegados del país
 contaron sus experiencias en materia de creación de riqueza a través de
tecnología e innovación tanto desde la esfera de las ingenierías como de la
 biotecnología, examinándose temas como patentes, propiedad intelectual
y diseño institucional de las redes.

Campo Elías Bernal, experto colombiano, demostró como el Gobierno no ha
 implementado otros mecanismos para este propósito, como sí lo han hecho
Brasil y México, especialmente en el plano regional. Es decir, en Colombia el
proceso se sigue manejando en forma centralizada, sin entender que las
 innovaciones ocurren precisamente en los territorios, que es donde están
 las empresas.

También el evento puso de relieve el largo camino que deben recorrer las
 universidades para que el discurso UEE no se quede en la retórica. De esto
 hemos venido hablando hace 20 años, y aunque hoy el panorama es mejor
que a comienzos de los 90, todavía falta mucho por recorrer. Cada universidad
debe preguntarse cuántos proyectos con empresas o entidades públicas maneja
para resolver necesidades de la sociedad, es decir, para impactar el medio
que la rodea.

La función de las universidades es mucho más que producir diplomas cada
 seis meses. En la medida en que se desarrolla debe enfocarse
más hacia la investigación.

Para ello tiene que proyectarse hacia las maestrías y doctorados, teniendo
claro que su calidad no sólo se mide por sus publicaciones en journals
referenciados, sino también por la capacidad real que tiene de incidir en las
 discusiones públicas y en la solución de los problemas de la sociedad. El
esfuerzo académico de publicaciones debe ir correlacionado con su accionar
en el territorio y el país, opinando, discutiendo e impactando las políticas
públicas y las iniciativas privadas.

Para lograrlo necesita el apoyo decidido del Estado y el desarrollo de
 una institucionalidad regional en materia de ciencia, tecnología e innovación
que hoy no existe. Con satisfacción vemos como muchas empresas del Atlántico
 y la región ya trabajan con nuestras universidades, pero debemos aprovechar
 que una de las locomotoras del gobierno Santos es la innovación y con los
 recursos de regalías que se proponen habrá muchas oportunidades. Ese es el reto
para fortalecer la red UEE!