Entrar a vacaciones de junio, luego de un arduo semestre es algo satisfactorio, llena de felicidad a cualquiera, tanto así que cuentas los días casi como realizas el conteo regresivo para navidad. Es por ello que tomar la decisión de hacer un vacacional de alguna materia, es de valientes.

Recuerdo que hace 1 año realicé un vacacional de una asignatura que no me gustaba en absoluto, la pospuse tanto que mi única salida era cursarla en vacacional. No voy a negar que entré al vacacional predispuesta, con una actitud muy poco motivante frente a la tarea que iba a realizar, muchas veces me costaba concentrarme en clase por ello y no fue tan agradable en ese entonces.

Considero que decidimos qué tan complicado queremos ver la vida, ya que luego de dos semanas cursando el vacacional tomé la mejor decisión, iniciativa que aplico en varios aspectos de mi vida. Decidí sentarme a meditar qué estaba pasando, por qué era que estaba tan frustrada al respecto, si en teoría, solo cursaba una materia, no tenía más preocupaciones que las que tengo alrededor del semestre, y me di cuenta que muchas veces nos predisponemos a las cosas, ocasionando en nosotros mismos una respuesta negativa frente a la vida misma, produciendo situaciones que pueden generar tristeza y hasta un poco de depresión.

Yo te recomiendo que tomes las cosas con calma, no hay mal que por bien no venga y no te afanes frente a las oportunidades que te regala la vida. Aunque suene paradójico creo que luego de iniciar como un martirio para mí el vacacional, al final me terminó gustando lo suficiente, conocí nuevas personas, obtuve nuevas experiencias y aproveché más mis dos semanas de descanso que me restaban, podría decir que más que cuando tengo un mes entero para vacacionar.

No nos limitemos antes las oportunidades que nos da la vida, es mejor mostrar un frente positivo ante las situaciones, como una automotivación, siendo la mejor versión de uno mismo. como alguna vez escuché de una reconocida oradora “El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza”- Helen Keller.

Por: María L. Pernett Rojas.

Estudiante de Ingeniería mecánica.

Redactora semillero mercadeo.

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