Por José Luis Rodríguez R.
Periodista
rodriguezjl @uninorte.edu.co
Los efectos de la covid-19 impactan hace más de 12 meses a la sociedad, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declarase pandemia debido a su alto contagio. Este fenómeno ha provocado que las necesidades de las personas dentro de los entornos construidos estén cambiando y evidencien cómo un evento global es capaz de empujar los límites de la arquitectura a nuevas oportunidades de mejora en la calidad de vida y bienestar. Sin embargo, no es la primera vez que la sociedad afronta un periodo de transformación en este campo de estudio. Hace cien años, la humanidad padeció la última gran pandemia que azotó al mundo: la gripe española, un virus altamente contagioso, pero mucho más letal que la covid-19, que se estima provocó entre 1918 y 1919 el fallecimiento de entre 20 y 50 millones de personas.
La arquitectura entonces tendría un cambio notable, comprobándose en las huellas arquitectónicas que dejaron grandes maestros de la época, como Frank Lloyd Wright, Le Corbusier o Walter Gropius, quienes vivieron la pandemia y se aventuraron a diseñar espacios con ventanas más grandes, enormes terrazas, viviendas elevadas y muebles aerodinámicos donde el polvo no se pudiera esconder. Así, junto a una industrialización acelerada, nació la arquitectura moderna, una visión de cómo las crisis sanitarias pueden delinear la forma de nuestras ciudades.
Un fenómeno del que no es ajeno el profesor del departamento de Arquitectura de la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia), Carlos Bueno Rivero, quien reconoce que las nuevas dinámicas digitales que ha impuesto la covid-19 están rompiendo barreras de aprendizaje y desarrollo pedagógico que antes eran muy difíciles de dinamizar, especialmente el desarrollo de las habilidades del arquitecto del futuro que no solo piensa en lo local sino a nivel global. A más de 5 mil kilómetros de distancia, en Buenos Aires, Argentina, el profesor Cristián Ferrera, de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Palermo (UP), considera sumamente importante investigar cómo es ahora, en medio de la pandemia, la arquitectura en un programa de vivienda y equipamiento cultural, y cómo repercute en la concepción misma de su diseño.
Sus visiones y metodologías de trabajo se unen desde 2019 gracias a la iniciativa del Centro para la Excelencia Docente de Uninorte (CEDU): Aulas Interconectadas, y el apoyo de la Oficina de Cooperación Internacional (OCI), que permite el desarrollo de competencias interculturales y disciplinares en la práctica de aula entre cursos y docentes de universidades extranjeras. Junto a sus estudiantes, desarrollan, desde la virtualidad, ideas prospectivas urbano-arquitectónicas, con propuestas que potencialicen y visibilicen nuevas visiones de espacios arquitectónicos habitables en ambas comunidades.
Durante la primera experiencia, en el segundo semestre de 2019, los profesores del departamento de Arquitectura de Uninorte, Walberto Badillo (q.e.p.d.) y Carlos Bueno, interconectaron sus asignaturas (Taller de Ciudad I y Taller de Arquitectura I) con la del docente Cristián Ferrera (Taller integral de arquitectura IV), para trabajar una propuesta de intervención para el barrio Barlovento (Norte–Centro Histórico de Barranquilla), que comprendió dotación de equipamiento comunal urbana, redefinición del espacio público y vivienda social.
Sin embargo, entre la primera y segunda propuesta académica de intervención arquitectónica pasaron de una dinámica específica a una global, debido a la pandemia del coronavirus. Para el nuevo taller, denominado ‘Un Hábitat Diferente - Reinterpretaciones arquitectónicas en tiempos de pandemia’, se unió la docente Catalina Mora Ortiz, desde Uninorte, así como Rodolfo Torrás y Laura Raffaglio, desde la UP. El equipo creativo, conformado por nuevos estudiantes como Luis Lázaro, María Lima y Samuel Rojas, trabajó en la comunidad del barrio Ricciardelli o Villa 1-11-14, en Buenos Aires, y se enfocaron en temas de equipamientos urbanos para la comunidad (UP) y hábitat y vivienda en arquitectura (Uninorte).“ La arquitectura no es para un solo estrato ni es general. Este ejercicio nos deja muchas respuestas pero también nos hace preguntarnos qué no estamos haciendo con la arquitectura para tener una sociedad mejor preparada para el futuro”.
Juan David Rada.