El estudio
Para estudiar las características del sistema en Colombia, el CEER construyó una base de datos a partir de un trabajo de campo con cuatro comisiones de ingenieros por cada ciudad. También se acudió a las curadurías urbanas para solicitar los planos estructurales de cada edificio y a oficinas de consultoría que proporcionaron información de forma confidencial. Luego de ser clasificados de acuerdo con su altura, se evidenció que el 90 % de los edificios de la base de datos están localizados en una zona de amenaza sísmica alta y que los más comunes corresponden a los que tienen 5, 8 y 10 pisos.
Un componente estudiado fue la esbeltez, que relaciona la altura libre entre pisos y el espesor del muro, e impacta directamente la estabilidad del elemento. En el NSR-10 no se establece un límite para la relación de esbeltez; sin embargo, con base en las investigaciones recientes se recomienda como límite superior un valor de esbeltez de 16. Para el caso de Colombia, con las alturas entre pisos típicas, esto representa un espesor mínimo de muros estructurales de aproximadamente 15 cm. En la muestra estudiada de edificios, el valor medio de esbeltez se encuentra entre 24 y 25. Tan solo el 7 % de los muros cumplen con el requerimiento del ACI-318-14 y más del 90 % tienen relaciones superiores a 16. Los altos niveles de esbeltez de los edificios en Colombia, expone la red, se deben al uso de espesores reducidos, pues la altura típica es casi que invariantemente 2,4 metros. Menos de la mitad de los muros analizados tuvieron espesores iguales o menores a 10 cm, y cerca del 85% tienen un espesor menor o igual a 15 cm.
Estos muros delgados de concreto son reforzados usualmente con mallas electrosoldadas de alambres de acero formado en frío, cuyo uso también ha sido estudiado desde hace más de tres décadas y ha demostrado una reducida capacidad de ductilidad (de deformarse de manera sostenible sin romperse), además de propiciar una pequeña capacidad de rotación de los muros.
“Estos muros delgados son altamente rígidos, pero esa rigidez está dada por elementos poco competentes, como la malla electrosoldada, de poca ductilidad, es decir, uno las estira y se rompen bajo poca deformación. La malla electrosoldada no es un material sismorresistente y está especificado, pero como ha habido gran presión por parte de los constructores por su facilidad de colocación, digamos que es un error que se ha vuelto el estándar”, puntualiza el profesor Carlos Arteta.
Propuesta normativa
A raíz de los estudios, el CEER generó en noviembre de 2019 una propuesta de cambio de código de construcción colombiano, que se espera sea evaluada por el Comité AIS-100 de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica y la Comisión Asesora Permanente del Régimen de Construcciones Sismo Resistentes, con el fin de hacer más seguro el uso del sistema de muros delgados de concreto reforzado en el país.
Entre los aspectos tendientes a modificar, propone tipificar el “Sistema de Muros Delgados de Concreto Reforzado de Ductilidad Limitada” en la próxima versión del NSR, definiéndolo como “Edificaciones que se caracterizan por tener un sistema estructural donde la resistencia sísmica y de cargas de gravedad está dada por muros de concreto reforzado de espesores reducidos, entre 10 y 15 cm, en los que se prescinde de extremos confinados…”. En lo que respecta al dimensionamiento, diseño y detallado de los muros, se propone incorporar que los alambres de malla electrosoldada, con deformaciones de rotura menores o iguales al 3 %, podrán ser utilizadas como refuerzo principal para muros de carga en edificios de hasta 3 pisos solamente. En el caso de edificaciones con mayor número de niveles, este refuerzo se podría utilizar solamente en los muros localizados en el tercio superior de la altura de la edificación.
“Los ingenieros hemos sobrepasado el límite de buen comportamiento de estos edificios con muros delgados de concreto reforzado. Muchos tienen problemas bajo cargas gravitacionales y la gran incógnita es cómo se van a comportar bajo cargas sísmicas. Es parte de la incógnita que el CEER está respondiendo. La idea es aprovechar esta época que no ha habido terremotos para parar la creación de riesgo en favor de una catástrofe”, concluye Arteta.
El CEER presentó formalmente todas las recomendaciones para que fuesen analizadas por la comunidad de ingenieros que intervienen en la redacción de la próxima versión del NSR. Para finales de 2021, se espera que esté lista una nueva reglamentación.
“
Estos muros delgados son altamente rígidos, pero esa rigidez está dada por elementos poco competentes".
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