Por Omar David Álvarez
Periodista
odalvarez@uninorte.edu.co
Investigación asociada al grupo de investigación en Química y Biología.
Cerca de mil ejemplares componen la colección del Herbario UNO, un espacio que nació para documentar e investigar la flora del Caribe. Hoy los ejemplares se encuentran disponibles en línea para que todos los interesados en la biodiversidad de Colombia accedan a solo un par de clics. Esta es la historia de cómo se creó este espacio de ciencia, investigación y conservación.
Es un proceso casi artesanal. Lindys Miranda toma aguja e hilo y se dispone a realizar el montaje de un ejemplar único, que ya trae a sus espaldas todo un gran proceso. “Debo ser precisa, estética y delicada para no perder ningún detalle e intervenir lo menos posible la muestra”, dice, mientras enhebra el hilo en la aguja.
Pocos se imaginarían que una actividad propia del hogar, como lo es coser, podría ser importante para la ciencia y la investigación. Pero en realidad, este es uno de los pasos esenciales para garantizar el buen estado de una planta en el tiempo, y a que la muestra sea útil para todos los que requieran información sobre la vegetación. Todo sea en beneficio de la biodiversidad de nuestra región, de conocerla y preservarla.
Pachira quinata es el nombre científico de la muestra que Lindys, estudiante de biología de la Universidad del Atlántico, está preparando para que se sume a la colección de más de mil ejemplares del recién inaugurado Herbario UNO.
Es una especie de árbol del bosque seco tropical que en algunos países recibe el nombre popular de ‘Ceiba Colorá’, y cuya resistente madera se usa ampliamente de muchas formas, como por ejemplo en el Carnaval de Barranquilla para la elaboración de artesanías en el municipio de Galapa. La muestra de hojas y flor será digitalizada, y luego irá a reposar a uno de los protegidos estantes de la colección, junto a tantas otras representantes del reino vegetal.
Las instalaciones físicas del Herbario fueron remodeladas recientemente para ofrecer un espacio adecuado a los investigadores, con los implementos necesarios.
El herbario UNO nació para ser parte de la comunidad botánica, generarconocimiento sobre la biodiversidad de la región Caribe y ser un apoyo a investigadores, pues aunque Colombia ya cuenta con 33 herbarios —avalados por la Asociación colombiana de Herbarios—, dentro de los cuales hay distribuidas aproximadamente 1 800 000 piezas individuales. Pero solo 7 de ellos están en el Caribe. Así pues, UNO llegó para ayudar a combatir el “desconocimiento de la flora local” que según el Dr. Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, aún prevalece.
Una forma fácil de comprender qué es un herbario, sería compararlo con una biblioteca especializada en plantas, un lugar en el cual es posible conocer el nombre científico de una especie, sus características, sus detalles mínimos y además ubicarlo en el contexto en el que fue recolectada la muestra.
“El herbario es la fuente de consulta más básica de toda investigación botánica, es el punto de inicio, después de la pregunta de investigación”, menciona Marcela Celis, directora del herbario UNO, quien ya cuenta con gran trayectoria en el tema, pues ha sido gestora del crecimiento y fortalecimiento de otros herbarios en el país, incluyendo el Jardín Botánico de Bogotá (Herbario JBB). Como también de su puesta en línea tal como lo hizo participando en la digitalización del Herbario Nacional Colombiano (COL), el más grande del país y el primero en latinoamérica en poner a disposición su información. Esta información sobre las colecciones de plantas de Colombia puede ser consultado con un par de clics.
La información depositada en los anaqueles de un herbario puede ser, incluso, la única posibilidad de conocer un espécimen ya extinto. De hecho, el origen de estos lugares data de la Edad Media, cuando de forma menos específica ya se clasificaban y organizaban las plantas medicinales. Hoy las colecciones de los herbarios se componen de muestras de plantas secas, organizadas por familias.
En el caso de la Universidad del Norte, la idea de tener un herbario fue introducida por la actual directora del departamento de Química y Biología, María Cristina Martínez Habibe, quien desde hace algunos años empezó la recolección con sus estudiantes y sin todos los implementos necesarios reunió los primeros ejemplares en un armario.
NUESTRAS PLANTAS EN NÚMEROS
La colección del herbario UNO esta compuesta de:
UNO sería nodo de investigación botánica Esta colección cimienta las bases para los planes de la universidad de contar con un pregrado en Ecología. Por eso Marcela Celis decidió no emprender sola la tarea de sensibilizar en el campus sobre la importancia de los herbarios, sino con grandes aliados que han dado todo el respaldo al nuevo herbario. Entre ellos el Jardín Botánico de Berlín, uno de los más importantes de Europa y que hoy trabaja junto al Herbario UNO en proyectos de investigación conjunta.
La idea es lograr un trabajo de posicionamiento a nivel internacional de UNO, como un referente de investigación. Por eso ya existen aliados como la Universidad de Berlín y el Jardín Botánico de Bogotá para escribir sobre diversidad, estructura de la vegetación, los cambios de esta por la deforestación, los aspectos socioculturales y las políticas ambientales en el Caribe. “Proyectos de ese calibre nos permiten generar preguntas de investigación necesarias para salir al campo a seguir documentando la biodiversidad del Caribe y ampliando el número de ejemplares de nuestro herbario, cuya colección ya es cercana a los mil ejemplares”.
De hecho, los beneficios de las investigaciones en conjunto ya ofrecieron sus primeros resultados. El pasado 19 de marzo, en la ceremonia de inauguración del Herbario UNO, el investigador Robert Lücking, hizo entrega de una colección de líquenes que reposan actualmente en el herbario. La investigación se desarrolló en el área de Usiacurí y Palomar, en el municipio de Piojó; uno de los resultados fue 4 especies nuevas de líquenes en el país de las que tampoco se tenía registro a nivel mundial y fue el resultado del trabajo en conjunto del Jardín Botánico de Berlín y la Universidad del Norte.
Otro de los aspectos a destacar de estas colecciones biológicas es que se convierten en la forma de comunicación principal entre investigadores. “Si alguien en Europa investiga sobre nuestra flora, buscará un herbario para obtener toda la información necesaria sobre la especie”, cuenta Celis.
Y es que después que el material es recolectado, secado, montado y categorizado, el trabajo no está terminado. De hecho falta lo más esencial, la ficha técnica que acompañará el ejemplar. En ella aparecen referencias geográficas, clima, estado de la planta al momento de la colecta y otros datos que ya están estandarizados a nivel internacional a través de un software llamado ‘Specify’, que facilita el ingreso y almacenamiento de la información tomada en campo de cada uno de los ejemplares.
UNO, tiene una característica particular, nació de manera física y digital al mismo tiempo, en un esfuerzo interdisciplinario que unió a ingenieros, biólogos, diseñadores y estudiantes para lograr la plataforma digital donde de forma paralela se han publicado cada uno de los ejemplares que hoy hacen parte de la gran colección.
“La colaboración internacional es importante, pero también tenemos aliados imprescindibles que están en casa, contamos con la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, la Dirección de Tecnología Informática y Comunicaciones, la División de Ciencias Básicas y la Dirección de Investigación, Desarrollo e Innovación . La clave está en llevar los sueños hasta el final, las buenas ideas siempre encontrarán respaldo”, dice Celis.
Los datos recopilados durante la salida de campo son esenciales, contexto, ubicación, color, clima y estado de la planta al momento de la recolección, deben ser anotados para la ficha técnica del ejemplar
Un sueño llamado ‘Catálogode Flora Caribe’
El fin último que persigue Marcela Celis es unirse con otros herbarios para crear un gran ‘Catálogo de Flora Caribe’ digitalizado, que reuniendo todos los ejemplares que durante años han sido recolectados, entregarían el repositorio más grande de plantas del Caribe colombiano en línea que se haya conocido para la región.
En el marco del Nodo Caribe de Parcelas permanentes, Celis aspira a llevar un mensaje de aliento a todos los herbarios que ya existen en el Caribe a que sigan apostando por el proyecto y se decidan a poner sus colecciones en línea. “La forma como desarrollamos nuestra puesta en línea es la prueba de que no es tan difícil como parece; solo hace falta voluntad de comprometerse con el trabajo científico”. Herbarios como el de la Universidad del Magdalena y la Universidad del Atlántico están alineados y hacen parte de este sueño. Por ahora el Herbario UNO, ya se encuentra disponible para ser consultado desde cualquier parte del mundo, con fotos en alta resolución y una organizada colección que hace sencilla su consulta. Mientras tanto, estudiantes como Lyndis Miranda, Carlos Altamar y Yelena Pájaro seguirán el delicado trabajo de preparar cada planta nueva, y ayudarla a ingresar de forma profesional a la creciente familia del herbario UNO.