Por José Luis Rodríguez R.
Periodista
rodriguezjl@uninorte.edu.co
Proyecto liderado por el grupo de investigación en Ataque Cerebrovascular.
Médicos del Hospital Universidad del Norte desarrollan campaña de sensibilización en centros de salud sobre sintomatología y tratamiento del accidente cerebrovascular, mediante trombólisis. Advierten la falta de educación del paciente para optimizar su diagnóstico.
El accidente o ataque cerebrovascular (ACV) es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad en adultos. La Organización Mundial de la Salud lo define como el desarrollo de signos clínicos de alteración de la función cerebral que en el 85 % de los casos ocurre cuando un coágulo o trombo obstruye el flujo de sangre en las arterias que nutren el cerebro (isquémico), produciendo la muerte de células por la falta de oxígeno. Pero también (15 %) cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cráneo (hemorrágico).
La implementación de la terapia trombolítica intravenosa, o trombólisis, es una de las estrategias de abordaje que ha demostrado reducir los niveles de discapacidad en pacientes con ACV isquémico, según las guías de ACV de la American Heart Association/American Stroke Association (AHA/ASA). El Hospital Universidad del Norte, ubicado en Soledad, es pionero en la costa Atlántica en la realización de esta intervención médica, con la que se disuelve el trombo en el vaso sanguíneo y se recanaliza. Esto gracias al alteplasa, un fármaco que cataliza la conversión del plasminógeno a plasmina, la enzima principal para la disolución de coágulos de sangre, administrada por el torrente sanguíneo.
“Lo que hemos hecho como institución, desde 2013, es una sensibilización del personal médico y de REVISTA INTELLECTA 81 enfermería de los diferentes centros de salud, que deberían ser centros de remisión del hospital para el tratamiento de trombólisis”, recalca en su consultorio Nohemí Meza Cely, profesora de Medicina de Uninorte, magíster en Neurología Clínica y galena del hospital. “Hemos dictado estas charlas a todos los implicados, desde el portero hasta el médico residente. Pero, así como hay campañas de higiene bucal, la gente también debería tener claro lo que es un ACV: la segunda causa de muerte en el mundo”.
Entre 2011 y 2016 la doctora Meza Cely estudió, junto con otros cinco expertos, el impacto de la realización de trombólisis intravenosa en pacientes con accidente cerebrovascular isquémico, teniendo como referencia escalas de medición de funcionalidad y pronóstico. Los resultados registraron la hipertensión arterial como el factor de riesgo más frecuente y al género femenino con la mayor prevalencia. La investigación incentivó la iniciativa de adopción del código de ACV para trombólisis cerebral, como opción terapéutica en el mayor número de centros posibles, dado que impacta de manera positiva los pronósticos en mortalidad, morbilidad y funcionalidad posterior de los pacientes.
“Empezamos sensibilizando sobre esta patología desde todos los estamentos, pero falta mucha educación para los pacientes. Es necesario crear una red departamental de accidente cerebrovascular y una línea de atención. Que el paciente sepa a dónde debe ir en caso de presentarse los síntomas”, señala Elkin Beltrán Carrascal, también neurólogo del hospital y coordinador de la asignatura Clínicas Médicas de Medicina de Uninorte, mientras observa algunas resonancias magnéticas.
Según Beltrán, la Red Colombiana Contra el Ataque Cerebrovascular (Recavar) lidera en el país la única campaña que promueve la identificación de síntomas de ACV y atención adecuada del paciente cerebrovascular. Recavar es una ONG conformada por profesionales que buscan prevenir el ACV y mejorar la atención.
▲ El médico Elkin Beltrán analiza tomografías axiales computarizadas con las que es posible identificar un ACV.
Sensibilización
En neurología todo lo que pasa en el cerebro se manifiesta en el cuerpo. Los síntomas del ACV se presentan de manera aguda y van desde la pérdida de la movilidad de una extremidad hasta de la incapacidad del habla. Por eso la importancia del diagnóstico oportuno. Un tratamiento temprano minimiza el daño cerebral irreversible: por cada minuto sin tratamiento el cerebro pierde cerca de dos millones de neuronas.
Estudios realizados en Honduras, Chile y Argentina confirman que la principal causa de riesgo es la hipertensión arterial, seguida de la diabetes mellitus y dislipidemia (niveles excesivamente elevados de colesterol o grasa). A nivel departamental no se cuenta con datos estadísticos, sin embargo la Asociación Colombiana de Neurología señala que más de 45 mil colombianos sufren cada año un ataque cerebrovascular. El problema es que el 38 % no reconoce los síntomas de un ACV y solo en el 40 % de los casos acuden a una línea de emergencia.
“El equipo del hospital está programado y preparado para recibir este tipo de pacientes y brindar una atención rápida, porque hay dos tiempos que se tienen en cuenta. Uno es el tiempo o ventana desde que inicia el evento isquémico: cuatro horas y media para administrar el fármaco. Pero el tiempo máximo que el médico del hospital tiene dentro del protocolo para aplicar el medicamento es de una hora máximo. Obviamente, entre más corto sea el tiempo de atención, mucho mejor el diagnóstico”, explica la doctora Meza.
En 2018 el área de Urgencias del Hospital Universidad del Norte diagnosticó y brindó rutas de atención a 393 pacientes con ACV, es decir, un promedio de 1,07 pacientes diarios.
El mensaje de los especialista invita a la prevención a través de un estilo de vida saludable. Es decir, una alimentación balanceada con proteínas y verduras, controlar la tensión arterial, evitar el consumo de azúcar, carbohidratos en exceso y cigarrillos, tener adecuados niveles de glicemia y practicar ejercicio regularmente.