El recién ganador del premio Rómulo Gallegos, Pablo Montoya, en su libro Novela histórica en Colombia 1988-2008. Entre la pompa y el fracaso (2009) analiza el boom de novelas históricas colombianas de las últimas dosdécadas; gran parte de su texto aborda y califica este fenómeno de superproducción en las letras de Colombia.Como ejercicio adicional para el lector, quedaría analizar qué resonancias tiene este hecho en otros lugares de Latinoamérica.
Pablo Montoya argumenta tres posibles razones para explicar el fenómeno de producción generosa de novelas históricas: i) la primera razón puede sonar algo trivial y circunstancial, pero no por ello se debe ignorar, se trata de la celebración del quinto centenario del descubrimiento de América, fecha que puede poner de moda dichos temas y generar considerables lucros editoriales; ii) la segunda causa está asociada a un ejercicio de memoria, así los escritores encuentran en las novelas históricas un camino para reflexionar el pasado violento de la Conquista y la Colonia, y las fuertes raíces que crecieron y que siguen modelando nuestro presente colombiano de continua crisis políticas y sociales. Sería como una prolongación del mal, de la violencia originaria, que muchos desconocemos y por eso sigue siendo tan poderosa; por medio de la literatura,entonces, se abre un camino para pensarnos y ser más conscientes de la violencia ancestral que ha logrado reinar ya con otros rostros: desplazamientos, racismo, paramilitares, guerrillas, corrupción y resentimientos; iii) la tercera razón, tiene que ver con las novelas históricas colombianas que trabajan temas extraterritoriales (Montoya, 2009, p. x) como, por ejemplo, vida de santos europeos, emperadores romanos, guerreros egipcios, etc., pero que en el fondo están reflejando las
______________
* Estudiante de Maestría en Literatura, FURG,
Brasil.
preocupaciones del imaginario del escritor y estas son más colombianas que ningún otro tema.
Independientemente de las razones que estén moviendo esta producción de novelas históricas en Colombia, hay otro factor para tener en cuenta: las cifras sorprendentes de estas obras no reflejan una baja calidad literaria. Por el contrario, en estas novelas podemos encontrar mayor profundidad estética a todas aquellas que se ocupan del estereotipo internacional: sicarios y narcotráfico (Montoya, 2009, p. xi). En la producción literaria reciente es notable cómo las novelas históricas presentan una calidad del profesionalismo y del oficio novelístico, con ellas se da una apertura hacia realidades pasadas y hacia un nivel de autorreflexión que Pablo Montoya lee como: mayoría de edad alcanzada en las letras (2009, p. xi), pues es buen síntoma para la narrativa la aparición de obras que dialogan con la tradición literaria al mismo tiempo que la renuevan con inteligencia (Montoya, 2009, p. 67).
Pensemos un poco más la novela histórica, sin intentar dar una definición cerrada de la misma. En una acepción limitada del término podemos pensar en aquellas obras que recrean acontecimientos de por lo menos treinta años antes de su fecha de publicación (Montoya, 2009, p. xiv); pero este criterio es muy relativo y hasta arbitrario. También podemos pensar en obras que ‘ficcionalizan' figuras históricas relevantes, pero con la nueva novela histórica vemos casos de obras en las que todos sus personajes son figuras de invención y, sin embargo, están dando claves para interpretar acontecimientos históricos importantes. La literatura parece siempre huir y jugar con las definiciones absolutas, pero se puede pensar ampliamente la novela histórica como aquella que narra una acciónde una época anterior a la del autor.